Estomatitis en reptiles: causas, síntomas y tratamiento

La estomatitis es una condición ulcerativa del entorno oral que puede ocurrir en reptiles de todo tipo, pero sobre todo en serpientes. Se suele tornar grave si no se trata a tiempo.
Estomatitis en reptiles: causas, síntomas y tratamiento

Escrito por Samuel Sanchez

Última actualización: 24 octubre, 2021

La estomatitis es una patología muy común es reptiles salvajes que terminan en el tráfico ilegal de mascotas. Esta condición suele ir derivada del estrés, los malos cuidados, la inmunosupresión del ejemplar y una calidad de vida deficiente en general. La enfermedad que aquí nos atañe representa que sustraer animales de su medio natural para el disfrute personal nunca es una opción.

La estomatitis es más observable en serpientes que en el resto de taxones de reptiles, pero todos son susceptibles de padecerla. Sigue leyendo, pues a continuación te contamos todo lo que debes saber sobre esta enfermedad infecciosa potencialmente letal.

¿Qué es la estomatitis?

La estomatitis se define como una respuesta inflamatoria en la cavidad oral del reptil frente a un evento traumático, infeccioso, metabólico o neoplásico (tumoral). Esta es una de las múltiples condiciones que se incluyen en el grupo de las enfermedades del tracto alimenticio superior (UATD por sus siglas en inglés), junto a patologías esofágicas, faríngeas y dentales.

La estomatitis afecta mayoritariamente a ofidios (serpientes) que han sido sustraídos de su hábitat natural para su mantenimiento en cautiverio. Según su gravedad se divide en las siguientes fases:

  1. Fase I (aguda): hay un incremento en la densidad de la saliva secretada por el animal afectado. También son características de esta etapa las petequias (machas rojas) en la cavidad oral.
  2. Fase II (purulenta): tal y como su propio nombre lo indica, en esta fase el reptil comienza a producir pus en la cavidad oral. Se hacen vigentes placas purulentas y, en los casos más graves, tiene lugar una deformación facial.
  3. Fase III (pérdida de dientes): se produce una necrosis del tejido gingival (encías) y se caen los dientes del animal. En algunos casos también se puede llegar a desprender la lengua por completo.

De no tratarse, esta entidad clínica puede derivar en osteomielitis (infección de los huesos), neumonía y gastritis infecciosa. Dicho de otro modo, las bacterias que infectan a la boca son capaces de extenderse al resto de órganos del animal y causar un compromiso sistémico grave.

Una boa con la boca abierta.

Causas

Las causas de la estomatitis son muy diversas, aunque todas tienen que ver con el mal manejo y el cuidado deficiente del reptil en cautiverio. Podemos agrupar su etiología en 2 grupos, pero ten en cuenta que ambos están relacionados entre ellos.

Causas infecciosas

Las causas infecciosas desencadenan la estomatitis en todos los casos. Este cuadro clínico puede derivar de un sobrecrecimiento de las bacterias comensales dentro del entorno oral del reptil. Algunos de los géneros bacterianos más reportados son Aeromonas spp., Pseudomonas spp., Klebsiella spp., Proteus spp. y Salmonella spp.

Algunos agentes víricos también desencadenan estomatitis, sobre todo en tortugas. Las familias patógenas más implicadas en estos cuadros son Paramyxoviridae, Retroviridae y Herpesviridae. Estos virus suelen ser permanentes, es decir, la infección se reactiva o decrece en intensidad según la situación sanitaria del reptil, pero no desaparece por completo nunca.

Existen algunos hongos y parásitos complejos que pueden causar estomatitis, pero son poco comunes.

Causas de manejo y físicas

Esta categoría incluye todos los desencadenantes que puedan provocar estrés fisiológico en el animal. Un estado de alerta prolongado se traduce en inmunosupresión, o lo que es lo mismo, deficiencia de salud a nivel inmunitario. Por ello, el reptil será más proclive a sufrir infecciones por parte de patógenos que en una situación normal no son nocivos.

