7 curiosidades del pez loro

Los peces loro son unos de animales marinos más llamativos del mundo. ¿Sabías que algunos se cubren con una capa de moco protector todas las noches?
7 curiosidades del pez loro

Escrito por Samuel Sanchez

Última actualización: 17 octubre, 2022

Los océanos son tan vastos como misteriosos. A día de hoy no se puede brindar una cifra exacta que refleje la biodiversidad de los ecosistemas acuáticos, pero según fuentes profesionales, se cree que existen más de 33 600 especies de peces en todo el mundo. Uno de los más fascinantes y con más curiosidades bajo sus escamas es el pez loro.

Este pez actinopterigio marino destaca por su tamaño, colores y hábitos, pues se dice que participa de forma activa en la bioerosión de los ecosistemas acuáticos y que realiza funciones irremplazables. Si quieres saber más sobre el pez loro y sus parientes, sigue leyendo las 7 curiosidades que te traemos en este espacio.

1. El término “pez loro” engloba a muchas especies

En el ámbito divulgativo, es común tomar el nombre común de un animal como designador “oficial”, pero lo cierto es que este a veces carece de relevancia taxonómica. Por ejemplo, si nos referimos a un “pez loro” de forma general, estaremos englobando a 95 especies con características comunes que se sitúan en la familia Scaridae.

Quizá el representante abanderado dentro de este taxón sea el pez loro común (Scarus psittacus), pues es la especie tipo del género Scarus, clado que recoge a 52 de las especies de peces loro repartidas por los distintos océanos del mundo. De todas formas, existen muchos animales parientes de este que se pueden denominar como “peces loro”, por sus características y hábitos comunes.

La variedad de peces loro se reparte en 9 géneros, todos parte de la familia Scaridae.

2. Un grupo de especies tropicales

Una de las características más conocidas del pez loro es que se trata de un animal eminentemente tropical. Independientemente de la especie en la que nos fijemos, todas se encuentran de forma primaria en aguas cálidas de los océanos Atlántico, Índico y Pacífico. Scarus ghobban es la excepción que confirma la regla, ya que se ha aventurado a colonizar el Mediterráneo y el mar Rojo.

¿Conoces curiosidades del pez loro?

3. Un pez típico de los arrecifes de coral

Los peces loro se asocian de forma inequívoca a los arrecifes de coral, tal y como indica Animal Diversity Web. Estos animales son importantísimos en el ecosistema citado, ya que se alimentan de macroalgas que, de otro modo, competirían con las especies formadoras de corales por espacio y recursos.

Esta relación es paradigmática, pues estudios han registrado que algunas especies de peces dentro de este grupo se alimentan también de corales vivos. Es probable que estos animales permitan el crecimiento de los arrecifes con su herbivoría selectiva, pero que también controlen la expansión de los corales por depredación directa.

4. Una alimentación inusitada

Ya que hablamos del trabajo de biocontrol del pez loro, no podemos dejar de citar sus curiosidades en lo que a la alimentación se refiere. La mayoría de los peces loro son animales herbívoros que se alimentan de algas litofílicas, es decir, que crecen sobre las rocas de las formaciones geográficas costeras. Pueden raspar los sedimentos gracias a su “pico” óseo mandibular.

La especie Bolbometopon muricatum es la excepción que confirma la regla, pues este pez loro se alimenta de corales vivos. Los pólipos no son su única base nutricional (no es exclusivamente coralívoro), pero sí que suponen hasta el 50 % de su ingesta diaria. Salvando este caso, se estima que menos del 1 % de los animales de esta familia muerden a los corales a propósito.

5. La esperanza de vida del pez loro es variable

La mayoría de los peces loro viven 5 años o menos, pero de nuevo, existen excepciones a esta afirmación. Bolbometopon muricatum vuelve a destacar, pues rompe récords con una longevidad máxima de 20 años. No es de extrañar, ya que se trata de la especie más grande de este grupo, con unos 130 centímetros de longitud total y hasta 46 kilogramos de peso.

6. La capacidad de bioerosión: una de las curiosidades más importantes del pez loro

El término bioerosón hace referencia a la ruptura de sustratos marinos duros por la acción de ciertos seres vivos. Este proceso puede ser llevado a cabo por moluscos, anélidos poliquetos, esponjas, crustáceos, equinodermos y, por supuesto, peces. El pez loro es el representante más importante de este último grupo, pues gracias a sus hábitos herbívoros, modifica los ecosistemas en los que sea alimenta.

Los peces loro realizan una gran cantidad de bioerosión, ya que se alimentan de las algas adheridas a las rocas, haciendo uso de los músculos de la mandíbula bien desarrollados, la armadura de los dientes y un molino faríngeo para triturar el material ingerido. Como resultado, procesan fragmentos de rocas en partículas finas del tamaño de un grano de arena. 

La erosión del aragonito de los arrecifes de coral por parte de estos peces se calcula en más de 1000 kilogramos al año.

7. Algunas especies producen una capa mucosa especial

Algunas especies de pez loro, como Scarus vetula, excretan una mucosidad muy especial por la boca. Este material viscoso se libera por la noche y genera una suerte de “cámara” protectora sobre el cuerpo del pez, con un par de aberturas que permiten el flujo de agua. Un pez loro tarda de media 30 minutos en sintetizar esta capa y eyectarla por la boca.

El moco secretado tiene un olor y un sabor asquerosos, por lo que se presupone que se trata de un mecanismo antidepredatorio. También podría servir como una especie de cámara de eco, pues permitiría detectar las vibraciones del agua cuando un agente externo a la capa mucosa se acerca al animal.

Más allá de esto, los peces loro buscan refugio en las oquedades rocosas del arrecife de coral.

Un pez loro en el mar.

Las curiosidades del pez loro son numerosas

Como puedes ver, el grupo de los peces loro es uno de los más curiosos del mundo. Además, son unos de los pocos animales marinos capaces de modificar el entorno: al alimentarse de algas con sus picos óseos, terraforman los ecosistemas coralinos y transforman las rocas duras en arena.

Muchas de las especies citadas (como Scarus ghobban) gozan de poblaciones saludables y no se encuentran en peligro de extinción. Sin embargo, otros representantes (por ejemplo Bolbometopon muricatum) no corren la misma suerte y su situación es delicada debido a la sobrepesca. Preservar a estos arquitectos del ecosistema marino debe ser una prioridad.


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  • Hamilton, R. J., Almany, G. R., Stevens, D., Bode, M., Pita, J., Peterson, N. A., & Choat, J. H. (2016). Hyperstability masks declines in bumphead parrotfish (Bolbometopon muricatum) populations. Coral Reefs, 35(3), 751-763.
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