En lugares en los que las aves conviven en grupo (gallinas, patos, gansos y demás) así como en áreas silvestres, el cólera aviar puede llegar a ser un verdadero problema y causar la muerte de muchos ejemplares. Además, está provocado por una bacteria que suele resistirse a los antibióticos, lo cual complica aún más el cuadro clínico y su abordaje.
Por eso, en este artículo tienes la información básica necesaria para reconocer los síntomas de esta enfermedad, pues una actuación a tiempo puede evitar un brote de grandes dimensiones. Además, encontrarás consejos para prevenir su aparición, así que no te lo pierdas.
¿Qué es el cólera aviar?
Esta enfermedad bacteriana está causada por la bacteria Pasteurella multocida y tiene 3 presentaciones: aguda, crónica e hiperaguda. Su virulencia es compleja y variable, pues depende de la cepa, el huésped y las condiciones de contagio.
Esta bacteria puede formar parte de la microbiota normal (microorganismos comensales) del tracto respiratorio superior de las aves, de forma que se considera un patógeno secundario en otras enfermedades. No obstante, también es capaz de ser el desencadenante primario en algunos cuadros muy concretos.
Pasteurella puede permanecer viable en el medio hasta 2 meses entre 5 y 10 ° C. Es muy resistente.
Las especies domésticas más susceptibles son pavos, patos y gansos jóvenes, aunque entre gallinas se ven a menudo cuadros dentro de las explotaciones masivas. En estas industrias la enfermedad es un verdadero peligro por la facilidad del contagio entre aves hacinadas.
La forma de contagio más común es fecal-oral o por la contaminación del agua y la comida. La bacteria también puede trasmitirse por vía aérea y cutánea a través de heridas abiertas. Esta enfermedad es zoonótica, es decir, que el humano también es susceptible a contraer el cólera aviar si está en contacto con un animal infectado.
Las aves están en riesgo de contagio cuando tocan con su pico una zona que ha sido defecada por un ejemplar enfermo.
Síntomas de la enfermedad
Aunque las presentaciones del cólera aviar suelen ser las habituales de crónica y aguda, en esta condición existe una tercera llamada hiperaguda. Las aves que sufren una manifestación hiperaguda mueren antes de mostrar ningún síntoma, por lo que solamente se puede confirmar la enfermedad con pruebas diagnósticas postmortem.
Síntomas del cólera aviar crónico
Cuando el cólera aviar se cronifica, bien puede llegar a una fase aguda o quedarse en un estado de baja virulencia. En esta presentación se encuentran los siguientes síntomas:
- Infecciones localizadas que supuran, normalmente en el tracto respiratorio.
- Engrosamiento de las barbillas.
- Cojera y caquexia (desnutrición extrema).
- Artritis.
- Hiperemias, petequias (manchas rojas superficiales) y hemorragias.
- Hepatomegalia y cardiomegalia (engrosamiento de corazón e hígado) que pueden cursar con áreas necrosadas.
- Ovarios afectados en gallinas.
Síntomas del cólera aviar agudo
Los episodios agudos pueden preceder a la cronificación de la enfermedad o a la muerte del ave. Los signos clínicos en esta fase son los siguientes:
- Anorexia.
- Fiebre.
- Polidipsia y sed.
- Somnolencia.
- Postración.
- Diarrea abundante que puede contener sangre.
- Problemas respiratorios.
- Mucosidad.
- Cianosis: las crestas y las barbillas adquieren una coloración morada por hipoxia, ya que el ave no oxigena bien por los problemas respiratorios.
- Hemorragias generalizadas.
Tratamiento
El tratamiento del cólera aviar consiste en la administración de antibióticos, no solo en los ejemplares afectados, sino en toda la población que conviva con ellos. Lo ideal es realizar un antibiograma para dar con el antibiótico más adecuado, pues se trata de una bacteria que genera resistencia con facilidad.
Mientras se esperan los resultados de los cultivos se suele administrar una dosis rápida de antibióticos para intentar frenar la enfermedad hasta dar con el tratamiento adecuado. Los principios activos más utilizados son el florfenicol, la trimetoptina con sulfametoxadol y la tetraciclina.
Se deben tomar otras medidas adicionales, como aislar a los ejemplares enfermos, retirar inmediatamente los cadáveres y desinfectar las instalaciones a fondo. Cuanto mejores sean las condiciones de vida de las aves, más posibilidades tendrán de sobrevivir.
De todas formas, cabe destacar que la tasa general de mortalidad se sitúa entre un 5 y un 20 % en los estadios iniciales, llegando hasta un 45 %. A medida que se produce una cronificación, la letalidad desciende a un 2-5 %. Sin el tratamiento adecuado, esta condición reporta un pronóstico general muy pobre.
¿Cómo prevenir el cólera aviar?
Existen varias formas de prevenir la aparición de esta enfermedad. Algunas de las más básicas las puedes encontrar a continuación en forma de lista:
- Vacunación: existen varios tipos de vacunas que pueden administrarse ya desde los primeros meses de vida del ave. Pueden ser necesarias varias dosis, según para qué cepa sea.
- Dar buenas condiciones de vida a las aves: esto incluye espacio suficiente para vivir, buena alimentación, higiene diaria y agua limpia, pues son las garantías básicas de su bienestar y salud.
- Revisiones veterinarias periódicas: aunque es una enfermedad de curso rápido, mantener un buen estado de salud ayudará a que el cólera aviar no pueda aparecer como infección secundaria.
- Desinfección de material de trabajo e indumentaria: esta bacteria se destruye fácilmente con desinfectantes de uso común, lo que supone un método de eliminarla mucho más barato y cómodo que el tratamiento veterinario.
Esta enfermedad puede llegar a ser un gran problema en explotaciones masivas, en las que las aves están hacinadas y las condiciones higiénicas son muy difíciles de mantener a niveles óptimos. En otros contextos, como hogares y refugios, la prevención es la mejor arma, ya que las condiciones de vida suelen ser mejores.
Por otro lado, y como siempre, la recomendación más importante es contar siempre con el servicio de un veterinario especializado en aves, ya que el tratamiento debe ser pautado y el diagnóstico y diferencial, pues el cólera aviar comparte síntomas con otras enfermedades, como la salmonelosis. Nunca se debe medicar a un animal sin supervisión profesional.
Bibliografía
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