Por desgracia, nada en esta vida es permanente. La materia viva se degrada, pues uno de los requisitos para considerar que algo está «vivo» es la pérdida de facultades y la muerte fisiológica que se alcanza con el tiempo. Los canes de compañía no son una excepción a esta regla y, por ello, hoy te traemos 11 signos que indican que un perro va a morir.
En muchas ocasiones, el tutor nunca llegará a percibir estos comportamientos en su can, pues puede que este ya se encuentre ingresado en una clínica veterinaria. Si el deceso se acerca, el profesional encargado del cuidado del animal avisará al tutor para que ambos puedan despedirse en paz y tranquilidad. Por desgarradora que sea, la muerte es parte de la vida.
¿Cuáles son los signos que indican que un perro va a morir?
La muerte es un efecto terminal que resulta de la extinción del proceso homeostático del organismo de cualquier ser vivo. Este evento puede producirse por causas naturales —vejez, enfermedad o depredación— o inducidas, como las defunciones provocadas por accidentes de tráfico, desastres medioambientales, eutanasia y homicidio.
En el caso de los perros, la mayoría mueren por causas naturales, a pesar de que su hora llegue antes de lo esperado por un cáncer o una enfermedad autoinmune. Sin más dilación, te mostramos los 11 signos que sugieren que la vida de tu perro puede terminar pronto.
1. Letargo prolongado y desinterés
Un can duerme de media unas 10 o 12 horas al día, así que no es raro verlo descansando durante mucho rato. De todas formas, si el animal no responde a los estímulos que antes le hacían brincar de alegría, puede que algo esté yendo mal a nivel fisiológico. Otro indicativo claro de deceso cercano es que el perro descanse en un sitio donde antes no lo hacía.
2. Pérdida de apetito
La pérdida de apetito en perros suele deberse a ansiedad, depresión, estrés por separación y algunas enfermedades. Esta anorexia puede ser parcial o total, lo que determina en gran medida la gravedad del cuadro clínico. Aunque no siempre es un signo de fatalidad inminente, una falta de ganas de comer prolongada en el tiempo puede ser señal de un fallo multiorgánico que tiende a desembocar en muerte.
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3. Incontinencia
La incontinencia urinaria en perros ancianos es muy común y puede deberse a muchos factores. Con el tiempo, los músculos que rodean el sistema urinario del animal se debilitan y su control nervioso sobre ciertas partes del cuerpo puede disminuir. Así, es normal que miccione fuera de sus paseos o en lugares donde antes no lo hacía.
La incontinencia no es en sí misma un signo clínico de que un perro va a morir. De todas formas, si esta aparece de forma súbita con algunos de los síntomas ya citados, puede evidenciar que al can no le queda mucho tiempo de vida.
4. Respiración atípica
Una respiración atípica y toses continuas pueden ser indicio de que el can está muriendo. En algunos casos, estos comportamientos indican que el equilibrio homeostático del organismo se ha roto, lo que provoca que los alveolos pulmonares se encharquen con líquido. En este punto —si el animal es anciano— el pronóstico es muy pobre.
5. Vómitos
Cuando un animal está cerca de morir, suele ser incapaz de digerir bien el alimento. Esto le provocará vómitos, que a su vez fomentarán la debilidad y deshidratación típicas de un cuadro grave. Si un can vomita de manera repetida y no es capaz de mantener el bolo alimenticio en el estómago, entrará en un estado crítico que pone en peligro su vida y precisa de atención inmediata.
6. Conductas dependientes
Por desgarrador que suene, un perro que está cerca de morir puede requerir caricias y atención de su tutor. Al fin y al cabo, esta es la figura en la que más confía, así que buscará a su referente humano para poder irse tranquilo y en paz de este mundo. Aunque no es posible saber con seguridad si la muerte le causa miedo, es claro que se siente seguro al estar cerca de su familia.
7. Convulsiones
Las convulsiones se producen a causa de una actividad eléctrica anormal en el cerebro, que puede venir precedida por un traumatismo grave, intoxicaciones, consumo de fármacos, tumores cerebrales, bajo nivel de sodio en sangre y otros desajustes fisiológicos. Por desgracia, algunas de estas patologías desembocan en la muerte del animal.
