Las imágenes de mascotas llevando un collar isabelino abundan en las redes sociales y son divertidas. Sin embargo, cuando el animal de la casa tiene la necesidad de usarlo, ya no causa tanta gracia. Después de una cirugía, el uso de este collar puede ser bastante estresante para las mascotas.
Es importante tener en cuenta que mientras lo usan, cosas simples como comer o beber agua son más complicadas. Además, la percepción a través de su visión y audición también son diferentes mientras portan un collar isabelino. Mientras algunos perros toman con calma el uso del cono, para otros puede ser muy estresante.
¿Qué es collar isabelino y cuál es su uso?
Se trata de un dispositivo médico protector, con forma de cono truncado, que se usa en gatos o perros. Además, su propósito es evitar que el animal muerda, lama su cuerpo o se rasque la cabeza o el cuello mientras cicatriza una lesión o herida. El collar isabelino lleva el nombre de los ornamentos usados en la época isabelina y fue patentado en Estados Unidos en 1959.
Es importante notar que el collar debe ser lo suficientemente corto como para permitir que el animal coma y beba. Aunque la mayoría de las mascotas se adaptan bastante bien, otras no comen ni beben con él, lo que obliga a retirarlo temporalmente para tomar las comidas.
¿Por qué una mascota necesita un collar isabelino?
Las mascotas poseen el instinto natural de lamer cualquier lesión o herida quirúrgica. Por esta razón, es posible que cualquier incisión se vuelva a abrir. Esto aumenta las probabilidades de que se introduzcan bacterias en la herida, lo que podría causar una infección secundaria.
Para muchos dueños de perros, hacer que su can sufra un procedimiento quirúrgico o tenga una lesión es emocionalmente agotador. Sin duda, lidiar con un collar puede ser tan frustrante para ti como lo es para tu perro. Sin embargo, puede ser ineludible.
Además de su uso en la recuperación de lesiones o cirugías, el collar también se puede usar para restringir a los animales con hábitos autodestructivos. Esto en el caso que la mascota esté en periodo de reentrenamiento o de conductas compulsivas.
A menudo se pregunta a los veterinarios si hay alternativas a los collares isabelinos. Lo cierto es que son esenciales para la recuperación exitosa.
¿Son crueles los collares isabelinos?
Muchas personas piensan que el uso del collar isabelino puede ser cruel para la mascota. Sin embargo, existe evidencia científica de que su uso no agrega estrés en el perro, medido por registros de electrocardiogramas.
Por otro lado, es muy difícil tratar muchos problemas corporales, faciales y especialmente oculares sin el humilde collar. También, las heridas y las operaciones postoperatorias quirúrgicas son otros casos que requieren el uso de un collar.
Puedes hacer que tu mascota no tema al collar
Es buena idea, si tienes una cirugía programada, presentarle el collar a tu mascota antes del momento en que necesite usarlo. De esta manera, podrás recompensar con un premio cada vez que tu perro muestre interés en el collar. Primero, debes sostener el cono o colocarlo en el suelo frente a ti. No intentes ponérselo a tu perro de ninguna manera.
Seguidamente, cada vez que se acerque, que lo huela, que venga a ti cuando tengas el collar en tus manos, dale un elogio y una pequeña golosina. Lo mejor es mantener sesiones cortas y divertidas. Repite según sea necesario hasta que tu mascota no muestre miedo o estrés cuando esté en presencia del cono.
Durante este entrenamiento, agrega pequeños golpes en el cono por dentro y por fuera. Esto ayuda al perro a acostumbrarse a los diferentes sonidos que escuchará mientras lo usa.
No olvides camina con tu perro mientras usa el cono para ayudarlo a familiarizarse con el medio ambiente y aprender a maniobrar con él. Además, ayúdalo a moverse a través de las puertas y en las esquinas para que pueda aclimatarse a los diferentes movimientos.
¿Cómo hacer que tu mascota se sienta cómoda con un collar isabelino?
Lo primero es tener presente que el uso del collar isabelino es temporal. Si bien este puede causar algunos inconvenientes o trabajo adicional de tu parte, la recuperación será cuestión de tiempo. Mientras tanto, tu mascota necesitará de tu ayuda como tutor:
- Es posible que tu mascota pueda tropezar al caminar dentro de la casa. Así, es momento propicio de despejar el espacio y resguardar cualquier objeto frágil de valor.
- Ponerle un arnés puede ayudar con el manejo de la mascota, especialmente al subir a los automóviles y subir y bajar escaleras.
- Puedes considerar mantener a tu mascota en un espacio seguro para evitar lesiones, aislarla de otras mascotas en la casa y mantener la vigilancia.
- La hora de la comida puede ser un desafío. Es posible que tengas que levantar los tazones de comida o moverlos para que el collar no los golpee. Aunque les lleva tiempo acostumbrarse a comer con él, es una adaptación posible.
- Para los gatos, las cajas de arena cubiertas pueden ser un desafío. Considera quitarles la parte superior.
- Asegúrate de mantener el collar lo más limpio posible y el cuello de tu mascota seco.
- Mantén el collar puesto en todo momento, a menos que se te indique lo contrario.
- Finalmente, no tengas miedo de hacerle preguntas a tu veterinario. Este puede recomendarte otras opciones y trucos que ha aprendido a lo largo de los años.
Como hemos podido ver, el collar isabelino es un instrumento esencial para la recuperación del perro en muchos casos. Aún así, la introducción de este elemento en la rutina del can debe ser amable, paulatina y gentil.
Bibliografía
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Shenoda, Y., Ward, M. P., McKeegan, D., & Fawcett, A. (2020). “The Cone of Shame”: Welfare Implications of Elizabethan Collar Use on Dogs and Cats as Reported by their Owners. Animals, 10(2), 333.
- Yamada, M., & Tokuriki, M. (2000). Effects of a canine Elizabethan collar on ambulatory electrocardiogram recorded by a holter recording system and spontaneous activities measured continuously by an accelerometer in beagle dogs. Journal of Veterinary Medical Science, 62(5), 549-552.