Nuestras mascotas pueden ser muy valientes cuando de defendernos se trata. No temerle a los peligros es una de sus tantas habilidades. Sin embargo, hay algunos que sobresalen por ser intrépidos, seguros y valerosos. Como es el caso de este perro que no tiene miedo a los leones.
El perro que no teme a los leones
El coraje y el valor de este precioso canino merece la pena ser destacado. Aunque la mayoría de los perros son valientes y nos protegen de los peligros, esta raza “punk” llamada Crestado de Rodesia se hizo famoso más allá de los límites africanos.
Cuando los colonos europeos llegaron a Sudáfrica, se encontraron con un pueblo conocido como “Khoikhoi”, quienes usaban a un can semidomesticado para hacer diferentes trabajos, entre ellos proteger al ganado.
El historiador George McCall Theal describió a este animal como una criatura fea, pero fiel y útil, con cuerpo como chacal y pelaje “vuelto hacia adelante”. Sin duda, la principal característica física de la raza es la cresta, que lo hace parecer un auténtico “punk”. A los colonos además les sorprendió su capacidad para cazar.
Para el siglo XIX, los europeos importaron varias razas de perros a África, pero la mayoría de ellos no podían hacer las tareas que le encomendaban debido al clima, la aridez del terreno o la escasez de agua. Por el contrario, los canes autóctonos estaban adaptados y rendían más.
Los criadores tomaron un macho de esta raza y lo cruzaron con diferentes hembras para lograr lo que apodaron “el perro león”. Según la historia, el linaje proviene de dos hembras traídas por el Reverendo Charles Daniel Helm desde la actual Zimbabue.
Las perras de Helm y sus descendientes consiguieron un can de caza perfecto para la sabana africana. Pero además, de otras raza “sacaron lo mejor”: la inteligencia y agilidad de los Collie, la velocidad y el olfato de los Pointer y la resistencia y el instinto cazador de la “mascota” de los Khoikhoi.
El perro león
Su nombre en el continente era muy simple: “el perro león de Van Rooyen” (por el cazador Cornelius Van Rooyen). Este animal era el mejor para cazar felinos grandes. Mientras los demás le cortaban el paso, este se encaraba hacia la presa sin temor.
Una vez que el Rey de la Selva era acorralado por el perro, los hombres podían disparar sin problemas. Posteriormente se usó para cazar cerdos salvajes o babuinos, además de leones (que incluso los podían matar sin intervención humana).
Todos los cazadores de la época querían a su lado un “perro león”. En muy poco tiempo su valentía traspasó los límites de Sudáfrica. En 1920 se le bautizó como “crestado de Rodesia” y se lo incluyó en el reciente grupo de caza.
Cuando se empezaron a usar los rifles con visores telescópicos, los perros león dejaron de ser tan útiles y se los convirtió en mascotas de guardia para hogares y campos. A pesar de su porte imponente y musculoso, es un peludo sensible que se lleva muy bien con los niños.
En cuanto a su característica “cresta”, se ha comprobado que la mutación que la forma los predispone a sufrir una enfermedad llamada “seno dermoide”. Consiste en una hendidura en la piel que penetra en los tejidos y se infecta. En los casos más graves afecta el tejido nervioso.
Este tipo de consecuencias de los perros sometidos a la endogamia es usual. El crestado de Rodesia no es la excepción.