Bultos en perros: causas y tratamiento

Las neoplasias en la piel de los perros ocurren con más frecuencia en los mayores de 6 años. Sin embargo, existen otras afecciones con signos de abultamientos que presentan causas y tratamientos diversos.

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A todos nos preocupa la salud de nuestro can. En ese contexto, los bultos en perros son una de las inquietudes más frecuentes, ya que aparecen en cualquiera, sin importar la raza, el sexo o la edad. Se deben a causas muy variables y no necesariamente son signos de gravedad. Aunque algunos sí resultan bastante delicados.

Lo ideal es siempre consultar con un experto que pueda definir la causa y recetar un tratamiento adecuado. Con la finalidad de orientarte en el tema, te traemos este artículo dedicado a las protuberancias en la piel de nuestros perros, por qué aparecen y cómo eliminarlas. No te pierdas ningún detalle.

¿Qué son los bultos en perros?

Como su nombre lo indica, se tratan de protuberancias que salen en cualquier raza, sexo o parte del cuerpo del animal, dependiendo de la causa que los origine. Existen diferentes tipos de bultos en perros, y es que no todos son iguales. Pueden variar en tamaño, consistencia (si son duros o blandos) y también en número (ya que en ciertas ocasiones aparecen más de uno).

Hay que estar muy atentos y anotar todas las variables y características de los bultos que observemos en nuestra mascota. Con el fin de brindarle al veterinario la mayor información posible.

Entre los tipos principales de bultos en los perros tenemos a los quistes, los abscesos (acumulación de pus) y las neoplasias, producto de crecimientos descontrolados de las células.

Las neoplasias cutáneas poseen una incidencia de un tercio de los procesos tumorales en canes y pueden ser benignas o malignas. Las más frecuentes incluyen el carcinoma de células escamosas, los lipomas, los mastocitomas y los tumores de células basales.

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Causas de los bultos en perros

Al igual que la diversidad de bultos existentes en estas mascotas, también hay distintas causas que los ocasionan. Así, tenemos las siguientes:

  • Por golpes y heridas: es frecuente que se produzca un área abultada en tu mascota por algún golpe, accidente, picadura o cualquier tipo de laceración. Así, puede ocurrir enrojecimiento del área y formación de un hematoma, pero, por lo general, estos signos desaparecen al poco tiempo. Si las heridas no se tratan adecuadamente, se pueden llegar a formar abscesos en la piel de los perros. Cuando son producto de peleas, las zonas frecuentes en que ocurren estos bultos son el cuello, la cara y el lomo.
  • Por administración de vacunas: en ciertas ocasiones al colocar alguna vacuna o medicamento se pueden producir protuberancias, aunque no son muy comunes. Aparecen en el área de cuello o en la zona de la cruz, si el can ha tenido alguna punción previa como la administración de un fármaco. Suelen desaparecer al poco tiempo, sin implicar problemas mayores.
  • Por bloqueo de glándulas sebáceas: también se puede formar algún abultamiento por la obstrucción de las glándulas sebáceas de la piel de nuestra mascota.
  • Enfermedades: algunos bultos son el signo de la existencia de alguna enfermedad en el perro. Si son producto de infecciones producen inflamación en los ganglios linfáticos. Los tumores en la piel se generan por la formación de un crecimiento descontrolado de las células. Hay que evaluarlos, ya que pueden ser indicativos de cáncer. También se producen protuberancias provocadas por alergias o exposiciones a sustancias irritantes o tóxicas.

Además, algunas verrugas indican presencia de virus importantes como el del papiloma canino.

Tratamientos para los bultos en perros

Los procedimientos para erradicar estos abultamientos en los caninos son diversos.  En concreto, dependen de la causa que esté generando el problema.

Como hemos visto, algunos bultos no implican mayores cuidados, incluso pueden desaparecer por sí solos, como por ejemplo, en el caso de algunos por vacunación o incluso en los hematomas. También puede ser necesaria la administración de antiinflamatorios.

Por su parte, para los abscesos, se suelen implementar los tratamientos antiinflamatorios, el drenaje de bultos, la limpieza, la desinfección y los antibióticos que permitan inhibir el crecimiento de las bacterias. En bultos de mayor tamaño, puede ser necesaria la intervención quirúrgica.

Los antibióticos también pueden ser útiles en las inflamaciones de los ganglios linfáticos. No obstante, se debe evaluar el cuadro, ya que otros patógenos o agentes extraños pueden intervenir, lo que amerita otros fármacos.

Algunos tumores no generan mayores inconvenientes. Sin embargo, es mejor que un especialista analice a fondo cada caso y realice otros estudios para diferenciar si se trata de un tumor maligno o benigno o cualquier otro tipo de bulto.

Se puede recurrir a una cirugía para quitar todo el abultamiento y el tejido circundante. Además, de ejecutar más análisis, con el fin tener una visión más completa del problema.

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Contar siempre con la opinión de un experto

En cualquier caso, siempre se debe acudir a una consulta con el veterinario, sin importar las características de los bultos en perros. Apenas notemos su existencia, hay que buscar la opinión de un experto que ejecute un diagnóstico oportuno y exhaustivo y seguir sus indicaciones en cuanto al tratamiento. La salud de nuestras mascotas no es un juego y se merecen los mejores cuidados.

Bibliografía

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