Estudios revelan que los gatos pueden tener diferentes personalidades

El entorno es uno de los factores más influyentes en la personalidad del animal

Escrito y verificado por la bióloga Paloma de los Milagros.

Última actualización: 03 noviembre, 2019

Existe la creencia de que los felinos, por norma general, son más independientes y menos sociables que otras mascotas. Sin embargo, los últimos descubrimientos parecen indicar que los gatos pueden tener diferentes personalidades, así que puede ser útil conocerlas para mejorar la convivencia.

Tradicionalmente, la etología y otras disciplinas orientadas hacia el mundo animal han prestado más atención a la conducta canina que a la felina. Hasta ahora, la comunidad científica, descartada la existencia de distintos patrones conductuales, englobaba a los gatos como animales más introvertidos y solitarios que los canes.

Esta arraigada idea dio un giro en 2017, a partir de un estudio llevado a cabo por investigadores del sur de Australia y Nueva Zelanda. Publicado el 23 de agosto en la revista PLOS One, con el nombre The ‘Feline Five’: An exploration of personality in pet cats (Felis catus), concluyó la existencia de cinco modelos de comportamiento habituales.

El objeto del estudio no fue solo el de afirmar que los gatos pueden tener diferentes personalidades, concretamente cinco, sino comprenderlas para mejorar el bienestar en el hogar.

Los gatos pueden tener diferentes personalidades

La metodología aplicada se basó en el modelo utilizado en la investigación de la personalidad humana conocido como Big Five o Modelo de los cinco factores. En él la personalidad se puede describir a través de cinco factores generales: neuroticismo, extroversión, dominación, impulsividad y amabilidad.

Cada uno de estos factores está, a su vez, correlacionado con otros específicos, de manera que cada animal es evaluado a través de 52 rasgos diferentes. Así, una vez interpretados los datos de 2802 gatos domésticos, el estudio Feline Five postuló los siguientes tipos de personalidad:

• Neuroticismo: se caracteriza por la inseguridad, la ansiedad, el temor a las personas, el recelo y la timidez.

• Extroversión: los gatos que la presentan tienen un carácter activo, curioso, vigilante, inteligente e inquisitivo.
• Dominación: se define por la intimidación y la agresividad hacia el ser humano y otros animales, incluidos los gatos.
• Impulsividad: propia de felinos erráticos e imprudentes.
• Amabilidad: sobresalen factores como el cariño, la gentileza y la cercanía con los seres humanos.

Según los expertos, estas personalidades estaban muy relacionadas con el entorno del gato, de forma que un gato que muestre patrones de impulsividad puede estar afrontando algún tipo de estrés.

Por el contrario, los gatos evaluados como poco conformes con tendencia a la irritabilidad pueden estar sufriendo alguna dolencia. Todo ello refleja la importancia de los dueños a la hora de evaluar la neutralidad del ambiente y la salud del animal, pues podría repercutir en el estado anímico de este.

Consejos para potenciar la sociabilidad felina

Partiendo de que los gatos pueden tener diferentes personalidades, su faceta social puede ser potenciada. De hecho, los expertos afirman que los dos factores más importantes en el desarrollo de su faceta social son su personalidad genética y la cantidad de socialización recibida entre la tercera y la novena semana de edad. Así, cuanto mayor exposición tenga una cría de gato con los humanos y otras mascotas, mayor será la receptividad con su entorno.

A la hora de adoptar un gato abandonado, conviene tener en cuenta las posibles situaciones que haya podido afrontar en el pasado. Toda esa cantidad de estrés habrá condicionado fuertemente su carácter, lo que forjará progresivamente una personalidad impulsiva, neurótica o incluso dominante.

En estos casos, la socialización debe hacerse de forma gradual y, si es necesario, recurrir a profesionales en comportamiento y educación animal.

Además, el grado de afabilidad o energía de los gatos también puede variar en función de la raza. Hay estudios que consideran a los gatos de Bengala o a los abisinios como animales activos, mientras que los persas tienen mayor tendencia a la tranquilidad. Todo ello refleja la cantidad de factores que condicionan el carácter de estos felinos y la importancia de los dueños a la hora de comprenderlos y lograr el bienestar común.