¿A qué edad empiezan a ladrar los perros?

Ladrar es una de las formas que tienen los perros para comunicarse y –como lo hacen por distintos motivos– poseen una colección variada de “guaus”. Pero no solo ladran. También gruñen, gimen, aúllan, lloran, se quejan. Y, si salimos del capítulo sonoro, podemos adentrarnos en el lenguaje corporal, que tiene como puntos fuertes sus orejas y su cola. Pero, ¿en qué momento empiezan a emitir sonidos estos animales?

El ladrar es para los canes

beagle ladrando

A los dos o tres semanas de vida, los cachorros realizan sus primeras vocalizaciones: gruñidos y quejidos. Lo harán justo después de empezar a abrir sus ojos y como una forma de llamar a su madre, en busca de alimento y calor.

Alrededor de las séptima semana, comienzan con unos ladridos minúsculos. No obstante, estos tiempos dependerán de las razas. Algunos, más remolones, pueden tomarse hasta la semana 16 de plazo para manifestarse de esta forma.

Los canes, ya desde muy pequeños, ladran por motivos diversos:

  • Para expresar excitación durante el juego.
  • Para indicar que tienen hambre, o que necesitan salir a hacer sus necesidades.
  • Porque anhelan que les den su juguete preferido.

Si acabas de adoptar un cachorro, debes saber que aprenden con rapidez que, mediante el ladrido, consiguen tu atención.

Por tal motivo, lo ideal es que empieces con la educación de tu perro desde un primer momento, poniendo énfasis en no recompensar el ladrido que requiere atención, ya que estarías reforzando un mal hábito.

A medida que tu mascota crece, irás aprendiendo a identificar sus distintos tipos de ladrido. Por ejemplo:

  • Cuando detecta una supuesta amenaza (miedo)
  • Para rechazar a un intruso que se acerca a su territorio (defensa)
  • Al convocar a otro perro para jugar (social)
  • Como forma de amenaza a un competidor (dominante)

Y, si bien los ladridos varían según las razas, los perros de menor tamaño tienden a ladrar más.

¿Cómo aprenden a ladrar los perros?

perros corriendo

Tu cachorro usará como fuente de inspiración a sus congéneres. Si los escucha ladrar, es número puesto que hará lo mismo. Si prestas atención, no es raro que, cuando empieza a ladrar un perro en el barrio, pronto se forma un coro con todos sus vecinos.

Si en tu casa hay un perro adulto, seguramente tu cachorro lo usará como fuente de inspiración e imitará sus acciones. Y es obvio que el ladrido no será la excepción a la regla.

No obstante, la cosa no termina aquí si de ladrar se trata. Podrá responder a ladridos provenientes de un televisor encendido o ante el “guau, guau” con que puedan incitarlo los humanos. También los ladridos pueden ser provocados por sirenas, alarmas de autos e incluso música de tonos agudos.

Mientras tu cachorro se socializa, puede llegar a ladrarle a cualquier cosa o persona desconocida. A medida que el animal se acostumbra a la casa y la reconoce como su territorio, el ladrido puede ser una advertencia para alejar desconocidos o para señalarte que alguien se acerca.

Recuerda que hay otra batería de sonidos que tu mascota también está dispuesta a utilizar:

  • El aullido: Es una forma de comunicación de largo alcance para circunstancias diversas. Si bien está más asociado a sus parientes, los lobos, tu perrito no dudará en usarlo.
  • El gruñido: Lo empleará para asustar, advertir, como forma de defensa o agresión o bien para mostrar dominancia. En este caso, lo acompañará con una mirada directa o con el lomo erizado. Pero también lo puede sacar a relucir mientras juega, acompañándolo con movimientos de su cola para manifestar alegría.
  • El gemido: Equivale a una mirada feliz de los humanos. Lo escucharás cuando da la bienvenida a perros, a personas o a otras mascotas.
  • El sollozo o lloriqueo: Aparece cuando muestra sumisión o frustración. Pero también cuando le duele algo. O, simplemente, cuando quiere llamar tu atención.

Antes de enloquecer por el ladrido –y sonidos aledaños– de tu mascota, recuerda que es una conducta normal de los perros y que cumple funciones diversas. Y que, lo que a ti puede parecerte un ruido molesto, para tu can es una manera de intercambiar información y de comunicarse con propios y extraños. Con paciencia y amor, seguramente encontrarás una forma de convivencia pacífica con tu mascota y sus ladridos.

 

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