Se descubre un loro gigante en Nueva Zelanda

El loro gigante descrito en Nueva Zelanda nos revela un poco más de la historia de los loros y sus antepasados

Loro gigante de Nueva Zelanda

Un loro gigante no es un hallazgo que se haga todos los días, por lo que lo inesperado del hallazgo y su fuerza hercúlea le han valido a esta nueva especie extinta de ave el nombre de Heracles inexpectatusTe contamos más sobre ella a continuación:

El inesperado hallazgo de un loro gigante

Los restos de este animal fueron encontrados en Central Otago, una zona de Nueva Zelanda conocida por la presencia de multitud de fósiles del Mioceno, época a la que pertenece este ave de unos 19 millones de años de antigüedad, según cuentan los investigadores que han descubierto a este loro gigante.

Huesos fósiles

No es la primera vez que se encuentran fósiles de otras especies de animales extintos similares a los actuales, cuyo tamaño era impresionante, como es el caso de los lémures gigantes de Madagascar; su extinción tuvo probablemente mucho que ver con la presencia del ser humano en la isla de Madagascar.

En concreto, esta especie de loro gigante recuerda enormemente a una especie de psitácida que aún vive en nuestros tiempos: hablamos del extraño kakapo (Strigops habroptilus), una curiosa ave que se encuentra en peligro crítico de extinción, que pesa alrededor de tres kilogramos y que, al igual que Heracles, carecía de la capacidad de volar debido a su peso, por lo que es buena camuflándose.

En el caso de Heracles, este loro de gran tamaño pudo sobrepasar el metro de altura, mientras que su peso llegó fácilmente a los siete kilogramos de peso, lo que lo convierte en un loro de enorme tamaño comparado con las psitácidas actuales.

Un ave espectacular

La historia de este loro gigante recuerda a la de otras aves extintas de gran tamaño que no podían volar, como es el caso del extraño pájaro elefante, un ave extinta de Madagascar. No hace falta que nos vayamos lejos, ya que Nueva Zelanda no es nueva en cuanto a las aves gigantes. Un ejemplo es el moa, un ave de gran tamaño similar a las avestruces.

Heracles inexpectatus en primer plano

Muchas de estas aves gigantes sufrieron una rápida extinción a manos del ser humano, ya que no podían volar y eran fáciles de cazar por las poblaciones de cazadores-recolectores, aunque esto parece improbable para este loro gigante, cuyo registro fósil dista mucho de la presencia de humanos en Nueva Zelanda.

El animal viviría en una Nueva Zelanda de clima subtropical rodeado de laureles y palmeras, y poseía un potente pico que le permitía comer prácticamente cualquier alimento que se encontrara en el suelo, de igual manera a como consume alimento el kakapo.

Aun así, se hace difícil conocer muchas más características de esta ave de gran tamaño, al igual que otras especies del registro fósil. Sin embargo, este es un hecho sin precedentes, puesto que apenas conocemos información sobre los antepasados de las psitácidas.

Heracles pertenecería a un grupo de aves similar a los actuales loros neozelandeses como el kakapo y el kea, muy distintos del resto de psitácidas actuales, como pueden ser los guacamayos, las cotorras o las cacatúas, las cuales son más estilizadas y tienen colores mucho más llamativos, no aptos para el camuflaje.

Bibliografía

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https://doi.org/10.1098/rsbl.2019.0467
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