¿Cómo adiestrar a un perro cachorro? 10 trucos fáciles que funcionan
Adiestrar a un cachorro no solo es enseñarle trucos graciosos, pues esa adorable bolita de pelo también necesita una educación que le convierta en un adulto independiente y funcional. De lo contrario, podrían aparecer comportamientos indeseados y peligrosos, como destruir cosas o hacer daño a otros perros.
Si acaba de llegar un cachorro a tu vida y vas a comenzar su entrenamiento para la adultez, te aconsejamos poner en práctica el refuerzo positivo, favorecer su independencia y establecer una rutina. Si quieres profundizar en estos y otras técnicas sencillas, te invitamos a leer este contenido. No te pierdas nada, ya que estás ante consejos que te van a facilitar mucho el proceso.
¿Cuándo se considera que un perro es un cachorro?
La permeabilidad al aprendizaje y el nivel de energía cambian a lo largo de la vida de un perro. Un cachorro pasa por un período de socialización en el que aprende de su familia todo lo que necesita para sobrevivir. Esta etapa comienza alrededor de las 4 semanas de vida.
Los canes de tamaño pequeño alcanzan la adultez a los 9-12 meses. En el caso de razas grandes, la infancia y la adolescencia se alargan casi hasta los 2 años de edad. Como ves, tanto en un caso como en otro, tienes mucho tiempo para adiestrar a tu cachorro.
Esto no quiere decir que los perros adultos no tengan la capacidad de aprender, sino que a cortas edades el desarrollo es mucho más rápido.
10 trucos para adiestrar a un cachorro
Los perros aprenden todo de su madre y desarrollan la capacidad de relacionarse con sus hermanos. Cuando son extraídos de su familia original y se entregan a un humano, es necesario suplir ese aprendizaje para que el can sea capaz de vivir a plenitud y con mucha felicidad. Por eso, aprovecha estos consejos para que su educación sea lo más eficaz posible.
1. Siempre en positivo
Castigar a un cachorro solo infunde miedo. El aprendizaje que extraerá de ello es que no debe tener determinado comportamiento delante de ti para que no le pase nada malo, pero no aprenderá la utilidad de ese comportamiento. Por eso, siempre es mejor premiar aquello que se quiere fomentar, que castigar lo que se quiere eliminar.
Por ejemplo, será mejor premiar que se baje del sofá cuando le das la orden que castigarle cuando se suba.
2. Enséñale a sentarse
Lograr adiestrar a tu cachorro para que se siente cuando se lo pides es muy útil para marcar los pasos de muchos momentos de la vida diaria. Desde ir a saludar a un amigo con calma hasta esperar antes de comer del plato, esa pausa ayudará a regular el nivel de activación nerviosa del pequeño.
3. Usa palabras cortas y sonoras
Es mejor «sienta» o «sit» que «siéntate». Los perros tienen una gran facilidad para reconocer palabras del habla humana e, incluso, diferencian idiomas, pero es mejor ponérselo fácil para acelerar los aprendizajes en su etapa de cachorro.
4. Usa el contracondicionamiento
Cuando tu cachorro haga algo indeseable, pídele una respuesta incompatible con ello. Por ejemplo, cuando se lance a saludar a otro perro entre ladridos, pídele que se siente y espere. Con la repetición, lograrás que su primer impulso antes de comenzar una interacción sea sentarse y relajarse.
5. No empieces un entrenamiento concreto hasta que domine el anterior
A pesar de que las normas de convivencia en casa se practican a diario, enseñarle comandos concretos debe realizarse de manera ordenada. Además, muchas órdenes dan paso a otras, así que conviene tener bien aprendidas las bases. En este sentido, de «sienta» puedes pasar a «tumba», o de «suelta» puedes pasar a «trae» (para jugar a la pelota, por ejemplo).
Esto facilita las cosas a tu cachorro, ya que ayuda a distinguir bien tus comandos y afianza su aprendizaje. Además, evita la confusión.
6. Adiestrar a un cachorro también es dejarle que se relacione
Un perro necesita relacionarse con otros de su especie para garantizar un desarrollo psicológico óptimo, además de mantener su bienestar emocional. Por eso, es importante que limites tus intervenciones cuando está interactuando con los otros canes.
Presta atención a señales que indiquen que la interacción está yendo mal, como las siguientes:
- Peleas
- Mordiscos
- Gruñidos que no sean lúdicos
Asimismo, corrige a tu cachorro cuando insista en acercarse a un perro que le ha rechazado varias veces. No es malo que se lleve algún gruñido de un congénere, pero no dejes que la situación escale.
7. Prémiale también con mimos y juguetes
Una de las mejores maneras de lograr que un perro suelte algo que tiene en la boca es intercambiarlo por algo. Como no siempre se puede ofrecer comida, premiarle con mimos es otra muy buena opción para reforzar su comportamiento. Asimismo, se puede ofrecer un juguete que le guste mucho para que suelte lo que ha mordido. Con el tiempo, aprenderá a leer tu petición y a hacer el intercambio.
8. Ponte de acuerdo con tu familia para adiestrar al cachorro
A la hora de educar a un cachorro, la coherencia es fundamental. Si en tu familia usan diferentes comandos verbales o premian de manera inconsistente, el perro no sentirá más que confusión. Por eso, lo ideal es hacer los entrenamientos todos juntos y ponerse de acuerdo para fijar ciertos límites.
9. Establece una rutina
Los perros disfrutan de su rutina diaria. Les da seguridad, pues saben cuándo van a recibir comida o cuándo van a poder aliviar sus necesidades. Si eso ya es valioso para un adulto, constituye una base más que crucial para el desarrollo del carácter del cachorro. Por eso, no dudes en salir, darle de comer y jugar siempre a horas similares: tu cachorro lo agradecerá.
10. Favorece la independencia de tu cachorro
Ciertos aprendizajes muy esenciales —como pasear con correa, hacer pis fuera o jugar sin dar mordiscos— requieren de un proceso algo prolongado. Además, muchos de ellos constan de varios pasos.
Por el camino, las chuches y los mimos se multiplican, pero solo deben usarse para ayudarle a desarrollar estas habilidades básicas. Está bien seguir premiándole por respetar los límites que se le ponen o mientras se realizan trucos, pero lo ideal es que sea capaz de desenvolverse en su vida adulta sin necesidad de recibir refuerzos a cada paso.
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Y, sobre todo, paciencia
Para adiestrar a un cachorro se necesita respirar hondo en muchas ocasiones. A veces se cambian enseres y muebles, se friegan orines, se recogen cacas, se reciben mordiscos o se viven momentos embarazosos en el parque.
Por eso, y a pesar de la gran capacidad de aprehensión que tienen los perros en su etapa de desarrollo, nunca pierdas los nervios. Recuerda que, aparte de enseñarle a ser un perro educado, también estás creando un vínculo de amor con él.
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