El síndrome de Wobbler, o espondilomielopatía cervical (CSM), es una enfermedad que afecta la columna cervical de los perros de gran tamaño. El diagnóstico temprano es fundamental para evitar complicaciones severas, como la discapacidad o el déficit neurológico. Te resumimos las causas, los síntomas y el tratamiento de dicha enfermedad.
Síndrome de Woobler: características y síntomas
El síndrome de Woobler engloba diversos trastornos degenerativos crónicos que suelen provocar problemas motores y daños neurológicos. Sucede cuando la medula espinal y los nervios del cuello son sometidos a excesiva compresión (mielopatía).
La enfermedad solo se hace visible cuando el paciente empieza a quejarse de constantes dolores en la nuca. Un síntoma inespecífico que, además, es muy difícil de reconocer tempranamente en los perros.
Por ello, la mayoría de los diagnósticos se suelen reconocer después de la aparición de signos neurológicos más avanzados. Normalmente sucede cuando el perro empieza a caminar tambaleante, y pierde el equilibrio con facilidad.
- Los principales síntomas del síndrome de Woobler son:
- Caminar inestable y tambaleante, generalmente con pasos cortos.
- Dolor o rigidez en el cuello.
- Pérdida de masa muscular en los hombros y miembros delanteros.
- Cansancio y debilidad.
- Parálisis parcial o completa.
- Hinchazón en las patas delanteras y traseras.
- Dificultad para levantarse y moverse.
Síndrome de Woobler: causas y herencia genética
Se sabe que una mielopatía deriva de la reducción del canal óseo que circunda la medula espinal blanda (canal vertebral). Dicha reducción suele ser causada por una malformación ósea o por un deslizamiento del disco intervertebral.
Se desconoce la etiología específica del síndrome de Woobler. Pero estos conocimientos, sumados a la compatibilización de diagnósticos, permiten presumir que la herencia genética es clave.
Casi el 50% de los casos diagnosticados afecta a perros de las razas doberman, mastín y gran danés. También se observa mayor predisposición en las siguientes razas: perro lobo irlandés, basset hound y rottweiler.
Otro factor determinante es el tamaño del animal. Se supone que el rápido crecimiento de los perros de gran talla les hace más susceptibles a enfermedades degenerativas.
Cerca del 70% de los diagnósticos del síndrome de Wobbler se manifiesta en perros grandes y gigantes. Algunos casos raros se han dado en perros pequeños o miniatura de las razas yorkshire, pinscher y chihuahua.
Diagnóstico del síndrome de Woobler en perros
El diagnóstico diferencial para el síndrome de Wobbler se realiza por la observación de la columna y de las vértebras. Para ello, el veterinario solicitará la realización de una prueba de rayos X, una tomografía computadorizada, una resonancia magnética y una mielografía.
Normalmente, el veterinario pedirá también análisis de sangre y de orina para descartar otras patologías más frecuentes. El profesional también tendrá en cuenta un análisis del cuadro del animal y de su perfil genético.
Tratamiento del síndrome de Woobler en canes
El tratamiento consiste en la intervención quirúrgica para aliviar y descomprimir la presión en la medula espinal. Pero su viabilidad dependerá del cuadro físico del animal y de la ubicación de la compresión en la medula.
Cuando el animal está muy debilitado o tiene una edad avanzada, el veterinario puede optar por no realizar la cirugía. La probabilidad de fallecimiento o daños neurológicos irreversibles es tan alta que no justifica exponer el animal a este riesgo.
En estos casos, el tratamiento suele ser ambulatorio para reducir el dolor y mejorar la calidad de vida del perro con un síndrome de Woobler
Recuperación de la cirugía
Para garantizar una adecuada recuperación, el perro deberá cumplir un periodo de reposo de dos a tres meses. Es fundamental evitar que el animal salte o corra para no perjudicar la adhesión y unión ósea.
Mientras el perro no pueda caminar, es importante mantenerlo sobre superficies blandas y suaves. Lo ideal sería que el animal quedara bajo observación para evitar la formación de ulceras y heridas.
La terapia física será fundamental para acelerar la recuperación y fortalecer el cuerpo del perro. También evita la pérdida de masa muscular y la atrofia por falta de movimiento y ejercicios.
Síndrome de Woobler: ¿es posible prevenir?
Como está asociado a factores genéticos, no es posible hablar de una prevención específica para el síndrome de Woobler. Pero sí se puede fortalecer el organismo y el sistema inmunológico de tu mejor amigo para un desarrollo más saludable.
Por tanto, es indispensable proporcionarle una alimentación equilibrada y actividad física regular. Además de respetar su medicina preventiva y las visitas periódicas al veterinario.