Cuando hablamos del pinzamiento en perros, nos referimos a una presión en los nervios de la médula espinal, provocada por alguna estructura cercana a ellos. Este padecimiento tiene diversas causas y puede afectar en distintos niveles de la columna. El desencadenante principal suele ser la edad, ya que ocasiona la degeneración de los huesos y el desgaste de las articulaciones.
Aunque parece simple, hay que tener cuidado, ya que la edad es solo uno de los factores más comunes. Algunas razas de perros son más propensas a padecer pinzamientos, así como los accidentes hogareños o golpes fuertes pueden provocarlo. Mantente alerta y sigue leyendo para aprender a reconocer este padecimiento.
Pinzamiento nervioso en perros
De manera normal, los animales perciben su ambiente por medio de los nervios, ya que son líneas directas que conectan con el cerebro. Es por ello que existen muchas terminaciones nerviosas a lo largo del cuerpo, que coloquialmente son denominadas como ‘sentidos’. El cerebro necesita una forma de enviar instrucciones y aprovecha estos mismos canales para hacerlo.
Por ello, los nervios tienen 2 funciones: enviar y recibir información. Esto es importante para mantener al cuerpo funcionando de manera optima y lograr tener control de las acciones. Por esta razón, el el daño en los nervios suele impactar bastante en la calidad de vida.
El pinzamiento ocurre cuando uno o varios nervios son aplastados por algo, lo que provoca presión y dolor en zonas concretas del cuerpo del perro. Esta presión mecánica es causada por lo que hay cerca del tramo nervioso, como hueso, musculo, articulación, tumor, etc.
Para dimensionar cómo afecta el pinzamiento de los nervios en los perros, puedes imaginar que son cables de corriente. Cuando este cable es aplastado, puede soltar ‘chispas’ e interrumpir las señales que pasan por él. Esto deriva en un sentimiento de dolor (chispas) y dificultad en el movimiento (señal interrumpida).
Vertebras y nervios de los perros
La columna vertebral sirve para dar estructura y protección al cuerpo de los perros. Se encuentra formada por 30 vertebras —sin contar la cola— y existe un tipo de almohadillas entre cada una de ellas, que evita la fricción. La estructura de la columna permite que exista flexibilidad y movimiento, pero también funciona como protección para el sistema de nervios.
Cada vertebra sirve como guía y protección de la comunicación nerviosa, ya que es el punto en donde se inicia la ramificación a todas las zonas del cuerpo. Esto es posible gracias a las aberturas que tienen los huesos vertebrales para permitir la salida de los nervios.
Todas estas características le permiten al cuerpo del perro ser flexible y proteger el sistema que recibe y manda información.
¿En qué momento las cosas van mal?
Todo está bien mientras se mantenga en condiciones óptimas la columna vertebral y no se tenga ningún accidente que la afecte. Sin embargo, recuerda que los nervios están rodeados por muchas estructuras. Cuando uno de ellos es aplastado, se produce lo que conocemos como pinzamiento —también llamado radiculopatía—.
Las almohadillas que protegen a los huesos para que no choquen entre si se van desgastando conforme avanza la edad. Debido a este desgaste, se va reduciendo la región, hasta que el nervio se encuentra presionado entre las vertebras. Justo en este instante es cuando los problemas comienzan y aparecen los síntomas.
De igual forma, patologías como la artrosis, hernias, tumores, fracturas y enfermedades hereditarias pueden derivar en la misma situación. Lo único que se necesita es que algo comience a presionar de más al nervio para ocasionar síntomas.
Tipos de pinzamiento
La columna vertebral puede dividirse por secciones, con la finalidad de facilitar la localización de diversos padecimientos. Con estas secciones, podemos clasificar el pinzamiento dependiendo de qué nervio y zona vertebral se han visto comprometidos. Cada división abarca cierta cantidad de vertebras, como verás en esta lista:
- Pinzamiento cervical: (7), abarca la región de la cabeza y cuello.
- Pinzamiento torácico: (13), que contempla las patas delanteras y la primera mitad del cuerpo.
- Pinzamiento lumbar: (7), incluye el área posterior a las costillas y antes de las patas traseras.
- Pinzamiento sacro: (3), que cubre la ultima parte del cuerpo, las patas delanteras y antes de la cola.
La presión del nervio puede ocurrir en cualquier lugar entre las vertebras. Por esto, existen términos que combinan las regiones, como pinzamiento lumbo-sacro. Gracias a estas secciones, los veterinarios tienen una aproximación sobre las afectaciones, peligros y tratamientos que se pueden realizar.
Síntomas del pinzamiento en perros
Lamentablemente, el pinzamiento no se puede detectar de manera sencilla y es necesario hacer algunos estudios sobre el animal. Sin embargo, se puede estar alerta con algunos comportamientos que son posibles signos de la afectación en los nervios:
- Movimiento reducido: esto sucede debido al dolor que puede causarle al animal el mover ciertas partes del cuerpo, ya que aumenta la presión del nervio.
- Posturas inusuales: como una forma de evitar el dolor o el malestar, el perro puede intentar liberar la presión del nervio adoptando posturas extrañas.
- Debilidad en las extremidades: debido a la interferencia nerviosa, puedes llegar a notar temblores en sus patas al intentar caminar o ponerse de pie.
- Pérdida de masa muscular: por la pérdida de movilidad del animal y la renuencia a moverse, comienza a disminuir su musculo.
- Movimientos sin coordinación: el can puede llegar a perder la capacidad de moverse correctamente, por lo que tiene un caminar irregular.
- Pérdida de control de la vejiga: en algunos casos graves, el pinzamiento ocasiona incontinencia.
Los síntomas varían, pues estos dependen del nivel de la columna en el que ocurra el pinzamiento. En algunos casos, las señales pueden ser muy sutiles y difíciles de detectar.
¿Cómo se hace el diagnostico?
En el momento que se detecta un comportamiento extraño en el perro, se recomienda acudir a un profesional veterinario. Las señales del pinzamiento pueden ser sutiles o confundidas con otro padecimiento. Además, el veterinario necesita detectar a qué altura o región se encuentra el daño y cuál es su causa.
Como primera prueba, el veterinario revisará los reflejos y comportamientos del perro frente a diversos estímulos. Si detecta una señal de alarma, es probable que pida un análisis visual por medio de rayos X o resonancia magnética. Además, para tener un panorama más completo, se puede pedir un perfil sanguíneo.
Una vez se tiene toda la información, el profesional veterinario indicará dónde se encuentra el problema y los tratamientos disponibles. Es importante tener en cuenta que cada caso es particular, por lo que el responsable de la salud es el único capacitado para proponer el tratamiento adecuado.
Tratamiento para el pinzamiento en perros
El tratamiento puede ser diferente para cada caso, ya que depende de la ubicación del pinzamiento, la gravedad y la causa. La principal terapia es reducir el dolor, utilizando antiinflamatorios, analgésicos y reposo. Sin embargo, dependiendo de cada caso, puede sugerirse realizar cirugía para eliminar la presión del nervio.
Esto solo alivia el dolor constante y los síntomas más evidentes. Sin embargo, el pinzamiento puede ocasionar daños a largo plazo: desde algo tan simple como la reducción de la sensibilidad a la pérdida total de movimiento.
En la mayoría de casos, el padecimiento es degenerativo y puede ocasionar más complicaciones. Por ello es que se debe tener cuidado a la primer señal de alerta. Ante cualquier situación, la mejor opción es acudir a un medico veterinario y mantener visitas frecuentes para revisiones generales.
Bibliografía
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