Los científicos nunca dejan de hacer experimentos de inteligencia animal. Sabemos que los perros son unos de los animales más inteligentes que existen, pero han fallado en un experimento que los lobos e incluso los loros han superado sin problemas.
Qué miden los tests de inteligencia animal
Aunque les llamamos tests de inteligencia animal, en realidad estos experimentos examinan muchas otras cosas que pueden no tener relación con la inteligencia tal y como la conocemos los humanos. Desde luego, no son experimentos de matemáticas o de lógica: están orientados a comprobar ciertas capacidades y comportamientos de los animales, como la cooperación, el altruismo, la conciencia de la justicia…
Uno de los experimentos más sonados de los últimos años medía esta última variable: dos monos tenían que hacer el mismo ejercicio para conseguir un premio. Una y otra vez, a uno de los monos se le daba un premio con mucho más valor que al otro y observaron qué ocurría.
Tras apenas un par de repeticiones, el mono que recibía el premio de menos valor empezó a enfadarse, hasta el punto de rechazar el premio por completo. Sin embargo, observaron que su enfado estaba dirigido hacia la persona que dispensaba los premios, no a su compañero simio. En alguno de los grupos incluso se encontraron con que el otro mono intentaba repartir su premio con su compañero.
El test que fallan los perros
El experimento de inteligencia animal que los perros fallan intentaba descubrir hasta dónde llega la cooperación entre dos animales de la misma especie, y lleva mucho tiempo poniéndose a prueba con animales muy diferentes.
En el experimento hay una plataforma con ruedas, y encima de ella hay varios premios muy apetecibles. Sin embargo, esta plataforma está detrás de una valla, y los animales han de arrastrarla a través de dos cuerdas, de las que deben tirar a la vez, para poder acceder a los premios.
Tras un tiempo con este experimento en marcha han descubierto que los elefantes son capaces de resolver el problema en muy poco tiempo; los loros y los cuervos también terminan averiguando cómo conseguir la comida.
La sorpresa llegó con los lobos: eran capaces de resolver el problema de manera muy rápida. Demostraron un gran dominio de la cooperación incluso cuando llegaban en diferentes tiempos a las cuerdas: el que llegaba primero esperaba por el segundo para empezar a tirar.
Sin embargo, a los perros no les fue tan bien. Tardaban en descubrir que la cuerda servía para tirar, y luego no eran capaces de coordinarse para tirar de los dos extremos a la vez. Los perros siempre se quedaban sin sus premios.
En algunos experimentos se descubrió que los canes muy entrenados, como los perros de rescate, después de un rato consiguen resolver el puzzle. Pero solamente los muy entrenados: los perros caseros no saben colaborar entre sí.
Posibles explicaciones
Tras cada experimento de inteligencia animal, se intenta dar una explicación a los resultados. Antes de desarrollar este, los científicos esperaban que los perros consiguieran superarlo, por lo que, tras su sorpresa, tuvieron que encontrar una teoría que lo explicase.
Dicen que era esperable que animales como los loros o los cuervos consiguiesen los premios: en la naturaleza se ven obligados a colaborar mutuamente. Además, se sabe que los cuervos se comunican entre sí y, si uno necesita protección, al resto le ayudan o le acompañan.
Lo mismo ocurre con los elefantes: llevan una vida nómada en manada, en la que se tienen que enfrentar a retos más complicados que tirar de una cuerda a la vez. Hace poco se hizo viral un vídeo en el que varios elefantes colaboraban para sacar a una cría de una charca de la que no podía salir.
Sin embargo, los perros han evolucionado para depender de los seres humanos. Los perros empezaron a diferenciarse de los lobos cuando rondaban los primeros asentamientos humanos y se alimentaban de la basura: dejaron de necesitar colaborar para comer.
Por eso, los perros son más dependientes de los humanos que de otros canes. Hace muchísimas generaciones que no necesitan la ayuda de otros perros para sobrevivir y han olvidado la capacidad de cooperación. ¡Eso no quiere decir que no puedan convivir y ser amigos de otros de otros perros! Solo que están acostumbrados a resolver problemas de manera solitaria.
Los experimentos de inteligencia animal son muy variados y, aunque no miden la inteligencia en el mismo sentido que se la medimos a los humanos, nos permiten descubrir facetas sorprendentes de la psicología animal.