5 interesantes datos que no conocías sobre los alces

Dentro de los densos bosques, se dejan ver excepcionalmente unas formas muy curiosas, con un cuerpo grande, peludo y con una corona imponente. Considerados como animales de poder, los alces (Alces alces) se caracterizan por ser unas criaturas que tienen resistencia, agilidad, nobleza, orgullo y una marcada capacidad de supervivencia.

Existen numerosos datos interesantes sobre los alces, entre los cuales resaltan su majestuosidad y fuerza. Hace muchos años, este poderoso animal se podía encontrar en casi todo el continente Americano, pero fue una especie casi exterminada en gran parte de los EEUU. Veamos algunos datos que no conocías sobre este mamífero fascinante.

Breve descripción física

Como ya mencionamos, los alces son animales grandes. Los machos pesan entre 540 y 720 kilos, las hembras llegan a los 400 kilos y los terneros pesan unos 15 kilogramos. La mayoría de los adultos poseen una altura de 1,9 metros. Tienen una cabeza grande adornada con imponentes astas, un hocico grueso y carnoso, con una boca parecida a la de un caballo.

Los machos tienen un saco que les cuelga del cuello, que recibe el nombre de «campana», y disponen de unas patas largas que les permiten correr hasta 55 kilómetros por hora. Además, su pelaje es bastante denso, para poder adecuarse al clima frío de los bosques.

Estos son unos cuantos datos interesantes sobre los alces que se pueden observar a simple vista. Ahora, miremos una serie de aspectos que seguro no conocías de ellos.

1. El comportamiento de los alces es especial

Su comportamiento es un poco variado, pues los alces pueden vivir solos o junto a una manada. Después de estar en celo con su pareja, los ejemplares adultos se reúnen en rebaños pequeños. Estos mamíferos permanecen fieles a su territorio y tienen la capacidad de orientarse por medio del olfato y de su oído. 

En cuanto a su sentido de pertenencia, las hembras suelen ser muy protectoras de sus crías, ya que las defienden de depredadores mediante sus pezuñas. Por otro lado, los machos en épocas de celo luchan hasta la extenuación con sus contrincantes. En este escenario de lucha, usan como arma sus grandes astas.

Las hembras de esta especie no poseen cuernos. Esto es un ejemplo claro de dimorfismo sexual.

2. La taxonomía de los alces es variada

Los alces (Alces alces) son los miembros más grandes de la familia de los ciervos, de nombre científico Cervidae (orden Artiodactyla). Existen varias subespecies dentro de este grupo, entre las que destacan las siguientes:

• Alce oriental: su pelaje es de color marrón caoba. Se encuentra en los lagos de Nueva Escocia, Terranova, Estados Unidos y Ontario (Canadá).
• Alce de Alaska: es la subespecie más grande, ya que de hecho es llamado como «el alce gigante». Estos animales se mueven por parte del oeste de Yukon en Canadá y parte de Alaska.
• Alce euroasiático: los alces euroasiáticos son animales que se mueven desde Europa y Asia hasta Noruega y Finlandia. Tienen un pelaje más oscuro y sus patas son más claras. Muestran cierto parecido a los alces norteamericanos.
• Alce del Noroeste: es una subespecie de tamaño mediano y tiene un color marrón tirando a negro. Se mueve en áreas de Dakota del Norte, Minnesota y Michigan (EE.UU).
• Alce de Shiras: tiene un color marrón grisáceo y un poco pálido. Su territorio es Norteamérica, en las montañas rocosas, el noroeste de Washington y las provincias de Wyoming.

3. Son corredores natos

La principal defensa de esta especie es huir a gran velocidad —cuando lo puede hacer—. Esta carrera obliga a los depredadores a fatigarse muy rápido, pero en contraste, el alce desperdicia poca energía. Esto le da al herbívoro que nos atañe la oportunidad de salvarse de ser víctima de un depredador. 

Los alces también son excelentes nadadores. Aprovechan esta habilidad cuando tienen un lago a su alcance, de manera que les permite escapar de algún depredador incapaz de desplazarse en el medio acuático.

4. Su alimentación es variada

En lo referente a la alimentación, estos mamíferos también guardan muchos secretos. Los alces son herbívoros, por lo que su principal comida es la hierba. Igualmente, comen plantas como el tejo y el abeto y, de la misma manera, les gusta lamer minerales.

Además, los alces poseen la capacidad de explorar lagos poco profundos en busca de vegetación acuática. Lo hacen con su gran hocico, muy sensible para olfatear especies de plantas sumergidas. Especialmente, realizan este trabajo por su habilidad en el buceo; pueden permanecer hasta 50 segundos bajo el agua, mientras van comiendo materia vegetal.

5. Los cuernos son esenciales en la vida de los alces

No hay duda de que los cuernos de un alce son intimidantes e inspiran respeto —recordemos que solo los machos tienen astas—. Estos cuernos salen de su cabeza proyectados en cada lado de manera recta y, en la medida que van creciendo, se dividen en forma de tenedor. La mayoría de estas astas son de 160 centímetros de ancho y pueden llegar a pesar 20 kilos.

Después de la época de apareamiento, el macho deja caer sus cuernos, ya que su objetivo es conservar energía para resistir la temporada invernal. Luego, en primavera, sus astas comienzan a crecer de nuevo. Estas tardan entre 3 a 5 meses en tomar su forma característica.

Una especie en peligro

Lamentablemente, estos animales están disminuyendo a causa de la caza ilegal en el mercado norteamericano. Es esencial frenar esta tendencia poblacional decreciente, pues los alces son esenciales para todos los ecosistemas en los que se encuentran.

En última instancia cabe destacar que, pesar de ser herbívoros salvajes por naturaleza, los alces se pueden domesticar. El contacto con el ser humano —si se hace de forma adecuada— los convierte en criaturas traviesas, inteligentes y leales a su tutor.