Cuando una mascota llega a casa por primera vez, rápidamente se acostumbra a nosotros y viceversa, llega a formar parte de la familia, es uno más. Para aquellos que aman los animales, no se les ocurre nada más doloroso que tener que evitar el sufrimiento de su amigo provocándole la muerte. Por ello, esta noticia de un perro de raza Collie que se salvó de la eutanasia en el último minuto es una historia que queremos contarte.
Uno de esos milagros que pocas veces ocurren, pero que son ciertos. Te contamos la historia de Ollie, un perro pastor. ¿Cómo llegó hasta la eutanasia? Y mejor aún, ¿cómo se salvó de ella?
Ollie, el perro que llegó a la eutanasia
Ollie tiene diez años y vive en Portland, Estados Unidos, junto con sus dueños: Al y Joelie Meteney
Como todos los perros, Ollie era alegre y le encantaba ir al parque, correr y jugar con sus amos y saltar de un lado para otro. Adoraba las excursiones ya que sus dueños siempre lo llevaban con ellos. En fin, resumiendo, Ollie era un perro normal y feliz, muy feliz.
Un día como otro cualquiera, sus dueños empaquetaron algunas cosas en el coche y Ollie los miraba a la espera de una llamada. Cuando escuchó su nombre… ¡sí, vamos de excursión! Se dirigieron a Oregón, un lugar bello en el que la naturaleza es la mayor protagonista, una zona que encantó a Ollie.
Después de la excursión
A pesar de cuánto disfrutaron Ollie y su familia, al regresar a casa comenzó la pesadilla. De repente el perro empezó a perder movilidad. Al principio hubieran podido parecer agujetas por el gran paseo, pero el animal estaba muy en forma y esa no era una posibilidad.
Primero le costaba un poco caminar, pero poco a poco le empezó a costar comer, cada día caminaba con más dificultad y cada vez ingería menos y con más esfuerzo. Sus dueños creyeron que era mejor no demorarse e ir cuanto antes al doctor.
Le hicieron pruebas de orina y de sangre además de otros exámenes, y los resultados fueron frustrantes. Nada salió en ellos, pero la salud de Ollie iba de mal en peor. Llegó un momento en que dejó de alimentarse porque ya no podía moverse y ni siquiera era capaz de ir al baño.
Cuando los Meteney regresaron al veterinario, este lo tuvo claro: había que practicarle la eutanasia. Ollie estaba sufriendo mucho y su familia también, era lo mejor.
La familia lo recuerda como una noticia desgarradora y estaban totalmente desconsolados, pero era lo mejor para todos.
Llega el fatal día, el momento de la eutanasia
Los dueños de Ollie, resignados, fueron a la clínica intentando asimilar que no iban a volver a ver a su pequeño. Todo el equipo médico estaba listo. El panorama era triste, la familia lloraba y las enfermeras no podían resistirse a hacerlo cuando los veían.
Justo antes de la eutanasia, una de las enfermeras se despedía de Ollie con unas caricias, cuando notó algo extraño detrás de la oreja del animal: un bulto.
Se pusieron a mirarlo detenidamente y había unas manchas de sangre alrededor de él, ¡era una garrapata! Las manchas de sangre dejaban ver que el parásito llevaba mucho tiempo alojado en el cuerpo de Ollie, alimentándose de su sangre y dañando su sistema nervioso.
Los médicos ofrecieron una nueva solución a la familia: sacarían la garrapata y darían tres días al animal para ver si se recuperaba. Aunque no es lo común, las garrapatas pueden causar parálisis en el animal y los veterinarios no quisieron pasar este hecho por alto. ¡Y menos mal! Ollie no necesitó tres días. Después de extraer la garrapata descansó unas horas y por la noche pudo regresar a casa.
Su recuperación fue completa ese mismo día, ya estaba saltando y como siempre, rascando la puerta para salir a hacer pis. ¡Se salvó de la eutanasia por los pelos!
Pide análisis y chequeos completos de tu animal cuando esté enfermo. Este no tiene por qué ser un caso aislado y quizá puedas salvar la vida de tu mascota.
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