La flor cadáver se reconoce por su tamaño gigante y por su peculiar olor, con el que atrae insectos para reproducirse. Estas características tan llamativas siempre han captado la atención del público y los medios de comunicación.
Esta especie singular produce, además, la flor no ramificada más grande del mundo. Sin necesidad de estar distribuidas en ramas, esta planta herbácea genera muchas flores; pues dentro de lo que se ve como una sola flor gigante, hay muchas otras. Sigue leyendo, pues esta especie guarda varias sorpresas.
Descubrimiento y actualidad
La Bunga Bangkai, aro gigante o flor cadáver —cuyo nombre científico es Amorphophallus titanum—, fue descubierta en 1878 en Sumatra (Indonesia) por el botánico italiano Odoardo Beccari, según la Universidad Estatal Stephen F. Austin.
La Universidad di Firenze la calificó como una planta herbácea que cuenta con una hoja grande como el follaje de un árbol y un tallo que parece un tronco, el cual puede crecer hasta 6 metros de altura. Cabe destacar que este tallo es subterráneo y puede alcanzar los 80 centímetros de diámetro y pesar hasta 70 kilogramos.
Su descubridor, Odoardo Beccari, exploró los bosques indonesios por muchos años y envío semillas germinadas a jardines botánicos de Europa. Gracias a este botánico es que aún se protege esta especie en varios lugares del mundo, pues –tristemente– está en peligro de extinción.
El olor fétido de la flor cadáver
El olor es uno de los elementos más importantes para las plantas a la hora de atraer polinizadores y no todos estos aromas son frutales, dulces y frescos. Un ejemplo claro de esta disparidad es el olor que desprende la flor cadáver cuando florece, pues esta produce la fragancia de un organismo en descomposición o simula el olor a carne podrida.
Los aromas florales son producto de combinaciones y concentraciones de compuestos únicos en cada planta.
Sus 2 fases
Los jardines botánicos que se encuentran alrededor del mundo han detallado el ciclo de vida de esta planta, dividido en 2 fases: el estado vegetativo y el estado reproductivo, tal y como indica el Centro de Investigación Científica de Yucatán.
En la primera fase se desarrolla una sola hoja, similar a una sombrilla cerrada, la cual puede medir hasta 5 metros de alto. Esta hoja es capaz de vivir alrededor de un año y al morir tiene 2 opciones: producir otra hoja o florecer.
En la segunda fase, una gran hoja o flor —conocida como espata— de color verde y púrpura envuelve a muchas flores, una inflorescencia que se conoce como espádice. Dentro de esta inflorescencia se encuentran flores unisexuales: las masculinas se ubican en la parte superior y las femeninas en la inferior.
¿Cómo se produce el olor?
Dentro de esta fase de reproducción ocurren otras 2 etapas: en la primera noche, las flores femeninas se encuentran listas para ser polinizadas y, en el anochecer siguiente, el polen de las flores masculinas está listo para ser trasladado y polinizar otros individuos: este evento se conoce como polinización cruzada.
Los polinizadores llegan a la flor cadáver gracias al aroma que produce. Durante la primera noche, el espádice puede generar temperaturas de 36 a 38 ºC y este calor es el que le permite al aro gigante expandir su perfume, con el que atrae a los polinizadores —moscas en su mayoría—. Resulta un evento fascinante, pues es de las pocas plantas capaces de generar calor.
Después de haber atraído los polinizadores, la espata se cierra y deja a las moscas atrapadas. Esto permite que las flores femeninas sean polinizadas y las flores masculinas liberen el polen por medio de las moscas, cuando la espata se vuelve a abrir la noche siguiente.
La capacidad de producir calor se conoce en el mundo animal como termogénesis.
¿Cada cuánto florece la flor cadáver?
Todo este proceso explicado anteriormente requiere un gran gasto energético. Es por ello que la flor no ramificada más grande del mundo solo florece cada año. De todas formas, hay fuentes que afirman que esta planta genera inflorescencias cada 4 y hasta 10 años.
Es por esto que cada floración de la flor cadáver es un espectáculo documentado por varios jardines botánicos del mundo cada vez que ocurre. Un ejemplo de ello es el Botanical Gardens de la Universidad de Bonn —en Alemania—, que desde 1937 ha documentado 14 floraciones, según cuenta el Centro de Investigación Científica de Yucatán.
Como habrás podido observar, no solo los animales presentan técnicas reproductivas fascinantes. Algunas plantas como esta suscitan interés de botánicos y curiosos por igual, pues su mecanismo de polinización es tan intrincado como difícil de ver. Por desgracia, esta bella y curiosa especie se encuentra en peligro.
Bibliografía
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