Tardígrados, los animales más resistentes del mundo

Parte de la extrema resistencia de los tardígrados proviene de sus avanzadas proteínas de defensa y reparación del ADN. Por ello, se consideran unos de los seres más resistentes del mundo.
Tardígrados, los animales más resistentes del mundo
Francisco Morata Carramolino

Escrito y verificado por el biólogo Francisco Morata Carramolino.

Última actualización: 30 julio, 2022

Los tardígrados, también llamados ‘osos de agua’ o ‘cerditos del musgo’, son animales sorprendes en todos los aspectos posibles. Por un lado, son extremadamente abundantes y ubicuos, ya que se han encontrado desde en el Ártico hasta en las profundidades de los océanos —y las selvas tropicales—.

Además, estos invertebrados son minúsculos para la complejidad estructural que los caracteriza. Los adultos apenas miden medio milímetro, pero cuentan con varios pares de patas, que utilizan para caminar por su mundo microscópico. Esto hace que, a pesar de ser tan frecuentes, pasen desapercibidos.

Por último, estos son animales tan resistentes que resulta difícil de creer. Estas minúsculas criaturas no se inmutan ante condiciones que acabarían con la inmensa mayoría de la vida del planeta, ya que pueden incluso sobrevivir al vacío del espacio exterior. Si quieres aprender más sobre estos invertebrados casi indestructibles, sigue leyendo.

Características de los tardígrados

Los tardígrados conforman su propio filo de animales, una de las clasificaciones más amplias dentro de este reino. A grandes rasgos, esto significa que son un grupo muy diferenciado, que se separó evolutivamente del resto hace mucho tiempo y, por tanto, tiene unas características únicas. Aun así, son parientes de los artrópodos, así que recuerdan un poco a ellos.

El cuerpo rechoncho de estos invertebrados está dividido en 5 segmentos visibles. El primero de ellos contiene la cabeza. Los otros 4 portan un par de patas por segmento: estas son cortas, gruesas y están acabadas en garras, que varían según la especie.

El último par de patas emerge del final del animal, por detrás de la cloaca, de un modo peculiar no visto en otros seres vivos.

La cabeza puede contener un par de ojos, además de la estructura bucal a modo de tubo, que estos invertebrados utilizan para alimentarse. Por dentro, el cuerpo de los tardígrados es muy similar al de otros animales: contiene un sistema digestivo con esófago, estómago y otras partes comunes, además de un sistema nervioso con un cerebro.

Por otro lado, el exterior está cubierto de una cutícula dura y flexible, que les protege a estos animales de los elementos nocivos. Esta coraza debe ser mudada a medida que el tardígrado crece.

Además, la cutícula sirve para diferenciar entre los 2 grandes grupos de osos de agua. Los eutardígrados tienen una cutícula lisa, que les da un aspecto redondeado, mientras que los heterotardígrados presentan placas en la cutícula que recuerdan a una armadura.

Cuando nacen, estos animales pueden medir tan poco como 0,05 milímetros. De todas formas, los adultos de la mayoría de especies suelen crecer hasta los 0,5 milímetros, aunque algunas especies alcanzan hasta 1,5 milímetros. Con atención, algunos de ellos pueden verse sin necesidad microscopios.

Un tardígrado en tres dimensiones.

¿Dónde viven los osos de agua?

Los tardígrados están en todas partes. Se han encontrado en zonas intermareales, en lo profundo de los océanos, en el Ártico y en las copas de los árboles de zonas boscosas.

Las más de 1000 especies de tardígrados descritas hasta el momento pueden dividirse en 3 grupos, atendiendo a su ecología. Algunos son marinos, otros son dulceacuícolas y la gran mayoría de los conocidos son ‘terrestres’.

En realidad, estos últimos tardígrados viven en las pequeñas acumulaciones de agua que se almacenan en medios terrestres, sobre todo en líquenes, musgos o vegetación similar.

Estos hábitats son sorprendentemente extremos, ya que proveen a estos animales de muy poca protección. Además, para complicar aún más las cosas, los tardígrados están expuestos a periodos prolongados de radiación solar directa. Esto puede provocar que se seque la masa de agua donde viven en muy poco tiempo.

Las adaptaciones que permiten a estos animales sobrevivir las condiciones más duras imaginables han surgido, precisamente, como respuesta evolutiva a la vida en los estos ecosistemas severos y cambiantes. Los tardígrados marinos y de agua dulce viven en ambientes mucho más estables, por lo que no muestran las increíbles aptitudes de los terrestres.

Los animales más duros del planeta

Los tardígrados son capaces de pasar por un proceso denominado criptobiosis, mediante el que se transforman en una estructura de resistencia, llamada ‘tun’. Para ello, pierden más del 90 % del agua de su cuerpo, reducen su tamaño a un tercio del original y detienen el metabolismo.

Aunque esta forma de resistencia surgió para sobrevivir a la sequedad temporal o la irradiación de los líquenes y musgos, es eficaz contra casi cualquier circunstancia desfavorable que se pueda imaginar.

Bajo la forma de ‘tun’, se ha comprobado que los tardígrados son capaces de sobrevivir a muchísimos estresores exógenos. Entre ellos, destacamos los siguientes:

  • 20 horas a -272,95  grados Celsius: esto es cercano al cero absoluto, la temperatura más baja que puede alcanzarse.
  • 20 meses a -200 grados Celsius.
  • Altas temperaturas, de hasta 150 grados Celsius.
  • 6000 atmósferas de presión.
  • Concentraciones elevadas de gases tóxicos, como monóxido de carbono, dióxido de carbono, dióxido de azufre y de nitrógeno.
  • 30 años sin alimento ni agua.
  • El vacío del espacio y radiación ionizante directa.

Tras ser expuestos a estos extremos y recuperar las condiciones óptimas, los tardígrados vuelven su estado activo en cuestión de horas o minutos. Cuando el ambiente lo permita, seguirán con sus vidas como si nada hubiera pasado.

Un tardígrado en un fondo blanco.

En definitiva, estos pequeños invertebrados son los supervivientes supremos. Sus increíbles habilidades están permitiendo a los investigadores descubrir más sobre los límites de la vida, así como algunos de los secretos de la biología, física y química que los condicionan.


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