Tularemia en conejos: todo lo que debes saber

La tularemia es un problema muy grande en granjas de cría de conejos que se encuentran en condiciones de semilibertad. A nivel europeo, su declaración a las autoridades es obligatoria.
Tularemia en conejos: todo lo que debes saber

Escrito por Samuel Sanchez

Última actualización: 12 diciembre, 2022

La tularemia en conejos es una enfermedad que va mucho más allá del ámbito veterinario, pues puede suponer un serio problema para el ser humano. Se trata de una zoonosis: al entrar una persona sana en contacto con la piel de un animal afectado, esta puede contagiarse fácilmente.

Además del contagio por contacto, distintos grupos de arácnidos pueden transmitir la enfermedad. Las garrapatas de las especies Dermacentor andersoni y Amblyomma americanum, entre otras muchas, distribuyen al agente patógeno con su picadura. La bacteria que provoca la enfermedad pertenece a la especie Francisella tularensis.

Esta enfermedad no suele afectar a los conejos domésticos que viven en pisos pero, si forman parte de una granja a campo abierto, la cosa cambia. Si quieres saberlo todo sobre la tularemia en conejos y humanos, sigue leyendo.

Causas de la tularemia

Como hemos dicho anteriormente, el agente causal es la bacteria Francisella tularensis, un parásito intracelular obligado. Cabe destacar que se tratan de unos bacilos muy resistentes, pues no mueren en condiciones ambientales climáticas que alcanzan la congelación y son relativamente inmunes a la lejía.

Los hospedadores típicos de esta bacteria son los conejos y otros lagomorfos, pero se estima que puede infectar, de forma accidental, a más de 100 especies de mamíferos distintas —entre las que se encuentra el ser humano—. Aunque los mamíferos carnívoros son susceptibles de contagiarse, estos suelen presentar muy pocos síntomas.

Entre las especies más afectadas encontramos a diversos grupos de roedores, conejos, liebres de la nieve y otros lagomorfos. Además de ello, los Centros Para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) indican lo siguiente: los gatos domésticos son muy sensibles a esta enfermedad, por lo que actúan como reservorio para la infección en humanos.

La enfermedad se contrae cuando una garrapata o mosca hematófaga pica al hospedador, hecho que le permite a la bacteria entrar al torrente sanguíneo. Dependiendo del animal infectado, la sintomatología  puede variar de leve a grave.

Se han reportado brotes epidemiológicos de tularemia por la compra de hámsteres infectados en tiendas de animales.

La garrapata es la causante de la anaplasmosis canina.

Síntomas de la tularemia en conejos

Por desgracia, describir los signos clínicos de la tularemia en conejos es complejo, pues la mayoría de los animales que la contraen terminan muriendo a los 8-14 días sin que puedan ser estudiados. En condiciones laboratoriales, estos son algunos de los signos clínicos que se pueden detectar:

  • Debilidad, que se traduce en una menor movilidad por la jaula/parcela y falta de ganas de comer.
  • Úlceras en la piel, que se forman en el sitio de la infección.
  • Fiebres intensas.
  • Linfadenopatía regional, es decir, la inflamación de los ganglios linfáticos más cercanos a la zona de la picadura.
  • Aparición de abscesos, acumulaciones de pus debajo de la piel.

Si tu conejo es doméstico y no suele salir a parcelas abiertas, estos síntomas seguramente se deban a cualquier otra patología. Si por otro lado tienes una colonia de animales en un ambiente de granja al aire libre, mantente alerta, pues puede que estés ante el primer paciente de un brote de tularemia.

El efecto de la enfermedad en los humanos

Tal y como indica la Clínica Mayo, las personas con tularemia suelen presentar síntomas similares a los del resto de mamíferos afectados, pero en menor proporción. El paciente experimentará fiebre, úlceras cutáneas, escalofríos, dolor de cabeza, inflamación de los ganglios linfáticos y otros signos característicos.

Además de ello, la bacteria puede colonizar el tejido ocular o pulmonar, lo que cambia bastante los signos clínicos. Por suerte, la mayoría de personas se suelen curar con tratamiento antibiótico desde casa, sin necesidad de ser ingresadas en un ambiente hospitalario. La tasa de letalidad de la enfermedad es de un 4 %.

Tratamiento

La estreptomicina y la tetraciclina son los antibióticos de elección para todos los animales infectados. Las flouroquinolonas y el cloranfenicol también se utilizan en los seres humanos, con el fin de paliar signos clínicos asociados.

Si tienes una granja al aire libre y sospechas que alguno de tus conejos pueda tener tularemia, apártalo del resto con presteza y llévalo al veterinario. Recuerda siempre manejar al animal con guantes y, una vez comience su tratamiento, limpia todo el entorno de la colonia con desinfectantes que no estén compuestos a base de lejía.

Un grupo grande de conejos.

Recomendaciones finales

Como habrás podido comprobar, la tularemia es una enfermedad grave para los conejos y muy desagradable para los humanos. Lo mejor para evitar el riesgo de contraerla es limitar el contacto de los animales de la granja con otros seres vivos silvestres y aplicar antiparasitarios de forma asidua en los animales.

Para que un tutor no contraiga la tularemia, es necesario que siempre camine con pantalones largos y lleve guantes en entornos con animales en semilibertad. En caso de que te pique una garrapata de cualquier tipo, lo mejor es que acudas al médico para que te hagan las pruebas pertinentes.


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