El perezoso ha llegado a conocerse en las últimas décadas. Se debe sobre todo por el uso que muchas grandes productoras de cine han dado a su imagen, especialmente en películas animadas. Este es el caso por ejemplo de Zootrópolis o Zootopía. En ella se hacía alusión a la lentitud de los servicios públicos con la lentitud de estos animales.
Muchas personas se preguntan, ¿por qué son tan lentos? De hecho, esta es su mayor característica junto con su cara sonriente. Además, suele ser el motivo por el que han recibido el nombre de perezosos. No obstante, conocer a este animal, te ayudará a comprender que más allá de ser perezoso, es trabajador y muy inteligente. ¡Te lo contamos!
Características del perezoso
Su cabeza es redondeada y la expresión de su cara parece dibujar una sonrisa perenne. Su cuello tiene seis vértebras cervicales en los perezosos de dos dedos, y nueve en los de tres.
Sus patas son diferentes, siendo las traseras más cortas. Las delanteras tienen uñas largas y gauchadas que les permiten agarrarse a los árboles para movilizarse, así como usarlas como arma de defensa.
No tiene dientes delanteros y los traseros son cilíndricos, sin esmalte y más o menos iguales. Esto facilita la trituración de los alimentos.
En su pelo suelen crecer cianobacterias y algas de color verde que aportan ese color a su pelo, permitiéndole pasar desapercibido en distintos parajes. Son capaces de nadar con mucha rapidez cuando no hay puentes que crucen un río o quebrada.
¿Por qué son tan lentos los perezosos?
Su lentitud no se debe a la pereza como algunos creen, sino que tiene razones más poderosas, y sobre todo, más inteligentes.
El motivo por el que son tan lentos es porque disponen de muy poca masa corporal. Esto no permite que tengan mucha energía, por lo que deben aprender a administrar la cantidad que la naturaleza les aporta cada día.
¿Cómo lo hacen? Con movimientos lentos. Los perezosos viven en un árbol de manera solitaria. Una vez a la semana bajan para hacer sus necesidades. Hacen esto cavando un hoyo en la base del árbol, y tapándolo después. Tras esto, cambian de casa, es decir, de árbol. No obstante, este tiene que ser uno que no esté habitado, lo cual pueden deducir por el olor. Si no huele a heces de otro perezoso, quiere decir que no está habitado y que es apto para vivir en él.
Y vuelta a empezar. Bajan una vez a la semana y cambian de casa después de hacer sus cositas.
Sus movimientos lentos son la forma que tienen para guardar y administrar la poca energía de la que gozan. No obstante, si se ven atacados, son capaces de actuar con sus uñas mucho más rápido que un gato.
De hecho, con sus uñas pueden dar golpes mortales a sus depredadores. Si no se les molesta, son seres tranquilos. E incluso se dejarían tocar por las personas, pues les gustan las caricias, aunque siempre hay que estar alerta a sus movimientos, ya que un mal gesto por nuestra parte podría activar su defensa.
El perezoso no es perezoso
El perezoso no tiene pereza, pero sí está lleno de inteligencia que le permite guardar su energía para cuando la necesite, como cuando tenga que defenderse o huir para proteger su vida. No obstante, no dejan de ser animales hermosos y muy divertidos a los que nos encanta mirar y poder disfrutar de ellos.
Dicen que todos los animales nos enseñan lecciones, y del perezoso podemos tener una muy sabia: No gastes tu tiempo y energías en lo que no vale la pena. Disfruta de cada momento y date prisa solo cuando sea exclusivamente necesario.