Las patas agrietadas en el perro incomodan al animal y pueden derivar en una infección. Nunca olvides que las almohadillas son una extensión de la piel de tu perro, por lo cual es sensato examinar otras áreas de su cuerpo con el fin de determinar si el agrietamiento y la irritación son parte de un problema más generalizado.
Si ves síntomas similares en otra parte del cuerpo, esto podría indicar que algo va mal en la salud de tu perro y el veterinario deberá realizar un diagnóstico adecuado de lo que sucede.
¿Qué debemos saber sobre las almohadillas?
Las almohadillas del perro son ciertamente adorables, pero frecuentemente olvidadas y desatendidas por los turores. Las almohadillas de las patas caninas proporcionan tracción y sirven como amortiguadores. Gracias a este acojinamiento se protegen los huesos, tendones y ligamentos de las piernas del impacto constante de caminar, correr y trepar.
La piel en las almohadillas tiene una mayor resistencia. A medida que el cachorro crece esta piel se va haciendo más tolerantes al calor, al frío y a las superficies ásperas.
El desgaste: la causa principal de las patas agrietadas en el perro
No es sorprendente que los productos químicos fuertes, como los limpiadores que empleamos en los pisos, pueden hacer que se irriten y se agrieten las patas de los perros.
Además, el caminar sobre el pavimento caliente puede causar ampollas en las patas. También el terreno áspero y rocoso puede causar cortes y abrasiones en las almohadillas.
En invierno, la sal y los productos de deshielo químicos aplicados sobre el suelo son tóxicos para las mascotas y pueden causar más daños en las almohadillas. Para evitar que tu mascota ingiera estos compuestos del camino que puedan adherirse a las patas, asegúrate de lavarlas cuidadosamente con agua tibia cada vez que regrese a casa.
Un factor que influye en que una irritación inicial se convierta grietas en las patas es el lamido excesivo. Lamer y aplicar saliva es la única forma en tiene tu perro para calmar y acelerar la curación de su propio cuerpo.
Problemas de salud subyacentes
Es importante conocer que una serie de enfermedades inmunes, metabólicas, genéticas y parasitarias pueden causar patas agrietadas. Existe, por ejemplo, una condición llamada hiperqueratosis que determina que la piel de las almohadillas está engrosada y áspera, lo que las predispone a agrietarse.
La hiperqueratosis puede ser causada por enfermedades inmunes o metabólicas, también puede ser producida por una infección por hongos. Además, esta patología puede estar relacionada con la carga genética de tu perro.
Si tu mascota sigue teniendo las almohadillas agrietadas a pesar de tus mejores esfuerzos, consulta a un veterinario. Es él quien puede descartar cualquier problema de salud subyacente y aconsejarte sobre el mejor curso de acción.
Muchas condiciones pueden parecer similares, y por lo tanto, se puede necesitar una evaluación de la función renal, hepática y tiroidea, sin descartar la posibilidad de una biopsia para confirmar un diagnóstico.
Problemas hepáticos
Una enfermedad hepática puede ser causada por toxinas, medicamentos, cáncer, bacterias, virus o problemas autoinmunes y degenerativos. La enfermedad hepática puede manifestarse en las almohadillas de las patas como lesiones no curativas que consisten en infecciones crónicas, formación de costras, engrosamiento, erosiones, ulceraciones y ampollas.
Si bien no hay una razón definitiva para que las almohadillas de un perro sean un síntoma de enfermedad hepática, estas pueden ser consecuencia del papel de la función del hígado en la digestión, la absorción de nutrientes y el metabolismo.
La piel de las almohadillas requiere de una buena nutrición para mantener su alto recambio celular, que consiste en reemplazar las células muertas con nuevas sanas.
La función de barrera de esta piel requiere de un buen metabolismo de nutrientes, incluyendo hierro, cobre, zinc, vitaminas A y D y otros compuestos. En caso de tener un hígado enfermo, las células de la piel no producirán suficientes células nuevas o estas no estarán sanas.
Alergias
Las alergias son una causa común de patas con irritación crónica en perros. Las alergias al polen, el moho, los ácaros, los ingredientes en los alimentos y otras pueden causar picazón en los pies de un perro.
En respuesta, los canes lamen y mastican la superficie irritada y a menudo esta se infecta. El tratamiento puede implicar evitar posibles alérgenos y la aplicación de medicamentos que disminuyen la respuesta alérgica.
Problemas endocrinos
Los perros que sufren problemas endocrinos tienen un desequilibrio hormonal que afecta a la regulación de las funciones corporales, incluida la producción normal de piel y cabello. Los problemas endocrinos caninos más comunes que pueden afectar las patas de un perro son la enfermedad de Cushing y el hipotiroidismo.
Problemas autoinmunes
Los perros, como los humanos, tienen un sistema inmunitario responsable de combatir a las células extrañas dentro del cuerpo. Con la enfermedad autoinmune, las células inmunes atacan las células normales del propio cuerpo e intentan destruirlas. Si bien los problemas autoinmunes rara vez son curables, pueden mantenerse bajo control con medicamentos inmunosupresores.
Tratamiento de las patas agrietadas en el perro
Si las grietas en la pata del perro no parecen muy profundas y no sangran, puedes intentar tratarlas en casa y ver cómo responde el animal. Basta con limpiar las almohadillas con una toallita, agua tibia y jabón antibacteriano. Luego de dejarlas secar es necesario aplicar vaselina, asegurándote de que esta se frote bien para que tu perro no se lama.
También puedes poner calcetines o vendajes en las patas de tu perro para que pueda caminar más cómodamente mientras se curan las grietas. Si aplicas cremas tópicas curativas e hidratantes, debes asegurarte de poner un collar isabelino a tu perro para que no lama el ungüento.
A la hora prevenir las patas agrietadas en el perro, recuerda que antes de salir a caminar o correr con él siempre te pones tus zapatos deportivos que te brindan protección y comodidad. El cuerpo de tu perro está equipado con sus propias zapatillas: sus almohadillas. Nunca olvides que esta parte tan esencial de su anatomía necesita un mantenimiento específico.
Bibliografía
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