Criaderos ilegales: lo que hay que saber sobre ellos

Los criaderos ilegales son centros que no cuentan con los requisitos mínimos para la cría de animales. Cuando estamos pensando en tener una mascota, este tipo de espacios son la opción menos recomendada.

Protectora de perros.

Los criaderos ilegales tienen características muy específicas que los diferencian de los que sí lo son. Conocerlas es de vital importancia, ya que esto permite hacer una denuncia con mayor conocimiento a las autoridades competentes.

Si bien la adopción es una práctica cada vez más común y fomentada, también es posible que en algunos momentos se pueda requerir de la adquisición de una mascota a través de un centro de cría o criadero. En esos casos, lo fundamental es hacerlo exclusivamente en los que son legales.

¿Cómo reconocer los criaderos ilegales?

Reconocer los criaderos ilegales es esencial y más importante aún es no comprar animales en dichos centros. Se trata, además, de una decisión ética, ya que de lo contrario se contribuye y fomenta la creación de más lugares parecidos.

Lo primero que se debe tener en cuenta es que hay criaderos de toda clase de animales. Los más destacados son: perros, gatos, caballos, reptiles, tortugas y pájaros entre otros. Por otro lado, uno de los primeros aspectos que se deben tomar en consideración es la licencia de actividad del criadero.

Cuando se ejerce una actividad económica, es obligatorio que el ayuntamiento otorgue una licencia de la actividad que está ejerciendo. Este sería el principio de la actividad.

Un criadero ilegal tampoco da facturas. Cabe recordar que cualquier transacción económica debe ir acompañada de una factura que tenga reflejado un IVA del 21 %, por tratarse de la compra de animales. La factura, además, es la única garantía que se tiene de la transacción que se acaba de realizar, y sin ella es imposible hacer ningún tipo de reclamación o devolución.

Dos perros tristes en una jaula.

Los criaderos ilegales y los núcleos zoológicos

Una de las características más llamativas de ese tipo de establecimiento ilegal es que no dispone de un núcleo zoológico, y dicho espacio es de carácter obligatorio. Es decir, todos los criaderos legales tienen el núcleo, ya que no se trata de algo optativo. Dichos núcleos están regulados por los departamentos de ganadería de cada provincia.

Los espacios zoológicos deben cumplir con unas normas muy específicas en cuanto a instalaciones, cuidado y salud de los animales.

Además de lo anterior, los dueños del criadero están obligados a mostrar las instalaciones del lugar, así como también a enseñar a los padres del cachorro que se piensa adquirir. De no hacerlo, es momento de comenzar a sospechar que quizá se trate de un centro de crianza ilegal.

Con respecto a lo anterior, los criaderos ilegales tampoco suelen dar información sobre la raza del perro que se está adquiriendo. En este sentido, el comprador no solo se debe fijar en lo tierno que parezca el cachorro, sino saber su raza, características y determinar si es viable o no mantenerlo.

Un ejemplo de ello son perros de gran tamaño, que crecen mucho y requieren, por ejemplo, más tiempo de ejercicio para mantenerse saludables. Adecuar la mascota al espacio donde vivirá es clave.

Perros mal cuidados en una perrera.

Información básica del animal

Lamentablemente, se producen muchas compras clandestinas y por supuesto, el animal no cuenta con la información básica obligatoria. Generalmente, esos animales se entregan sin papeles, por lo que no se sabe nada de su origen.

Lo más seguro es que tampoco tenga las vacunas correspondientes, cuidados básicos y mucho menos el microchip, pasaporte Europeo y todo lo necesario para su correcta identificación.

Además, los perros, gatos o cualquier otra mascota, deben ser entregados en óptimas condiciones de salud y casi siempre cuando vienen de centros de crianza ilegales no es así. Por el contrario, como estamos viendo, no cuentan ni con la documentación ni con los cuidados básicos que todo ser viviente merece.

Los criaderos ilegales son un verdadero problema, y las personas que piensan adquirir una mascota deben ser responsables y no contribuir a su proliferación. Ello significa no comprar animales procedentes de dichos lugares e incluso ir más allá y hacer una denuncia a las autoridades competentes.

Reconocer los centros de crianza ilegales es muy sencillo: la mayoría no cuenta con núcleos zoológicos, no poseen licencia de funcionamiento y por lo tanto no dan factura.

Además de ello, se niegan a enseñar sus instalaciones y mucho más a responder preguntas sobre la raza del cachorro y quiénes son sus padres. Son muchas las señales, lo importante es estar atentos a ellas y no fomentar esa clase de lugares.

Bibliografía

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  • Deontología y veterinaria legal. 2011. FÁBRICAS DE CACHORROS. Extraído de: https://ddd.uab.cat/pub/trerecpro/2011/85712/fabcac.pdf
  • El diario.es. 2019. Criaderos ilegales, el horror silenciado. Extraído de: https://www.eldiario.es/Animalesderechos/Criaderos-ilegales-horror-silenciado_6_991860829.html
 
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