Síntomas de la enfermedad inflamatoria intestinal en perros

La enfermedad inflamatoria intestinal en perros es una afección en la que el sistema inmunológico ataca el revestimiento del intestino. Esto causa un problema con la absorción de nutrientes y la digestión.
Síntomas de la enfermedad inflamatoria intestinal en perros
Luz Eduviges Thomas-Romero

Escrito y verificado por la bioquímica Luz Eduviges Thomas-Romero.

Última actualización: 26 junio, 2020

Posiblemente no sepas que existe un grupo de patologías gastrointestinales bajo el término general de “enfermedad inflamatoria intestinal (EII)”. Este padecimiento se caracteriza por la inflamación de los intestinos y síntomas crónicos de malfuncionamiento del sistema gastrointestinal.

Aunque no se conoce su causa exacta, se sospecha que la inflamación es la respuesta anormal del sistema inmunitario en animales predispuestos. Probablemente, la reacción sea iniciada por un desbalance en la comunidad de bacterias que viven en el intestino. La EII puede afectar a los perros a cualquier edad, pero es más común en los de mediana edad y ancianos.

Síntomas de enfermedad inflamatoria intestinal en perros

Cualquier tutor de un perro sabe que ocasionalmente ocurren vómitos y diarrea en su mascota. Desafortunadamente, con la EII, los vómitos y  las diarreas se vuelven frecuentes, lo que enciende las alertas sobre un posible problema. Entre los síntomas se cuentan:

  • Hinchazón, abdomen doloroso, gas (flatulencias): la inflamación intestinal hace que el perro tenga malestar general. Puede presentar distensión visible del abdomen, cuya palpación sea dolorosa.
  • Retumbos y gorgoteos de sonidos abdominales, mayor frecuencia de movimientos intestinales. Puede ser que tu perro se esfuerce por defecar.
  • Episodios de Diarrea: es importante observar si las heces presentan sangre fresca o si esta tiene una coloración negra (sangre ya digerida). Esto da una idea si hay ulceraciones, sangrado en intestino delgado o en colon.
  • La presencia de moco en las heces también es importante pues es indicio de la inflamación de la mucosa intestinal.
  • Vómitos persistentes.

La persistencia de vómitos, diarrea y sangrado, conducen al debilitamiento del perro. Consecuentemente, es posible observar un estado de fatiga o letargo, depresión y pérdida de peso.

La enfermedad inflamatoria intestinal en perros puede detectarse con radiografías.

Causas de la enfermedad inflamatoria intestinal en perros

A la fecha, no se conoce una causa única y se propone que sea el resultado de varios factores. Entre las posibles causas de la EII se cuenta una hipersensibilidad a ciertas bacterias y / o alergias a los alimentos.

Los alérgenos  provenientes de la dieta que pueden desempeñar un papel en esta enfermedad incluyen proteínas de la carne, aditivos y colorantes artificiales, conservantes, proteínas de la leche y gluten (trigo).

También se sospecha que los factores genéticos desempeñan un papel en la EII. Así, algunas razas pueden estar predispuestas a la EII, por ejemplo los basenjis, el bulldog francés, los setters irlandeses, el doberman pinscher, Mastiff y Malamute de Alaska.

Diagnóstico de enfermedad inflamatoria intestinal en perros

Primeramente, tu veterinario realizará una historia detallada y te hará preguntas sobre la duración y la frecuencia de los síntomas. Se realizará un examen físico completo.

Después del examen físico, se harán pruebas de laboratorio rutinarias, que incluyen un hemograma completo, perfil bioquímico y análisis de orina. Los resultados de estas pruebas de laboratorio son a menudo normales.

En algunos pacientes, puede haber anemia y un número anormalmente alto de glóbulos blancos (como en las infecciones). En perros con EII, también se pueden encontrar niveles anormales de proteínas y enzimas hepáticas en sangre. Adicionalmente, se realiza un examen fecal para verificar la posible existencia de infecciones parasitarias.

Exámenes especiales

Tu veterinario puede realizar pruebas para determinar los niveles de cobalamina y folato en la sangre para evaluar las funciones del intestino delgado. Las radiografías de rutina suelen ser normales en estos pacientes. Es posible que tu veterinario considere realizar estudios de contraste de bario para una evaluación más detallada. El bario mejora la visibilidad de los órganos.

Por lo general, este se administra por vía oral, seguido de una serie de radiografías a medida que el bario se mueve hacia abajo en el tracto gastrointestinal. Estos estudios de contraste con bario hacen posible visibilizar anomalías de la pared intestinal, como un aumento de su grosor.

De manera similar, el ultrasonido puede ser útil para determinar los cambios en la pared intestinal. También, el veterinario puede llevar a cabo pruebas más específicas para determinar si algún alérgeno alimentario puede ser la causa de esta afección.

Finalmente, existe la posibilidad de tomar una pequeña muestra de tejido del intestino del perro por medios quirúrgicos. Este examen, llamado biopsia, puede confirmar el diagnóstico de EII.

Tratamiento de la enfermedad inflamatoria intestinal en perros

Si a tu perro se le diagnostica EII, el veterinario te recomendará medicamentos para tratar sus síntomas. Estos pueden incluir:

  • Antibióticos, si se sospecha una infección bacteriana secundaria.
  • Medicamentos antiinflamatorios, como los esteroides (por ejemplo prednisona) y otros fármacos para suprimir la inflamación.
  • Modificación dietética, que puede incluir una alimentación de prescripción específica para tratar la EII.

Al tratar la EII, es muy importante administrar todos los medicamentos recetados por tu veterinario, así como seguir las pautas dietéticas que sugiere.

Un perro apoyado en un váter.

¿Se puede prevenir la EEI en perros?

Dado que la causa exacta de la EII es desconocida, la prevención es difícil. Sin embargo, es valioso proveer  una dieta de buena calidad según lo recomendado por tu veterinario.

También es recomendable evitar la exposición a restos de alimentos humanos, basura, plantas y otros materiales extraños. La dieta saludable es la mejor manera de minimizar el riesgo de la enfermedad gastrointestinal en tu mascota.


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