Las enfermedades autoinmunes pueden afectar tanto a las personas como a las mascotas. Aunque todos tenemos una idea vaga del sistema inmunitario, es común no entender su funcionamiento al completo.
Así, es posible que no podamos describir la ubicación de sus órganos ni visualizar su función. Esto es porque las células del sistema inmunitario están esparcidas por los ganglios linfáticos de todo el cuerpo. También están en el bazo, el timo, los pulmones, los intestinos y todos los órganos del cuerpo. Estas células patrullan el organismo, circulando en el torrente sanguíneo.
Fallos inmunitarios
En las enfermedades autoinmunes, el sistema inmunitario ataca por error los tejidos del propio cuerpo. Las células inmunitarias no logran distinguir las células sanas normales del cuerpo de las extrañas y, por lo tanto, intentan destruirlas.
La causa de este «error» no se entiende bien. Así, la enfermedad puede afectar únicamente a un sistema o a múltiples sistemas corporales. En este sentido, pueden verse afectadas la piel, los tejidos conectivos, los nervios y los músculos. También el sistema endocrino (el sistema que controla las hormonas y otras sustancias químicas), las articulaciones, los glóbulos rojos y el sistema digestivo.
¿Qué factores se asocian al padecimiento de enfermedades autoinmunes en perros?
En la actualidad, la ciencia no alcanza a explicar en su totalidad qué causa estas enfermedades. Sin embargo, en muchos casos se sospecha de la genética del individuo. En este sentido, se acepta que existe una mayor incidencia de este tipo de enfermedades en algunas razas de perros.
Por ejemplo, la tiroiditis linfocitaria ocurre con mayor frecuencia en las razas gran danés, golden retriever, Cocker spaniel, bobtail y beagles (por nombrar algunos). Cabe señalar que algunas de estas razas son susceptibles a más de un trastorno inmunitario, como el bobtail, que también es propenso a la anemia hemolítica autoinmune.
Además, se han señalado otros factores desencadenantes como la exposición a ciertos medicamentos (antibióticos), infecciones crónicas o transmitidas por garrapatas o cánceres. Otras infecciones crónicas como las de las válvulas cardíacas y las infecciones vertebrales (de la médula espinal) también pueden propiciarlas.
Vista la asociación entre antibióticos y estas enfermedades, muchos estudios señalan al desequilibrio del microbioma intestinal como una causa probable. Por último, aunque no se ha establecido un vínculo definitivo, también se ha involucrado a las vacunas con el padecimiento de este tipo de enfermedades.
Tipos de enfermedades autoinmunes caninas
En la actualidad existe un espectro amplio de trastornos del sistema inmune en perros. Sin embargo, en la práctica veterinaria se registra a las siguientes como las más comunes:
- Artritis: afecta las articulaciones cursa con dolor y reducción de la movilidad.
- Trombocitopenia inmunomediada: se produce por destrucción de plaquetas
- Queratoconjuntivitis Sicca: afección de «ojo seco».
- Enfermedad inflamatoria cerebral: afecta en particular a perros de razas toy.
- Pénfigo foliáceo: la enfermedad más común de las varias asociadas con trastornos inmunitarios en la piel.
- Enfermedad inflamatoria Intestinal: produce la inflamación crónica de la mucosa intestinal.
En todos los casos, el reconocimiento temprano es extremadamente importante. Si no se tratan, las complicaciones de las enfermedades autoinmunes son graves y la afectación de múltiples sistemas es común.
Cuanto más tarde se atienden las enfermedades autoinmune, más desafiantes y complicados se hacen el diagnóstico y el tratamiento.
¿Qué síntomas pueden alertar de un trastorno del sistema inmune?
Es importante tener presente que se debe revisar constantemente al perro. Hay que buscar pequeños sitios de sangrado en la piel y las encías, llamados petequias. También es menester detectar ulceraciones en patas, piel, ojos y boca. Se debe registrar la aparición de zonas de alopecia y de costras en cualquier área corporal.
Cabe señalar que unos grandes aliados para la detección temprana de lesiones son los peluqueros caninos. Con frecuencia, son ellos quienes detectan mientras los afeitan piel magullada, encías sangrantes o diarrea con sangre. Son muchos los casos detectados por estos profesionales.
Cada día es importante observar la posible presencia de sangre en orina y heces, o de una nariz que sangra. También los ojos rojos y adoloridos y secreción ocular espesa tipo mucosidad.
Por supuesto, cambios de hábitos como pérdida de apetito, presencia de letargo, fatiga y fiebre son otras alertas a tener en cuenta. También pueden presentarse síntomas importantes como convulsiones, ceguera, pérdida de equilibrio o coordinación y temblores.
¿Cómo se establece el diagnóstico y el manejo de los trastornos inmunitarios?
En primer término, es necesario elaborar historias clínicas detalladas, analizar la sangre y orina, además de tomar muestras de biopsia de tejidos. También se realizan radiografías, ultrasonidos y resonancias magnéticas. Todo ello está destinado a establecer un diagnóstico preferencial.
A la par, es probable que el veterinario recete medicamentos para ayudar al perro a combatir cualquier infección, virus o alergia que pueda estar causando síntomas. En general, los esteroides como la prednisona son la primera línea de tratamiento.
El caso de la vacunación
No podemos perder de vista la controversia que rodea las inyecciones de refuerzo de vacunación en la aparición de enfermedades autoinmunes en perros. Por supuesto, las vacunas, al estimular el sistema inmunitario, pueden tener un efecto negativo en un perro con enfermedades autoinmunes.
Así, los expertos recomiendan mantener las vacunas al mínimo o detenerlas. Es común que se practiquen prueba del título de anticuerpos en sangre. Este examen verifica si los niveles de anticuerpos son suficientes para proteger contra las enfermedades caninas, evitando el refuerzo.
Los casos que no remiten
Es importante conocer que, aunque algunas enfermedades autoinmunes remiten sin recaer nunca, otras pueden durar toda la vida. Así, para estas enfermedades graves que no responden al tratamiento se puede usar un método llamado intercambio terapéutico de plasma (TPE). Este tratamiento extrae la sangre del paciente y la filtra para eliminar los anticuerpos que tanto daño le hacen.
Además, visto el papel del microbioma intestinal, se pueden suministrar las bacterias beneficiosas que faltaba el microbioma del perro. Se trata de suplementos de restauración intestinal para perros. Estas cápsulas contienen material fecal cuidadosamente seleccionada (sí, excremento) de perros donantes sanos. A este procedimiento se le llama trasplante de microbiota fecal.
Una vez que una mascota obtiene el diagnóstico de algún trastorno inmunitario,hay que estar atentos a las recaídas. Resulta importante realizar exámenes de salud regulares y exhaustivos y también informar de inmediato al veterinario sobre cualquier cambio en su nivel de actividad o condición física.
Para los tutores, la recomendación más importante sería saber qué es normal en el perro. Tómate 10 minutos al día para examinarlo realmente, incluidas las encías. Si encuentras algo mal, actúa rápido.
Bibliografía
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