La estenosis pulmonar en perros es una de las cardiopatías congénitas más frecuentes. Los animales que nacen con esta patología no presentarán signos clínicos hasta que sean más mayores o el cuadro empeore. No obstante, los canes que la sufren serán cardiópatas desde su nacimiento, aunque la enfermedad se detecte al cabo de los años.
A pesar de ser congénita y depender en todo momento de la raza, un perro con estenosis pulmonar puede vivir muchos años y, además, someterse a cirugías reparadoras que suelen tener éxito en muchos casos. A continuación, te contamos más sobre esta cardiopatía congénita.
¿En qué consiste la estenosis pulmonar en perros?
El corazón de los perros, como en humanos y resto de mamíferos, está dividido en 4 cámaras, 2 aurículas que reciben sangre del cuerpo o de los pulmones, y 2 ventrículos que mandan la sangre a todo el cuerpo o solo a los pulmones para su oxigenación.
Entre aurículas y ventrículos, existen unas válvulas que impiden que la sangre vuelva hacia atrás. Del mismo modo, otras válvulas están situadas a la salida de los ventrículos con el mismo fin.
Estas 2 últimas válvulas, llamadas pulmonares y aórticas —por encontrarse en la arteria pulmonar y aorta, justo a la salida del corazón—, son las que se encuentran perjudicadas en la estenosis. Si la afectación ocurre en la válvula pulmonar se conoce como estenosis pulmonar, mientras que si afecta la válvula aórtica se conoce como estenosis aórtica.
Cuando los ventrículos se contraen, toda la sangre debería salir hacia el cuerpo o pulmones y, gracias a estas válvulas, la sangre no retorna al corazón. En la estenosis pulmonar en perros, la válvula está mal diseñada o tiene algún impedimento que le hace devolver sangre al corazón. Por lo tanto, la oxigenación de la sangre es deficiente y ocasiona afectaciones generales al cuerpo.
Tipos de estenosis pulmonar
La estenosis pulmonar se puede subclasificar según el sitio en donde se encuentre la afectación. Se reconocen tres tipos:
- Valvular: refiere a una malformación directa en la válvula pulmonar, lo que impide el paso correcto de la sangre.
- Subvalvular: es ocasionada por la formación de un anillo fibroso antes de la válvula pulmonar, de manera que se obstruye el paso de la sangre y reduce su oxigenación.
- Supravalvular: es poco frecuente en las clínicas. Se debe a un estrechamiento en la región posterior a la ubicación de la válvula, en la arteria pulmonar.
Signos clínicos de la enfermedad
Como ya se dijo, aunque los animales presentan el defecto cardiaco desde su nacimiento, no tienen por qué mostrar signos clínicos durante los primeros meses o años de vida. Debido a esto, en la mayoría de los casos el diagnóstico ocurre de manera tardía.
En casos leves de estenosis pulmonar en perros, puede que los signos clínicos no se noten durante toda la vida del animal. Sin embargo, en los cuadros moderados o severos, sí puede haber signos clínicos, como son los siguientes:
- Letargo o apatía.
- Debilidad.
- Intolerancia al ejercicio. El perro se cansa muy rápido durante el paseo y no quiere andar.
- Insuficiencia cardiaca.
- Arritmia.
Estos signos clínicos suelen ser comunes a muchas otras patologías cardíacas, por lo que la raza a la que pertenece el perro puede ser clave para su diagnóstico. Aunque cualquier can puede padecer la enfermedad, hay razas con una predisposición mayor. Estas son las siguientes:
- Bulldog inglés.
- Bulldog francés.
- Jack russell terrier.
- Boston terrier.
- Terranova.
- Labrador.
- Bóxer.
- Samoyedo.
¿Cómo diagnosticar la estenosis pulmonar en perros?
Si se sospecha que la mascota podría tener algún problema cardiaco porque presenta uno o varios de los signos clínicos anteriormente nombrados, hay que pedir cita con el veterinario. Con la ayuda de un fonendoscopio, el veterinario podrá escuchar cualquier ruido extraño que provenga del corazón, como los soplos.
Un soplo cardíaco puede estar totalmente relacionado con esta enfermedad. Su detección es un paso más hacia el diagnóstico de la patología cardiaca. Tras ello, es muy recomendable la realización de un ecocardiograma —para observar las válvulas y todas las estructuras que las soportan—, así como el flujo sanguíneo.
Estas y alguna prueba más, como una radiografía o electrocardiograma, son suficientes para diagnosticar la estenosis pulmonar en perros. Aunque algunas de las pruebas puedan resultar algo costosas, son totalmente necesarias para el diagnóstico.
Tratamientos disponibles
El tratamiento dependerá en todo momento de lo grave que sea el estado de la mascota. Si la cardiopatía congénita es muy severa y la vida del animal corre peligro, la mejor solución es una valvulotomía aórtica o valvuloplastia aórtica.
Este procedimiento quirúrgico consiste en ensanchar la abertura por donde la válvula permite que pase la sangre. Se coloca un globo quirúrgico que le aporta a la válvula mayor flexibilidad y hace que funcione de forma más eficiente.
Por otro lado, en casos donde el tratamiento quirúrgico no sea posible o el animal no necesite una cirugía, se opta por la farmacoterapia. El veterinario puede recetar Vasodilatadores y diuréticos que ayuden al paso de la sangre por la vena pulmonar.
Aún no existe un tratamiento estándar que cure por completo este padecimiento. Sin embargo, las intervenciones quirúrgicas han demostrado mejorar la condición de los pacientes. Por esta razón, suelen ser la opción más empleada para lidiar con el problema.
Tanto si se opta por un tratamiento u otro, es totalmente necesaria la supervisión veterinaria a largo plazo. Aunque el perro esté medicado o haya sido intervenido quirúrgicamente, será un cardiópata toda la vida. Estos animales necesitan más revisiones veterinarias para detectar cualquier cambio de forma más eficaz, pero pueden llevar una vida normal.
Bibliografía
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