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8. Cambios en el color de las encías
Un color blanquecino o gris en las encías de un perro es uno de los signos de enfermedad grave, lo que significa que si no se atiende pronto puede llegar a morir. Por la razón que sea, no está llegando la sangre correctamente a los órganos, hecho que se evidencia en el tejido bucal del animal. Algunas de las causas comunes de ello son la anemia, hemorragias internas, presión arterial baja y otras patologías.
9. Pérdida de coordinación
La pérdida de la coordinación es otro de los signos que sugieren que el perro va a morir. Cuando el sistema nervioso del animal falla, este puede tener problemas para levantarse, se dará golpes contra las paredes y se moverá de forma descoordinada. Esto suele ser indicativo de una patología grave.
10. Respiración extraña
La respiración es controlada de manera inconsciente por el sistema nervioso central. Por ello, si el perro inhala o exhala más lento o más rápido de lo normal, es probable que signifique que su cuerpo está perdiendo la capacidad de regular sus funciones. Este signo de alerta también puede ser ocasionado por una enfermedad tratable, así que es mejor acudir al veterinario de inmediato.
11. Irritabilidad
Los canes no dejan de ser animales y, por ello, en sus últimos momentos de vida puede que el instinto tome el control de su cuerpo. Si un perro presenta algunos de los síntomas ya citados y no deja que se acerquen a él, puede ser porque sienta que su vida se ve amenazada y no quiera que nadie le haga daño en sus últimos momentos.
¿Qué puedo hacer si mi perro se está muriendo?
Si detectas que tu perro muestra alguno de los signos de que va a morir, acude de inmediato con un veterinario. A pesar de que estos signos pueden significar la existencia de un problema grave, no todo está perdido y es probable que aún exista una solución. Sin embargo, solo podrás salir de la duda si acudes con un profesional calificado.
Es necesario tener presente que no siempre se pueden obtener buenas noticias en estas condiciones, por lo que se deberá estar preparado para cualquier situación. No pierdas por completo la esperanza, pero sé consciente de que es posible que pase lo peor.
De hecho, en caso de que la mascota sufra demasiado por su condición, es probable que el veterinario recomiende la eutanasia. Independientemente de tu decisión, procura siempre tomar en cuenta las necesidades de tu perro. Toma el tiempo que desees para pensarlo y consúltalo con tu familia y amigos.
¿Qué hacer si mi perro muere?
No existen palabras para explicar el dolor que se siente ante la pérdida de una mascota, ya que es imposible cuantificar el amor y el apego que se experimenta. Aun así, recuerda que tu familia y tus amigos son el mejor apoyo emocional, por lo que trata de estar a su lado para superar esta difícil etapa.
Es entendible que durante los momentos inmediatos a la partida de tu compañero no quieras saber nada más del proceso. Sin embargo, es necesario decidir el destino de su cuerpo. Por lo general, existen dos opciones principales, la incineración y el entierro. La primera suele ser la más usada porque permite mantener cerca a tu mascota de una forma sencilla. Aunque la segunda también es una excelente opción.
Algunos tutores rebasan los límites y deciden optar por una tercera opción, el embalsamiento (disecación). Esto no es apto para todos los tutores y se desaconseja elegirlo si eres una persona muy sensible, pues conlleva el uso de técnicas de preservación para «mantener» el cuerpo como si estuviera vivo. Además, suele ser más costoso y no es fácil conseguir un especialista en el tema.
El final del camino
La muerte de un perro es el final del camino del animal, pero no del tuyo. Despídete de tu mascota, tómate tu tiempo, llora y descarga tus emociones. El duelo es parte de la recuperación, así que no hay nada de malo en mostrarse vulnerable tras la pérdida de un ser querido.
Con el tiempo, verás como el dolor se transforma en recuerdo, añoranza y buenas sensaciones. Al final, lo que perduran son las vivencias positivas, por lo que tu can te acompañará siempre en la memoria a pesar de haber desaparecido en el plano físico.
Bibliografía
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