Hace más de 100 años, un perrito dejó este mundo, pero su huella es tal que muchas personas se acercan a su tumba y dejan palos como una ofrenda. Continúa leyendo para descubrir la razón detrás de esta conmovedora historia. Sin duda, las siguientes líneas te removerán sentimientos y alegrías.
¿Por qué las personas dejan palos en tumba del perrito?
Quienes han perdido a una mascota saben muy bien que el dolor se queda para siempre. Es ese recuerdo el que nos hace rendir homenaje cada vez que se presenta la oportunidad. En este caso, el can del que hablaremos sigue vigente 100 años después de su muerte.
Su tumba se encuentra en el cementerio Green-Wodd, ubicado en el sur de Brooklyn. Este panteón es muy conocido en el mundo porque allí descansan los restos mortales de políticos, figuras de la Guerra Civil, músicos y artistas de gran renombre.
Entre ellos, llama la atención la estatua de bronce de Rex, la cual yace recostada sobre una plataforma de piedra en donde está grabado su nombre. Allí, parece seguir custodiando la parcela de su dueño desde hace más de 100 años. Quienes conocen la historia dejan sus ofrendas y quienes no, preguntan y se animan a hacerlo también.
De acuerdo con los historiadores locales, Rex sería el perro guardián de John E. Stow, un reconocido comerciante de frutas que murió en 1884.
La tumba de Rex es un destino popular
Con los años, la tumba de Rex se ha posicionado como un destino popular entre los locales y los visitantes. Contar su historia es un homenaje que motiva a las personas a dejarle ofrendas. “Cuando se trata de Rex, obviamente resalta. La gente lo ve desde la carretera, es una especie de lugar destacado, justo al lado de la intersección de dos carreteras”, dijo Stacy Locke, gerente de comunicaciones del Cementerio Green-Wood.
Así es, su estatua se encuentra cerca de la esquina de las avenidas Sycamore y Greenbough. En donde se reúnen muchas personas del mundo a dejar su rama o palo para Rex. “Está justo debajo de un árbol y hay muchos palos. La gente coloca un palo sobre sus pequeñas patas. Un día alguien también dejó una foto de un perro, quizás era de su pequeña mascota que había muerto y querían que Rex cuidara de ella”, agregó Stacy.
Rex no es el único perrito al que las personas le dejan palos en su tumba
A Rex le dejan palos y ramas caídas, pero no es el único recordado por los visitantes. Hay varias tumbas custodiadas por canes, pues era una práctica común en el cementerio Green-Wodd, antes de que en 1879 la junta de fideicomisarios del cementerio prohibiera los entierros de animales.
“Hay otra escultura de perro que tiene una historia misteriosa similar, pero está en un lugar menos visible, y a este cachorro normalmente le dejan juguetes“, explicó Stacy.
Precisamos que no está 100 % confirmado que el cadáver del can está bajo esa estatua. Puede que sí o que no, lo cierto es que su leyenda es famosa en todo el mundo. Nos recuerda que el cariño de los peludos trasciende fronteras entre la vida y la muerte.