¿Cómo controlar a un perro territorial?

Controlar a un perro territorial es posible si hacemos caso de las señales previas. Cuando existe agresividad, es recomendable acudir a un educador profesional.

Un perro territorial que gruñe.

Cada perro tiene un carácter propio que puede estar influenciado por su raza, el género, el periodo de socialización, la educación que haya recibido o las experiencias vividas.

Un perro territorial defiende ciertos recursos —ya sean personas, comidas, objetos o lugares— y puede ladrar, gruñir, orinar, enseñar los dientes o incluso morder si el tutor se acerca a él. Aquí te mostramos como atajar este indeseable comportamiento.

La conducta territorial en perros

La territorialidad es una conducta normal en la naturaleza, pues los animales delimitan su territorio mediante el marcaje con orina y/o heces y, además, muestran un comportamiento agonístico si es necesario proteger los recursos de este espacio.

El comportamiento agonístico es realizado por los miembros de una misma especie y tiene como objetivo evitar la lucha directa y los costes físicos que esta puede ocasionar. De esta forma, los animales comunican mediante señales amenazantes que el espacio les pertenece.

Es algo instintivo en el lobo, por lo que no es de extrañar que forme parte del comportamiento natural del perro. El problema está en que el can vive en un ambiente humanizado, razón por la cual la territorialidad puede suponer un grave problema.

Un perro agresivo que ladra a otro perro.

Muchos perros realizan actos de territorialidad hacia personas, espacios, objetos o comida. Es una conducta bastante común y suele desencadenarse cuando entra un invitado a casa, el tutor se acerca a la comida, juguetes o incluso a alguna persona por la que el perro sienta apego.

El can puede ponerse nervioso, ladrar y mostrar mediante su lenguaje corporal que la situación no le gusta. También es normal que el perro orine sobre esos recursos que intenta proteger y así los delimita como suyos.

Los gritos o el castigo en estos momentos no sirven de nada, ya que solo pueden provocar más estrés al animal. Probablemente, en estos momentos el can enviará señales de calma para que el tutor cese en esta actividad.

Es importante prestar especial atención a la señales que muestra el perro para evitar situaciones desagradables o empeorar el estado del animal.

¿Dominancia o protección de recursos?

Muchos tutores confunden la protección de recursos con la dominancia, sin embargo, ser dominante tiene sentido en un grupo jerárquico para evitar conflictos entre los miembros —como ocurriría en un entorno natural—. Por lo tanto, este rasgo no es parte del carácter en sí del perro.

En un entorno familiar, el perro no es líder ni subordinado, en un miembro más de la familia y así nos ve a nosotros.

Cuando un perro muestra un comportamiento de guardia o protección con un objeto poco tiene que ver con su posición jerárquica, pues está defendiendo algo de lo que quiere hacer uso y disfrute.

Es típico que el tutor intente quitar el recurso de interés al animal cuando ve que muestra comportamientos protectores, pero con esta acción no se está solucionando nada ni mostrando autoridad. Precisamente, cuando el animal detecta que el tutor va separarle de este objeto es el momento en el que empieza a enviar señales comunicativas.

Controlar a un perro territorial

Cada perro es un caso distinto y su conducta territorial puede tener origen en causas diversas. En general, estos son algunos consejos para controlar a un perro territorial:

  • No perder la paciencia: hay que ser constantes y conscientes de que se está tratando con un animal que no entiende el motivo del enfado humano.
  • Evitar los gritos, castigos o agresiones: para trabajar la conducta del perro, el animal debe encontrarse en un estado mental relajado y receptivo. Estos actos negativos llevan al perro a un estado emocional que imposibilita la comunicación, ya que su grado de excitación es muy alto.
  • Hacer caso de las señales: existen señales precursoras de cada conducta y es importante prestar atención a ellas para prevenir respuestas agresivas.
  • Ofrece una alternativa: no le quites por completo el recurso que protege, ofrécele algo positivo a cambio de abandonar su custodia. A la vez puedes practicar la orden de «dámelo» o «suelta».  De esta forma, asociará a una experiencia positiva al separarse del recurso que le causa la conducta territorial.

Un perro agresivo con otro perro.

Como con otras muchas conductas, es posible ayudar a un perro territorial a gestionar mejor sus emociones. Todo esto se puede trabajar desde casa, pero cuando se desencadena agresividad que pone en peligro a los tutores u otros animales, es necesario acudir a un educador canino profesional.

Bibliografía

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  • Soyunperro. Perro posesivo con sus juguetes ¿Cómo corregirlo?
  • Bradshaw, J. W., Blackwell, E. J., & Casey, R. A. (2009). Dominance in domestic dogs—useful construct or bad habit?. Journal of veterinary behavior4(3), 135-144.
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