Puede ser difícil diagnosticar las enfermedades del corazón en perros. De hecho, dependiendo de los aspectos específicos de la condición, es posible que el veterinario no pueda hacer mucho, pero ese no es siempre el caso.
Aunque no hay ninguna forma científicamente comprobada de prevenir las enfermedades cardíacas en perros, los expertos están de acuerdo en que lo mejor que se puede hacer es identificar los síntomas tempranos. Esto permite que el veterinario tenga tiempo para diagnosticar y crear un plan de tratamiento para el perro, y así ayudar a mantener una buena calidad de vida.
La enfermedad cardíaca en perros puede conducir a insuficiencia cardíaca congestiva. Ahí es cuando el corazón del can tiene problemas para bombear sangre al resto de su cuerpo. La enfermedad cardíaca puede afectar un lado del corazón o, a veces, ambos lados. Puede progresar lentamente y puede tardar años en detectarse.
Síntomas de enfermedades del corazón en perros
Los síntomas de las enfermedades cardíacas congénitas aparecen, por lo general, en perros más jóvenes que nacen con esta afección. Por su parte, las enfermedades cardíacas adquiridas tienen más probabilidades de aparecer a medida que el perro envejece.
En cualquier caso, la desaceleración es uno de los primeros síntomas notables de enfermedad cardíaca en los perros. Es decir, cuando el perro es activo, se notará una disminución de la actividad e incluso paradas no habituales, por ejemplo, durante una caminata. Es normal atribuir esto a la edad, la artritis o el malestar, pero no hay que perder de vista que el letargo es un síntoma muy común de las enfermedades cardíacas.
A medida que la enfermedad cardíaca del perro entra en las etapas de insuficiencia cardíaca, la mayoría de los perros comenzarán a toser. Algunos incluso verán un aumento de la frecuencia o esfuerzo respiratorio en reposo, pero la mayoría toserá junto con un aumento en su frecuencia y esfuerzo respiratorio.
Si la raza del perro está predispuesta a ciertas enfermedades del corazón, es recomendable observar la frecuencia de respiración en reposo del perro cuando está en casa. Cuando el perro esté acostado en el suelo, es recomendable contar la cantidad de veces que su pecho se eleva en un minuto. Por debajo de 35 respiraciones por minuto en reposo es normal, en la mayoría de los casos.
Razas más propensas a desarrollar enfermedades del corazón en perros
La mayor parte de los casos de problemas de corazón que tratan los cardiólogos veterinarios son genéticos. Esto hace que la observación de la progresión de la enfermedad cardíaca desde el inicio de la vida del perro, así como su tratamiento, sea un poco más fácil de hacer.
Los perros de razas grandes, incluidos el gran danés, el doberman y el bóxer, tienen más probabilidades de verse afectados por la miocardiopatía dilatada. Este tipo de enfermedad cardíaca en los perros implica el agrandamiento del músculo, lo que disminuye su capacidad para bombear sangre.
El Cavalier King Charles Spaniel es una raza particularmente susceptible a padecer soplos cardíacos. De hecho, según los expertos, el 50% de los perros de esta raza habrá desarrollado un soplo a los cinco años, y el 100% tendrá uno a los 10 años. Caniches, pomeranias y schnauzers también están predispuestos a la enfermedad valvular.
En lo que se refiere a las razas que tienen menos probabilidades de desarrollar cualquier tipo de enfermedad cardíaca, están los terriers, los scotties, los westies y los cairns, entre otros. Estas razas no tienden a verse afectadas con enfermedades del corazón tanto como otras razas pequeñas de perros.
Cómo ayudar a un perro con enfermedad cardíaca
La detección temprana, antes de que el perro sufra una insuficiencia cardíaca, es la mejor manera de controlar las enfermedades cardíacas en perros. Un estudio histórico conocido como el ‘Ensayo EPIC’ encontró que un medicamento recetado para el corazón para perros llamado Vetmedin (pimobendan) ayudó a extender el período de prefallo en un promedio de 15 meses. Como resultado, también extendió significativamente la vida de los perros que tomaron el medicamento en comparación con los que tomaron un placebo.
Explican los investigadores que muchos de los perros en los que se detecta el problema cardíaco en un momento temprano pueden vivir de tres a cinco años antes de que comience el fallo cardíaco. Después de eso, el diagnóstico es altamente variable; puede depender de la raza o si el perro desarrolla arritmias. Algunos solo viven unos meses; en otros puede pasar un año y medio o dos después de que se les diagnostica la insuficiencia cardíaca.