Todos los seres vivos están destinados a relacionarse entre sí. Sin embargo, no todas las interacciones son completamente sanas. Existen especies que son expertas en relaciones toxicas, donde solo una de las partes obtiene lo que busca y su pareja (hospedero) resulta dañada o lastimada. A esta relación se le denomina parasitismo.
Al hablar de parasitismo, quizá se te venga a la mente alguna relación pasada o el nombre de alguna persona, pero en el reino animal esta cuestión va mucho más allá de los malentendidos y percances personales. Si quieres conocer más sobre el parasitismo en la naturaleza, sigue leyendo.
Simbiosis y las relaciones
Cuando hablamos de seres vivos, tenemos que poner atención en las relaciones que tienen entre ellos. En este caso, si esta relación es tan cercana que ambas partes se necesitan mutuamente, el evento se denomina ‘simbiosis’. Lamentablemente, la simbiosis únicamente nos indica que 2 especies son muy cercanas, pero no nos dice nada de cómo es su relación.
Visto de otra forma, llamaríamos simbiosis a cualquier relación que tengas con una persona concreta. En este sentido, no importaría si es tu amigo, si es tu novio o novia, o si sois enemigos: solo cuenta que tengas algún tipo de relación con esa persona.
Debido a esto, al hablar de simbiosis, necesitamos ser más específicos. Como en las relaciones no todo es equitativo, se requiere una clasificación que revele quién gana o quién pierde en la interacción. Con base en esta premisa, la simbiosis se clasifica en 4 comportamientos básicos: comensalismo, amensalismo, parasitismo y mutualismo.
¿Qué es el parasitismo?
El parasitismo es la simbiosis que hace referencia a una relación desproporcionada. En esta interacción, no se benefician ambas partes, por lo que una gana y la otra pierde.
Este mecanismo biológico se antoja similar a lo que podría ocurrir con una relación de novios por conveniencia. Mientras que uno disfruta los viajes, el dinero y los regalos costosos, el otro pierde capacidad monetaria, tiempo y quizá hasta la dignidad. Una de las partes se beneficia en perjuicio de la otra.
En la naturaleza, solo necesitamos modificar este mismo concepto. Únicamente se sustituye el ‘dinero’ por ‘recursos’ o, dicho de otra forma, alimento. De todas formas, en algunos tipos de parasitismo también se lucha de forma indirecta por espacio o reproducción, entre otros recursos disponibles en la naturaleza.
Así pues, en esta relación existen 2 actores: el parasito y el hospedero. El parasito será el encargado de quitar los recursos o el alimento. Mientras tanto, el hospedero es el que le da hospedaje al parásito, en otras palabras, el que pierde.
De esta forma, el parásito vive a costa del hospedero. Es más, algunas especies parasíticas se adaptan tanto a esta forma de vida que, si el hospedero se extingue, ellas también desaparecen.
Parásitos diferentes
Dentro de los parásitos también hay clases —clasificaciones—. Si bien estos taxones parecen similares a nivel comportamental, no todos son lo mismo ni actúan de la misma forma. Se proponen 2 clasificaciones diferentes, por su ubicación en el hospedero y por su nivel de dependencia con él.
Por su ubicación
Si el agente patógeno se encuentra fuera del hospedero, se le llama ‘ectoparásito’. Si está localizado dentro, se conoce como endoparásito. Un endoparásito, por su parte, puede vivir dentro de las células (intracelular) o en el intersticio (extracelular).
Por ejemplo, una pulga que se alimenta de la sangre de los perros es un ectoparásito, porque se ubica fuera del hospedero. Por otro lado, una solitaria o Taenia solium es un endoparásito, ya que se encuentra dentro del cuerpo humano, específicamente en la luz del intestino.
Por su nivel de dependencia
Cuando el parásito tiene la opción de alimentarse por su cuenta más allá de su hospedador, se denomina como ‘facultativo’. En otras palabras, es independiente, pero si lo necesita, puede conseguirse un hospedero. De todas formas, si no lo encuentra, es capaz de sobrevivir por su cuenta sin ningún problema.
Por ejemplo, el nematodo Strongyloides stercoralis puede vivir de manera silvestre en la tierra, sin embargo, es capaz de infectar al humano. Se instala en el intestino delgado del hospedero y ocasiona una enfermedad llamada ‘estrongiloidiasis’.
Si por el contrario el patógeno no puede vivir sin un hospedero, se le denomina ‘obligado’. Esto se refiere a que el parásito existe, si y solo si el hospedero también se encuentra presente. Visto de otra forma, no es capaz de ser independiente.
Este es el caso del protozoario Cryptosporidium hominis, parasito intestinal del humano. La infección ocurre por medio de alimentos infectados, que se encuentran repletos de quistes parasíticos esperando a ser ingeridos.
Finalmente, si por alguna razón el parásito infecta una nueva especie que no era su hospedero en un inicio, se le denomina ‘accidental’. Como su nombre indica, esta interacción ocurre por un error, aunque luego puede transformarse en una conducta fijada en la especie.
Un ejemplo de esto es la mosca Eristalis tenax, que ocasiona miasis en el hombre, una infección en la piel por larvas de mosca. Este es un tipo de parasitismo accidental porque las larvas no necesitan al hospedero, sino que lo infectan cuando, por error, las larvas caen en heridas abiertas.
Parasitismo y parasitoide
Existe la creencia errónea de que los parásitos pueden llegar a matar a su hospedero. Sin embargo, esto no siempre sucede, al menos en los casos en los que el hospedador presenta un sistema inmunitario normal. Solo hay que pensarlo un momento: tú no quemarías tu propia casa, ¿verdad?.
El parasitismo tiene éxito únicamente sí el hospedero sobrevive también, porque de otra manera, ambos estarían destinados a desaparecer. Debido a esto, un parasito formal nunca matará a su hospedador.
Aquellas especies que acaban con la vida de su hospedero se conocen como ‘parasitoides’. Ya que no necesitan de su hospedero, lo matan a la primera oportunidad. Algunos ejemplos de parasitoides son los siguientes:
- Insecto Psyllaephagus bliteus: este invertebrado inyecta sus huevecillos en el abdomen de un psílido, donde crecen y se desarrollan comiendo los órganos de su hospedero. Una vez que han devorado a su víctima, salen al exterior.
- Insecto Cephalonomia stephanoderis: la especie inyecta sus huevecillos en coleópteros, de igual forma, se abren camino comiendo todos los órganos y carne del hospedero para salir.
- Hongo Cordyceps: también conocido como el hongo parásito, afecta a varios insectos, ya que los convierte en zombies mientras los consume desde dentro.
Los parásitos pueden encontrarse casi en cualquier lugar, incluso en el interior del organismo humano. Mantén tus hábitos de higiene y sé cuidadoso cuando comas en la calle, a menos que quieras tener un encuentro cercano con ellos.
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