Los pájaros carpinteros pertenecen a la familia Picidae, un grupo de aves que alberga unas 300 especies que se caracterizan principalmente por taladrar y tamborilear en los árboles. El tamaño promedio de estos ejemplares varía entre los 20 y 60 centímetros de longitud. De igual manera, destacan por los colores fuertes y llamativos de su plumaje.
Datos curiosos de los pájaros carpinteros
Con una distribución cosmopolita, es decir, que están distribuidos por casi todo el planeta, los carpinteros han despertado la curiosidad de diversos investigadores a lo largo de los años. Y es que esta particular especie no solo soporta fuertes aceleraciones en su cabeza al taladrar, sino que ha desarrollado un sistema de comunicación completamente diferente al de la mayoría de aves. Continúa leyendo estas líneas y conoce los aspectos más interesantes de estos animales.
1. Una conformación del cráneo excepcional
Los carpinteros taladran los árboles por diferentes motivos. Bien sea para cavar nidos, buscar alimento o guardarlo, a estas aves se las encuentran constantemente en esta actividad. Es por esto por lo que la naturaleza les ha brindado ciertas capacidades especiales para soportar este diario golpeteo. Por ejemplo, una ventaja que poseen estos pájaros es que su cerebro es pequeño comparado con el de otras especies.
En términos más exactos, su masa cerebral llega a pesar solo 2 miligramos, por lo que la aceleración de su cerebro durante el golpeteo es mínima. Sumado a esto, al tener su cavidad craneana llena de líquido cefalorraquídeo, se reduce el riesgo de que el cerebro se mueva en cualquier dirección.
Por otra parte, al realizar picoteos de manera oblicua y no directa, la fuerza del impacto es recibida con menor intensidad. De igual forma, la estructura de su cráneo es única. Por un lado, la parte exterior se compone de un hueso duro, mientras que la interior es de un tejido más poroso. Por ende, al picotear, la fuerza ejercida y recibida es distribuida alrededor del cráneo hacia el hueso más resistente, evitando lesiones intracraneales.
Finalmente, de acuerdo con un artículo publicado en la revista Plos one, los carpinteros poseen una estructura ósea y muscular llamada aparato hioideo, que ayuda a proteger el cerebro de estos impactos.
2. Los carpinteros cuentan con una lengua muy larga
La alimentación de los carpinteros se basa primordialmente en el consumo de insectos como termitas, hormigas o larvas de escarabajo. Estas presas las obtiene al picotear sobre las cortezas de los árboles y exponerlas al exterior. No obstante, su principal arma de caza es su lengua, la cual utiliza como si fuera un oso hormiguero.
Este largo órgano puede llegar a medir entre 15 y 35 centímetros según la especie de carpintero. Además, para evitar lesiones al momento de taladrar, la lengua se ubica detrás del cráneo en una estructura situada en la cavidad nasal.
3. Poseen un lenguaje único entre las aves
A diferencia de los pájaros cantores, los carpinteros se comunican a través de los golpes ejercidos sobre la madera de los árboles. Mediante estos sonidos, las aves pueden demarcar su territorio, así como también llamar a potenciales parejas para aparearse.
Por otro lado, de acuerdo con un documento compartido en la revista científica Scientific reports, los carpinteros tienen la capacidad de distinguir el llamado entre un ave conocida y una desconocida. De igual forma, pueden diferenciar si se trata de un macho o una hembra por la intensidad del golpeteo. Según lo anterior, los carpinteros solo utilizan el tamborileo como fuente de comunicación entre los de su misma especie.
4. Los carpinteros aprenden a tamborilear
Si bien algunas aves nacen con la capacidad innata de cantar, existen otras especies que deben aprenderlo de sus padres. Este es el caso de los pájaros carpinteros, de los que hasta hace poco no se tenía claridad acerca de cómo era su proceso de aprendizaje. Sin embargo, un artículo publicado en la revista Plos one, concluyó que esta especie utiliza los mismos métodos neuronales que las aves cantoras para aprender el tamborileo.
Es decir, los carpinteros aprenden patrones de picoteo en lugar de melodías para el canto. Además, según esta investigación, los cerebros de estas aves expresan un gen llamado parvalbumina. Este también ha sido encontrado en aves cantoras y humanos durante el proceso de aprendizaje de la vocalización.
5. La relación del picoteo y la capacidad de reproducirse
Finalmente, conforme a lo expuesto en un artículo de la revista Royal society open science, existe una relación entre la coloración del plumaje y la velocidad del tamborileo sobre los árboles. Y es que, de acuerdo con los hallazgos de esta investigación, aquellos ejemplares de colores más fuertes y llamativos, presentaron una mayor velocidad en el picoteo. Tales características se traducen en una mayor probabilidad de reproducción. Pues las hembras tienden a sentirse más atraídas por los machos que exhiben este tipo de distintivos.
Es increíble como la evolución les ha otorgado a los pájaros carpinteros las habilidades ideales para evitar sufrir daños al golpear superficies duras. De igual manera, toda su naturaleza se basa en el tamborileo, pues como se vio anteriormente, lo utilizan para la alimentación, reproducción y comunicación con sus congéneres.
Bibliografía
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