Vinchuca, transmisora del mal de Chagas

El mal de Chagas es una enfermedad que se da sobre todo en América del Sur, y el principal causante del contagio es la vinchuca

La enfermedad del mal de Chagas está presente, mayoritariamente, en las zonas rurales de América del Sur, y casi toda la culpa de su propagación la tiene un pequeño insecto: la vinchuca.

Chinche gaucha, chinche besucona, barbeiro… La vinchuca tiene multitud de apodos, ya que en cada región la llaman coloquialmente de una manera diferente, y normalmente pican en la cara o el cuello, de ahí esos nombres.

Cuando lleva a cabo su picadura, suele dejar en la superficie de la piel excrementos contaminados que pueden llegar a tu organismo a través del rascado, si te tocas los ojos o simplemente si tienes un pequeño corte en la piel.

¿Cómo contagia la vinchuca la enfermedad de Chagas?

El causante de tanto revuelo es un microorganismo parásito que se encuentra en las heces de la vinchuca, llamado trypanosoma cruzi. Este insecto portador es el que, al picarte, defeca en la misma zona con sangre donde está realizando la picadura.

Para que una vinchuca haga una picadura efectiva necesita, aproximadamente, 20 minutos. Durante el día y con la persona en movimiento sería casi imposible, por lo que se emplean en la tranquilidad de la noche para llevar a cabo el ataque mientras la persona duerme.

Como es muy habitual que este insecto pique en la cara, el contagio es más efectivo, ya que tiendes a rascar la zona y propagas sin querer las heces por la propia picadura, aunque también se puede hacer efectivo el contagio si tocas con las manos infectadas tus ojos o la nariz.

Uno de los animales a los que más les afecta la picadura de la vinchuca es a las aves, su principal medio de transporte para llegar a las ciudades. Las palomas, en concreto, son la especie que más sufre a este parásito, y rara es la ciudad que no tiene miles de estos pájaros revoloteando entre sus calles.

Síntomas de la enfermedad del mal de Chagas

Se trata de una enfermedad fácil de tratar y de curar, con unos síntomas iniciales tan comunes como fiebre, vómitos, malestar corporal, diarrea, sarpullido, párpados hinchados o dolores en diferentes partes del cuerpo, como cuello o cabeza.

Si se trata a tiempo, todas las consecuencias se reducen a eso, pero si no lo haces, puedes llegar a agravar la situación hasta el punto de sufrir latidos del corazón irregulares que pueden llegar a causar muerte súbita, aumento de las probabilidades de sufrir un derrame cerebral, mal bombeo por un agrandamiento del corazón o problemas en el aparato digestivo que conllevan un estreñimiento importante.

Con este tipo de síntomas tan comunes es necesario recurrir a un análisis de sangre para poder diagnosticar la enfermedad. En el caso de que así sea, se suelen realizar más pruebas en diferentes órganos para descartar posibles daños.

¿Cómo prevenir el contagio de la enfermedad?

En la actualidad no hay ningún medicamento o vacuna capaz de evitar el desarrollo de la enfermedad del mal de Chagas en nuestro organismo. Lo único que se puede hacer si se viaja a países de Latinoamérica es evitar dormir en zonas demasiado expuestas a la naturaleza o con techos de paja.

La mejor opción es utilizar productos repelentes de insectos, sobre todo a la hora de dormir, que es cuando este insecto suele llevar a cabo el ataque. En cualquier caso, si nos encontramos una picadura en la cara, y sospechamos que puede ser de una vinchuca, lo mejor es acudir al médico.

Otros métodos de contagio al margen de la vinchuca

Además del contagio a través de la picadura del insecto, esta enfermedad se puede contagiar de madres a hijos durante el embarazo, por transfusiones de sangre que contengan este microorganismo o por vía oral, aunque la más común y peligrosa es la que se lleva a cabo a través de la temida vinchuca.