Perros o gatos: ¿quién gana?

Los seres humanos solemos plantear las cosas en términos antagónicos, como si constantemente tuviéramos qué elegir y tomar partido. Se da en la política, en el deporte, en el arte… Casi no hay terreno donde no surja el interrogante “¿tal cosa o tal otra?”. ¿Vino o cerveza? ¿Mar o montaña? ¿Cine o teatro? Y claro, la afamada preguntita llega también para las mascotas: ¿perros o gatos?

Canes, mininos y humanos, una relación con mucha historia

Y si bien no está mal tener claro para qué lado patear en muchas circunstancias, tampoco hay que pasarse de rosca. ¿Por qué no pueden gustarnos tanto el mar como la montaña, el vino como la cerveza y los canes como los mininos?

La rivalidad entre estas dos especies viene planteada desde que habitan en el mundo. Se supone que nació, como en todos los casos, por una disputa por la comida.

Después terciamos los hombres en sus historias y, con el paso del tiempo, de una relación de mutua conveniencia nació el cariño y -poco a poco- los fuimos convirtiendo en nuestras mascotas.

Pero por simple observación, o por eso que planteábamos al principio, de tomar las cosas en términos antagónicos, fue surgiendo el famoso dicho “llevarse como perros y gatos”.

Plantearse las cosas de forma antagónica en relación a las mascotas, pensando en quién gana la partida -si perros o gatos-, quizá no nos lleve a buen puerto.

La palabra competencia no debería terciar entre mascotas y perros o gatos

Está más que claro que la realidad indica que muchos canes insisten en perseguir felinos. Y también que otros tantos mininos se mofan de los perros desde las alturas.

Pero también es cierto que a lo largo de tantos años las dos especies han aprendido a convivir pacíficamente en una casa junto a su familia humana. Y que en muchos casos han forjado una relación de verdadera amistad.

Después, dependerá de los gustos y de la forma de ser de una persona para que se incline por un amigo que maúlle o uno que ladre. O quizá por los dos. O a lo mejor por otra especie de animalito doméstico.

En todo caso, lo peor que podemos hacer en cuestiones de mascotas es ponerlas a competir entre sí. ¿No os parece?

Tener una mascota, una decisión responsable

A la hora de decidirse por tener un peludo, son muchas las cuestiones que tenemos que tener en cuenta. Y está claro que el gusto personal será el que prime para optar entre perros o gatos.

Pero también tenemos que pensar siempre en términos de responsabilidad hacia la mascota que adoptemos o, en su defecto, compremos.

Por ejemplo:

  • El espacio con el que contamos en la vivienda
  • Las horas que el animal deberá pasar solo
  • La capacidad económica para afrontar gastos de alimentación, veterinario, accesorios, etc.
  • El tiempo que podemos dedicarle para juegos, paseos, aseo, etc.
  • Cómo está compuesto el grupo familiar humano.

Decídete por perros o gatos, o por ambos, pero siempre con el amor de por medio

Por eso, además de una cuestión de gustos, elegir un animal de compañía también es una decisión que debe tomarse en función de nuestra realidad cotidiana.

Pero sobre toda las cosas, es algo en el que debemos involucrar el corazón. De nada vale tener una mascota por moda o para querer mostrar determinado status social.

Preferir un gato a un perro, o viceversa, no tiene nada de malo. Lo negativo, en todo caso, es no querer a tu peludo o someterlo a distintos tipos de maltratos. Y aquí caben, entre tantas cosas, tanto la humanización como la irresponsabilidad de no garantizarle sus necesidades míninas de comida y atención.

También es bueno que un peludo te elija a ti

Entonces, volvemos al principio. Es bueno en la vida poder elegir. Pero tampoco hay que ser más papistas que el Papa.

Una canción de Serrat describe maravillosamente sus preferencias. Dice el catalán, entre otras cosas:

  • Los caminos a las fronteras
  • La vida al sueño
  • El tiempo al oro
  • Las voces de la calle a las del diccionario
  • Los barrios al centro de la ciudad

Y, sí, cada loco con su tema, ¿verdad?, pero siempre que decidamos con la más entera libertad.

Pero también es hermoso que un animalito, perro o gato, te elija para que puedas cuidarlo y brindarle todo tu amor.

 

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