¿Son las orugas gusanos?

Las orugas y los gusanos comparten muchísimas características, pero ¿sabes si se tratan exactamente de lo mismo? Aquí te damos respuestas.

¿Son las orugas gusanos?

¿Son las orugas gusanos? Esta pregunta parece poco relevante en primera instancia, pero la realidad es que puede marcar la diferencia entre un contacto pegajoso y una visita rápida a urgencias. En efecto, algunas orugas son venenosas y con sus pelos urticantes son capaces de provocar reacciones locales graves en el ser humano. ¿Se puede decir lo mismo de los gusanos?

Vermiforme, agusanado, alargado y muchos más adjetivos hacen referencia a un inmenso grupo de invertebrados, todos ellos con cuerpos cilíndricos que se arrastran por los fondos marinos o los suelos terrestres. ¿En qué se diferencia un gusano de una oruga? En esta oportunidad, te traemos la respuesta con base en conocimiento científico y genético.

¿Qué son los gusanos y las orugas?

En la población general, el término “gusano” hace referencia a todo invertebrado alargado y con hábitos fosoriales (vivir bajo tierra o en su superficie). De todas formas, la clasificación taxonómica de los seres vivos puede no estar del todo de acuerdo con esta acepción. A continuación, exploramos a cada grupo por separado.

Gusanos

Según el Diccionario Oxford Languages, un gusano es todo animal invertebrado de cuerpo aplanado o cilíndrico, blando, alargado, contráctil y sin extremidades. Esta designación carece de interés taxonómico, pues engloba a un grupo de seres vivos que están muy alejados a nivel genético.

El término “gusano” proviene de la palabra vermes, acuñada por Carl Linnaeus y Jean-Baptiste Lamarck en la obra Systema Naturaepublicada por primera vez en el año 1735. Este clasificación ahora obsoleta englobaba a todos los invertebrados vermiformes o agusanados que no fueran artrópodos, incluyéndose así babosas, nemátodos y muchos seres vivos más.

A día de hoy, la clasificación que aquí nos atañe se ha perfilado un poco más, pero sigue siendo polifilética. Esto quiere decir que incluye miles de especies sin parentesco directo alguno, y por tanto, carece de interés científico. A nivel general, se consideran gusanos los siguientes grupos de invertebrados:

  • Platelmintos: son un filo de invertebrados simples, bilaterales y no segmentados. No tienen órganos respiratorios y circulatorios específicos, por lo que se consideran “basales” en lo que a evolución se refiere. Algunos son parásitos y otros de vida libre, pero se asocian a ambientes húmedos de agua salada o dulce, aunque existan especies terrestres.
  • Nemátodos: a diferencia de los platelmintos, los nemátodos presentan un sistema digestivo tubular con aperturas en ambos extremos (boca y ano). Algunos de los parásitos del ser humano más comunes (como Ascaris y Anisakis) se encuentran en este grupo.
  • Anélidos: los anélidos son animales mucho más evolucionados que los ya citados, ya que poseen sistema nervioso, circulatorio, digestivo y hasta respiratorio (en forma de branquias a veces). Estos invertebrados están segmentados y pueden colonizar medios tanto terrestres como acuáticos. Las famosas lombrices de tierra están en este grupo.

Más allá de esta clasificación, otros autores argumentan que los onicóforos, los priapúlidos e incluso las larvas de los insectos podrían agruparse bajo el paraguas de los “gusanos”. De todas formas, se puede afirmar que la norma es lo citado en el listado.

¿Son las orugas gusanos?

Orugas

El término “oruga” implica muchos menos quebraderos de cabeza, pues solamente hace referencia a todas las larvas de insectos del orden Lepidoptera. Dicho de forma aún más sencilla, todo estadio larval de una mariposa o de una polilla es una oruga, independientemente de su forma y su tamaño.

Todos estos insectos cumplen un plan corporal común: se dividen en segmentos, tienen 6 patas (más las pseudopatas carnosas del abdomen) y respiran por un sistema traqueal, que se comunica con el exterior a través de los espiráculos. Los 3 primeros segmentos tras la cabeza forman el tórax, mientras que los 10 siguientes suponen la región abdominal.

Muchas orugas adoptan colores simulares a los del medio ambiente para mimetizarse con ellos (cripsis). Por otro lado, otras tienen tonos mucho más llamativos para disuadir a sus depredadores, algo conocido como aposematismo. Además, algunas especies poseen pelos con compuestos químicos urticantes o tóxicos como método de defensa definitivo.

Las orugas tienen forma agusanada, pero según clasificaciones, no serían gusanos a nivel estricto.

Una oruga sobre un fondo blanco.

¿Son las orugas gusanos?

Ahora que conoces la información básica encerrada en ambos términos, te recordamos la pregunta planteada inicialmente: ¿son las orugas gusanos? Si bien es cierto que el término “gusano” puede englobar a todo ser vivo vermiforme, en un sentido más estricto se podría decir que no. Una oruga no es ni un platelminto, ni un anélido ni un nemátodo, sino un insecto lepidóptero.

Quizá lo más parecido en esta lista a las larvas de mariposa sean los anélidos terrestres, más conocidas como “lombrices”. De todas formas, debes recordar que los anélidos carecen de patas como tal (algunas especies presentan parapodios o prolongaciones, pero no son patas) mientras que las orugas sí poseen 6 extremidades bien definidas en los segmentos torácicos.

Además de esta diferencia, también es necesario recalcar que las lombrices son generalistas y detritívoras de los suelos, mientras que las orugas viven en las hojas de las plantas y se alimentan de forma exclusiva de materia vegetal (salvo excepciones). Mientras que un grupo se ha especializado en la herbivoría, otro se encarga de descomponer materia orgánica.

Las orugas son invertebrados vermiforme, pero no por ello tienen por qué ser concebidas como gusanos. No son anélidos, platelmintos o nemátodos.

¿Orugas o gusanos?

Consideraciones finales

En última instancia, cabe destacar que si escuchas a alguien referirse a las orugas como gusanos tampoco estaría del todo equivocado. Como hemos dicho, este último grupo es polifilético, y por lo tanto, todo ser vivo vermiforme puede entrar en él. No es lo más correcto, pero en sus acepciones más amplias sí que se concibe.

Si algo nos queda claro tras ahondar en el mundo de la taxonomía de los invertebrados es que los términos utilizados por la población general sirven de poco en el mundo científico. Al final, a la hora de designar especies y construir géneros, familias y órdenes, lo único que importa es la relación genética de los integrantes, independientemente de su forma o apariencia externas.

Bibliografía

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