La humedad excesiva del terrario, un sustrato inadecuado, la temperatura demasiado baja, la falta de enriquecimiento ambiental, el espacio reducido y la malnutrición son los agentes causales principales en esta categoría. La deficiencia de vitamina C y los desequilibrios calcio/fósforo han sido identificados en muchos casos.

A veces también se asocia la enfermedad a lesiones físicas en la boca causadas por una presa durante la caza.

Síntomas de la estomatitis en reptiles

Los síntomas de la estomatitis en reptiles varían según la progresión de la infección. De todas formas, podemos citar una serie de signos clínicos generales fáciles de identificar. Presta atención:

  • Anorexia. Como podrás imaginar, un reptil con estomatitis dejará de comer en todos los casos, sobre todo en las fases II y III de la enfermedad.
  • Disfagia o problemas para tragar las presas. Este signo clínico es especialmente obvio en serpientes, pues en una situación normal pueden desencajar sus mandíbulas para ingerir presas muy grandes.
  • Salivación excesiva en la fase I.
  • Excreción de pus por la boca y enrojecimiento bucal en las fases II y III.
  • Malformaciones craneales, incapacidad para cerrar la boca y pérdida de dientes en los casos más graves.
  • Síntomas sistémicos de neumonía y gastritis si la infección se disemina por el cuerpo.

El signo clínico más común es la presencia de una película blanquecina alrededor de la boca del reptil. Es muy importante acudir al veterinario en cuanto se registra este evento, ya que la infección puede diseminarse rápidamente a los pulmones y el aparato digestivo. En este punto aparecen síntomas generales tanto respiratorios como gástricos.

Diagnóstico

Todo diagnóstico comienza con las preguntas por parte del veterinario al tutor, pues hay que detectar cualquier posible negligencia que este lleve a cabo. Es necesario ser honesto e informar sobre las condiciones del terrario y la dieta que se le brinda al animal. De lo contrario, la detección del cuadro puede demorarse de más. 

Tal y como indican fuentes profesionales, es necesario abrir la cavidad oral del reptil con instrumentos especiales para detectar posibles daños en las mucosas. Uno de los parámetros más importantes a detectar es la presencia de secreciones, además de la aparición de úlceras y la capacidad (o incapacidad) del cierre de la glotis.

Además de la exploración física es necesario realizar un análisis de sangre, un cultivo microbiano de la mucosa oral y una observación del tejido bucal al microscopio. Las radiografías solo son clave cuando se sospecha que un absceso ha causado daños en el entorno esquelético del animal.

Tratamiento

El tratamiento siempre está dirigido a impedir la diseminación del agente patógeno y mantener al animal metabólicamente activo (comiendo y bebiendo). En primer lugar, es necesario realizar un lavado oral cuidadoso con soluciones de yodo al 1 % y clorhexidina al 0,25 % todos los días, ya sea en la clínica o en el hogar.

En los casos leves y moderados se recurre a la aplicación de antibióticos locales, sobre todo tetraciclinas, quinolonas y aminoglicósidos. De todas formas, en los cuadros graves el medicamento se debe administrar de forma sistémica, pues las bacterias habrán colonizado otras partes del cuerpo del reptil. Recuerda que estos fármacos no son de utilidad en las infecciones víricas y fúngicas.

Si el animal llega anoréxico o deshidratado a la clínica, se necesitará la administración de suero de soporte por vía parenteral hasta que recupere su normalidad metabólica. Es muy importante evitar que se deshidrate, pues esto solo aumentará las probabilidades de muerte.

Una vez estabilizado, es necesario comprobar el estado general del terrario del reptil y corregir los parámetros erróneos. También se debe revisar la dieta.

El edema en reptiles puede ser mortal.

El pronóstico de la condición depende mucho del compromiso del tutor. Este cuadro se puede sanar, pero la enfermedad volverá si las condiciones en cautiverio del reptil siguen siendo igual de deficientes. Es necesario revisar los parámetros que requiere cada especie de animal exótico y ajustarlos a la perfección para evitar este tipo de padecimientos potencialmente mortales.


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