Hábitat del falangero volador

El falangero volador es un mamífero perteneciente a la familia de los petáuridos que incluye a marsupiales endémicos de Oceanía...¡Planea entre los árboles!
Hábitat del falangero volador
Paloma de los Milagros

Escrito y verificado por la bióloga Paloma de los Milagros.

Última actualización: 11 junio, 2019

El falangero volador, denominado científicamente Petaurus breviceps, es un mamífero perteneciente a la familia de los petáuridos que incluye a marsupiales endémicos de Oceanía.

Su hábitat natural son los bosques de eucalipto del norte y este de Australia, aunque también se encuentra en Nueva Guinea y algunas islas del archipiélago de Bismarck. En Tasmania se considera como una especie introducida desde la primera mitad del siglo XIX.

Morfología, reproducción y dieta del falangero volador

Este marsupial se caracteriza por su pequeño tamaño de 20 centímetros, dimensión que también puede alcanzar su larga cola. De cuello corto y orejas y ojos grandes, destaca por su membrana deslizante, a ambos lados del cuerpo, que le permite planear entre árboles. Además, las hembras cuentan con el correspondiente marsupio con dos o cuatro pezones.

El grueso y suave pelaje del falangero volador tiene una tonalidad azul grisácea en el dorso y blancuzca en el vientre. Una raya negra recorre la nariz hasta la mitad de su espalda, además de otras líneas más finas entre oreja, ojo y hocico. La esperanza de vida ronda los 10 años, si bien puede duplicarse en condiciones de cautiverio.

Alcanzan la madurez sexual a lo largo del primer año, aunque en los machos suele adelantarse incluso al cuarto mes. Las hembras cuentan con dos úteros, razón por la que los machos presentan un pene bifurcado.

Petaurus breviceps

En estado salvaje se reproducen dos veces al año y el periodo de gestación se alarga 15 o 20 días. Las crías, una o dos, tienen un peso medio de 0,2 gramos y permanecen en el marsupio unos 60 días. Aproximadamente 50 días después, tras adquirir un tamaño y pelaje grueso que les permita la termorregulación, se consideran autónomos.

El falangero volador también es conocido como planeador del azúcar debido a su preferencia por los alimentos azucarados como néctares, frutas o polen. Anatómicamente, alberga un ciego muy desarrollado que facilita la digestión de carbohidratos complejos.

Sin embargo, su dieta no solo comprende vegetales, pues son omnívoros oportunistas que dependen mucho de la estacionalidad. Así, pueden adoptar una alimentación carnívora a base de insectos, lagartos y aves de pequeño tamaño.

Conducta y estado de conservación

Es un animal muy activo y principalmente nocturno, de ahí la presencia de dos ojos muy desarrollados. Se caracteriza por realizar planeos para avanzar entre los árboles, y es que superar los 50 centímetros de distancia. Para ello, expone sus extremidades desplegando las membranas deslizantes, patagio, en ambos costados.

Petauro de azúcar

Se disponen en grupos de varias hembras con sus respectivas crías y pueden contar con la presencia de hasta siete machos. Dichas manadas adoptan un comportamiento excluyente y territorial hacia individuos ajenos. El olor es clave en su reconocimiento, además de la emisión de ‘ladridos’ y ‘silbidos’ emitidos normalmente en situaciones de alarma.

A pesar de la pérdida de parte de su hábitat natural en Australia, la UICN considera el riesgo en cuanto a su conservación de ‘preocupación menor’. En dicho país existe una ley que exige su protección a nivel federal, fomentada por la reciente extinción de otros marsupiales emparentados. Sin embargo, todavía sigue habiendo casos de caza furtiva para vender su piel a través del mercado negro.

Su pequeño tamaño junto con su peculiar morfología ha hecho que se haya popularizado como animal de compañía en Estados UnidosTodos los países impiden su comercialización, especialmente aquellos de los que es endémico.

Aunque su esperanza de vida pueda duplicarse en condiciones de cautividad, la calidad de vida en estado salvaje no es equiparable a la ofrecida en el ámbito doméstico. Son animales salvajes, de ahí su fisionomía hecha para saltar, trepar y volar.


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