La agresión por sobreprotección en perros

Dedicarse y demostrar amor a tu mascota es fundamental para proporcionarle una crianza saludable y feliz, pero la humanización excesiva puede llevar a la agresión por sobreprotección. Esto es peligroso para el animal y las personas.

Agresión por sobreprotección: los peligros de humanizar las mascotas

Antes de nada, es preciso entender que cuando humanizamos una mascota dejamos de respetar su naturaleza. Si obligamos o incentivamos que una mascota se porte como un ser humano, podemos generar trastornos orgánicos y comportamentales.

No es difícil encontrar ejemplos de humanizaciones peligrosas en el cotidiano de un animal doméstico. Y la alimentación quizá sea el aspecto más evidente.

Si compartimos nuestra comida con los animales, el resultado será inevitablemente negativo. En el mejor de los casos, fundamentaremos un adestramiento inconsciente y negativo. Pero además de eso, provocaremos patologías severas en su trato digestivo. 

Ropa y complementos

Otro ejemplo claro es la producción de zapatos para mascotas. Aunque puedan resultar estéticamente atractivos, su efecto no siempre es positivo para la salud del animal. Entre otras cosas, porque el tejido suele impedir que las patas transpiren y se gasten naturalmente en contacto con el suelo.

Perro con ropa

La humanización también suele favorecer problemas de carácter y/o comportamiento. Y lo peor es que los propios humanos se arrepienten y rechazan dichas conductas posteriormente.

La agresión por sobreprotección y la posesividad son trastornos graves que casi siempre están asociados a crianzas demasiado humanizadoras.  Normalmente, derivan de la falta de límites en la educación, cuando el propietario no sabe diferenciar su espacio del de su mascota.

¿Por qué sobreprotegemos nuestras mascotas?

La sobreprotección empieza cuando proyectamos la imagen de un bebe inocente en nuestra mascota. Empezamos a creer que el animal necesita que lo defendamos y alejamos de él cualquier tipo de amenaza externa.

Aunque parezca una demostración de afecto y buena voluntad, los cuidados excesivos marcan el inicio de la humanización. Sobreproteger a tu mascota no aumentará su fuerza o resistencia, más bien sucederá todo lo contrario. Al impedir que el animal desarrolle sus instintos correctamente, lo volvemos más vulnerable.

¿Por qué es tan difícil tratar a los animales como animales y a los humanos como humanos?

La mayoría de psicólogos afirman que esta es una clara señal de la transformación del concepto de familia. Al principio este fenómeno apuntaba hacia el individualismo de nuestros tiempos, mientras que actualmente la mascota aparece como el único nexo de unión para muchas familias.

Sin embargo, esto demuestra la dificultad humana de comunicarse y expresar sentimientos a sus semejantes. Y es que es habitual que desconfiemos de la fidelidad de los seres humanos y consideremos los animales seres más honestos.

Hay muchos estudios psicoanalíticos que indican que dicha desvalorización excesiva termina perjudicando nuestra autoestima y habilidades sociales.

¿Cómo evitar la agresión por sobreprotección en perros?

Somos los dueños de las mascotas los que debemos dar el primer paso para evitar la agresión por sobreprotección en nuestros perros. Ello significa dejar de humanizarlos, y empezar a establecer límites entre nuestros momentos y sus momentos.

Perro en la cama

Así, el animal debe aprender a respetar los espacios reservados para los humanos, y todo empieza con pequeñas demostraciones. Por ejemplo: no acostumbrarle a subirse a la cama o pedir comida en la mesa.

También debemos tener en cuenta que los animales tienen sus propias necesidades, formas de sentir y entender el mundo. Su organismo no es igual que el nuestro, ni tampoco su lenguaje y formas de expresión; al entender eso estaremos respetando a nuestro mejor amigo y proporcionándole una mejor educación.

Después, debemos trabajar para que el perro se entienda como parte de la familia, pero jamás como su líder. Un perro que asume el papel de alfa desarrolla más fácilmente conductas agresivas por querer proteger a ‘su manada’. Y por ello, normalmente, demostrará su sobreprotección hacia otras personas y animales desconocidos.

Para lograrlo, es fundamental aprender a decir “no” en su educación diaria. Nos guste o no, no consentir y negar es necesario para adiestrar y enseñar a convivir pacíficamente.

En este sentido, muchos especialistas apuntan hacia la importancia de enseñar los comandos básicos y entrenar la obediencia del animal. También es importante empezar su proceso de socialización durante sus primeras 20 semanas de vida.

Para optimizar su proceso de proceso de aprendizaje, es fundamental preferir el refuerzo positivo para recompensar los buenos comportamientos; además de anular toda y cualquier conducta de violencia ‘correctiva’.

Finalmente, hay que recalcar que la agresión por sobreprotección puede aparecer en perros de todas las razas y edades. Por ello, es fundamental poner atención en su comportamiento y educarlos desde sus primeras semanas de vida.

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