Un perro educado es un dueño feliz. Sin embargo, la forma más extendida de educar al perro es tirarle del collar, pegarle o restregarle el hocico en las heces. La violencia nunca es una buena solución pero, ¿cómo educar a los perros sin violencia?
La violencia en la enseñanza (en cualquiera) produce miedo, ansiedad y provoca agresividad. Es importante establecer un vínculo positivo entre perro y dueño para que la obediencia no se deba al miedo, si no al cariño y la educación sea más eficaz. Esto no significa que no deba usarse el castigo. Si el perro ha hecho algo mal, debe ser reprendido y castigado para que no vuelva a repetirlo. Pero se puede castigar sin usar la violencia.
¿Cómo educar a los perros sin violencia?
Para comenzar la educación perruna los miembros del hogar deben ponerse de acuerdo en el lenguaje que van a usar con el perro y usar todos el mismo, es decir; usar un lenguaje común. Cada orden lleva asociada una palabra y solo una. Los perros no entienden de sinónimos.
Lo segundo es la comunicación no verbal, sobre todo la voz y las caricias. La voz debe ser firme y grave, así se expresa autoridad. Una voz aguda o insegura puede poner nervioso al perro o incitarle a desobedecer. Las caricias significan cosas distintas según donde se hagan. Una caricia en la cabeza expresa autoridad, en el cuello es una caricia de cariño, a lo largo del cuello un cumplido del maestro al alumno, en el lomo expresa aliento y anima al animal y en la panza tranquiliza al cachorro. Es importante saber utilizar las caricias adecuadamente para no confundir al perro, pero si se utilizan bien, el perro se sentirá querido y obedecerá a sus dueños.
En general, las órdenes de los perros deben de ser cortas y concisas y para adiestrar al perro el entrenamiento debe ser diario y constante. Debe durar entre 10 y 15 minutos al día para que el perro no se canse, pero no debe de haber días sin entrenamiento hasta que el perro no esté educado del todo. Para que la educación de su cachorro sea coherente, no se debe pasar a otro ejercicio hasta que no se domine el primero, aunque sea tedioso, y es mejor acabar las sesiones con un ejercicio de fácil ejecución o que ya se domine para no dejar sensación de fracaso. Además hay que procurar ser justos con el perro y no castigarle injustamente o alargar las sesiones innecesariamente.
Vale, vale, pero ¿cómo lo hago?
Para empezar a educar a su perro hay cuatro órdenes básicas: junto, sentado, ven y tumbado. “Junto” es una orden para caminar por la calle con el perro. El perro debe caminar con la cabeza a la altura de la rodilla del dueño y acostumbrarse a las variaciones de velocidad. No es el dueño quien debe ir a la velocidad del perro, si no al revés. Cuando se dan las órdenes “sentado” y “tumbado”, el perro debe sentarse o tumbarse y permanecer así hasta que se le llame con la orden “ven”. Para realizar cualquiera de estas órdenes se debe obligar al perro a ejecutarla mientras se repite la orden, y premiarle cuando la cumpla. El entrenamiento debe continuar hasta que el perro sea capaz de cumplir la orden cuando se da sólo con la voz y sin premio.
Cuando el perro cumple las órdenes básicas puede decirse que está bien educado.
Anuque está educado, mi perro se porta mal, ¿cómo le regaño?
Si su perro hace algo mal, debe ser reprendido pero nunca con violencia sino con un firme “NO”, con tono de voz, expresión verbal y postura de castigo. A veces puede usarse un objeto que le resulte desagradable al cachorro, como una pistola de agua. Si hace algo mal, se le dispara hasta que deje de hacerlo. Otra manera es el aislamiento. A los perros les gusta la compañía, así que si hace algo mal puede aislársele en una habitación durante unos 5 minutos y como no le gustará, dejará de hacer lo que nos molesta.
Es muy importante que los castigos sean consistentes (si hace algo mal varias veces, debe regañársele TODAS las veces que lo haga), y deben de ser en el momento en el que cometa la mala acción. Si se deja pasar un tiempo el perro no relacionará el castigo con la mala acción y sólo servirá para confundirle.
Y si se porta bien, ¿cómo se lo digo?
Cuando los perros hacen algo bueno o cumplen una orden, puede premiárseles con comida, su juguete favorito o una palabra cariñosa y una caricia. La idea es que durante el adiestramiento debe pasarse paulatinamente de la comida a las palabras, para que cuando se le pida que obedezca no lo haga por la comida.
Es importante que los perros reciban estímulos positivos para que obedezcan y se comporten adecuadamente.