Si nuestra mascota tiene ronchas o ampollas en la piel, inflamaciones, etc. son indicativos de que padece alguna alergia. Aunque en pocas ocasiones se conocen las causas, se ha comprobado que debido a una predisposición genética, algunos perros reaccionan de forma muy diferente que otros en la ingesta de alimentos que pueden ocasionar las ronchas, o bien la picadura de garrapatas, pulgas, etc.
¿Qué es una roncha?
Las ronchas son inflamaciones en la piel que colorean de rojo su superficie. Son ocasionadas por una alta cantidad de flujo sanguíneo (vaso constricción), por lo que se pueden sentir calientes y comienzan a abultarse. En realidad, este tipo de fenómenos son un mecanismo de defensa del cuerpo. La vaso constricción permite reclutar a las células del sistema inmune y atacar al agente que haya lastimado la piel.
Por lo regular, las ronchas son provocadas por algún elemento externo que entra en contacto con la piel. Con el simple hecho de que entre cierta cantidad de dicho agente al cuerpo, la inflamación comenzará el proceso para “luchar” contra la amenaza. Las ronchas se pueden presentar como pequeños puntos rojos esparcidos (como piquetes), o como una inflamación completa de la zona.
¿Qué es una alergia?
La alergia es una reacción súbita y exagerada del sistema inmunitario a un agente externo (alergeno), lo que ocasiona una inflamación progresiva. Dicho proceso puede afectar la piel, mucosas internas y vías respiratorias. En los perros, la dermatitis (ronchas en la piel) es la expresión más frecuente, pues entre el 7.6 y 10 % de los casos atendidos en la clínica corresponden a este problema.
¿Qué agentes causan la alergia canina?
Entre los más importantes están algunos tipos de productos de limpieza, algunos productos de farmacia, los insectos, las esporas que acompañan al polen, moho, el polvo del ambiente, algunos alimentos como el maíz, pollo o harinas, etc.
Las ronchas dependen del tipo de alergia
Si sabemos que nuestro perro es alérgico a las picaduras de los insectos, debemos tener especial cuidado en que no sea atacado por estos agentes externos. Así como disponer de productos repelentes como es el caso de un collar antipulgas, lo que evitará que todos los días tengamos que usar productos específicos insecticidas.
En el supuesto de que se trate de alergias alimenticias, hay que localizar el foco del problema (los alimentos que ocasionan la alergia). Para tener plenas garantías, lo mejor es que nuestro amigo tome alimentos de los llamados balanceados, es decir, ricos en nutrientes y que cuenten con todas las vitaminas que se necesitan para una vida saludable.
Además de todo ello, una visita al veterinario podrá descartar cualquier tipo de alergia que se presente. Es importante que estemos pendientes de estos factores que pueden ocasionar serios problemas de salud a nuestras mascotas.
Algunos síntomas de la alergia
Los síntomas son claros, un rascado excesivo que suele ir acompañado de quejidos y rezongos, pérdida de pelo en la zona y mal olor en los oídos. Todos ellos son indicativos de que nuestra mascota padece una alergia. Algunos canes son alérgicos a las pulgas y a las garrapatas, y una sola picadura es suficiente para comenzar el proceso alérgico.
Aunque estas señales varían dependiendo de cada animal, suelen aparecer en forma de un enrojecimiento y ronchas en las orejas. En otros casos se ocasiona irritación en la piel con formación de escamas, pérdida de pelo, un lagrimeo en los ojos que también se tornarán rojos, y alteraciones en la conducta general. Además de estornudos, vómitos, diarrea, respiración profunda, dificultad en las vías respiratorias, etc.
Para determinar el tratamiento adecuado, hay que diagnosticar el tipo de alergia que el animal está padeciendo.
Forma de actuar
Cuando ya se ha detectado la alergia, lo primero es consultar a un veterinario lo antes posible, que llevará a cabo análisis sobre la piel y de sangre. A continuación, hay que poner en marcha una prevención general que tratará de evaluar exactamente de dónde proviene la alergia, además de cuál es la causa para poder desarrollar las acciones adecuadas.
Es conveniente determinar si el animal sufre sus alergias en patios o en jardines, así como las plantas con las que tiene contacto en sus paseos a lo largo de los exteriores de la vivienda. Además, hay que inspeccionar aquello que come, sobre todo si se cree que los problemas pueden venir por una alergia alimentaria.
Entre las acciones más útiles está la desparasitación externa del animal, para evitar pulgas y garrapatas, bañar al perro con productos adecuados y con la frecuencia necesaria. Siempre teniendo en cuenta que el exceso de agua y jabón también puede dañar la piel y desequilibrar su pH.
Otro aspecto importante son las heridas mal curadas, que pueden constituir una puerta abierta para infecciones en la piel. Hay que evitar que el perro lama sus heridas, así como limpiarlas convenientemente.
Tratamiento
Los tratamientos consisten en reducir la inflamación y la comezón. Esto se hace por medio del uso de corticoides y antihistamínicos, los cuales reducen de manera significativa las ronchas y permiten la recuperación. Es fundamental señalar que estos tratamientos solo son sintomáticos y no tienen la función de curar la alergia.
No existe un tratamiento eficaz para curar este padecimiento, pues se necesitaría modificar todo el sistema inmunitario para lograrlo. Por ello, se debe tratar de evitar a toda costa los agentes causales de la alergia. Para el caso de que sea una alergia alimentaria, existen dietas específicas que ayudan a reducir las molestias. Claro está, todo debe estar supervisado por un veterinario capacitado.
Razas más propensas
Algunas razas tienen más posibilidades que otras a padecer problemas dermatológicos, como la alergia o la dermatitis atópica, que pueden ser incluso por sus propias características físicas. Como es el caso de determinadas especies que tienen pliegues en la piel que pueden ser el foco de la alergia.
Entre las razas más propensas a este tipo de problemas están el shar pei, el bulldog, chow chow, west highland terrier y el beagle.
Es fundamental ser muy constantes, bañar al perro con jabones antipulgas y potenciar el tratamiento con productos adecuados; es mejor combinar productos, por ejemplo una pipeta por vía dermatológica y una pastilla.
Bibliografía
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- Rejas López, J. (2008). Dermatitis y reacciones adversas a los alimentos. REDVET. Revista Electrónica de Veterinaria, 9(5), 1-16.