Enfermedades respiratorias en reptiles domésticos

Las enfermedades respiratorias en reptiles son mucho más comunes de lo que parece. Detectarlas es esencial para la supervivencia de la mascota.

Las enfermedades respiratorias en reptiles son múltiples.

La tenencia de reptiles exóticos es cada vez más común en la sociedad general. No es para menos, pues los lagartos, las tortugas y las serpientes hacen tanto de animales de compañía como de fuente de conocimiento biológico. Por desgracia, condiciones como las enfermedades respiratorias pueden afectar a los reptiles y acabar con su vida antes de tiempo.

Los reptiles son seres que respiran a través de sus pulmones, por lo que poseen un árbol respiratorio relativamente complejo y susceptible de padecer enfermedades. Aprende a detectar con nosotros cuáles son las condiciones que más afectan a las mascotas exóticas a nivel respiratorio.

¿Qué son las enfermedades respiratorias en reptiles?

Las escamas de los reptiles son duras e impermeables, por lo que no pueden llegar a respirar por la piel (como sí hacen los anfibios). Las tortugas, las serpientes y los lagartos respiran mediante pulmones, pero su proceso de intercambio de gases es muy diferente al nuestro. Por ejemplo, carecen de diafragma y tienen que confiar solo en la musculatura para inspirar y espirar.

La mayor parte del intercambio gaseoso se produce en los pulmones, pero también se libera CO₂ en algunas especies acuáticas a través de la piel, la mucosa faríngea o el entorno cloacal. Tal y como indican fuentes profesionales, el 74 % del dióxido de carbono excretado en la especie acuática Palemis platurus proviene del entorno epidérmico.

Aunque algunos reptiles puedan intercambiar gases más allá del entorno pulmonar, cuando estos órganos se ven afectados aparecen una serie de síntomas concretos. Las enfermedades respiratorias son todas aquellas que afecten a tráquea, bronquios, alveolos, pleura, cavidad pleural, pulmones y estructuras anexas (músculos y nervios respiratorios).

La respiración de los cocodrilos es algo diferente, pero no nos vamos a detener en sus particularidades.

La cara de una pogona.

Causas

La medicina veterinaria de los animales exóticos cada vez está más avanzada, pero siguen existiendo muchas incógnitas en lo que a la etiología de varias condiciones se refiere. Aunque una enfermedad respiratoria en reptiles sea difusa en la mayoría de los casos, se pueden citar algunos posibles desencadenantes:

  •  Bacterias: las bacterias son los causantes más comunes de las neumonías en reptiles. Los organismos patógenos suelen ser Gram-negativos y usualmente comensales del entorno. Pseudomonas spp., Klebsiella spp., Proteus spp., Aeromonas spp. y Salmonella spp. son algunas de las más comunes.
  • Virus: los virus suelen provocar brotes epidémicos locales y letales en las poblaciones de reptiles en cautiverio. Aunque los Herpesvirus son sospechosos comunes, a veces es imposible aislar al agente causal exacto por falta de métodos.
  • Hongos: los hongos suelen aprovechar los estragos causados por una infección bacteriana para invadir al animal ya enfermo. Los niveles de humedad demasiado altos en el terrario propician que se produzcan este tipo de infecciones.
  • Parásitos: las enfermedades parasíticas también acompañan a las bacterianas y las fúngicas, es decir, son signo de una clara inmunosupresión en el animal enfermo. Unos de los agentes más comunes en este grupo son los pentastómidos, crustáceos muy modificados para parasitar las vías aéreas de vertebrados.
  • Causas no infecciosas: ingestión de sustrato, lesiones al interactuar con otros reptiles y masas neoplásicas en el entorno pulmonar.

Puede que la causa de la enfermedad respiratoria no sea ninguna de las citadas o que, en su defecto, más de un patógeno esté afectando al animal a la vez. Es difícil establecer un diagnóstico certero en el 100 % de los casos con las herramientas disponibles a día de hoy.

Síntomas de las enfermedades respiratorias en reptiles

Los signos clínicos reportados en estos cuadros suelen ser bastante difusos, pero siempre comprometen de una forma u otra el mecanismo respiratorio normal del reptil. Algunos de los más comunes son los siguientes:

  • Dificultad clara a la hora de inspirar o espirar.
  • Boca abierta mientras se produce el ciclo respiratorio. Esto también puede ser un mecanismo para disipar calor.
  • Estornudos, crepitaciones y sonidos extraños a la hora de respirar. Es común percibir cómo el animal intenta expulsar algo por las narinas.
  • Descarga mucosa o purulenta por la boca y las narinas.
  • Letargia.
  • Pérdida de apetito, bajada de peso y posible deshidratación.
  • Membranas cianóticas, es decir, con un color atípico debido a la falta de oxígeno en los tejidos del reptil.

Muchos de estos síntomas son difíciles de detectar, pero el compromiso respiratorio se podrá observar sin mucha dificultad cuando el animal hace ruidos raros al respirar. Es cuestión de tiempo comenzar a notar un cuadro raro en el animal.

Diagnóstico

El diagnóstico de una enfermedad respiratoria en reptiles suele ser arduo y complejo. Lo primero es preguntar al tutor cuáles son las condiciones del animal (anamnesis) y, posteriormente, realizar un análisis físico y visual del estado del reptil. Más allá de estas técnicas generales, se recurrirá a pruebas más o menos complejas según la sospecha del veterinario.

Por ejemplo, los ultrasonidos y las radiografías son de interés a la hora de detectar posibles neoplasias en el entorno pulmonar. La tomografía computarizada será de utilidad para registrar problemas en las narinas, en la cavidad nasal y en el árbol respiratorio superior. Por otro lado, la endoscopia permite observar de forma directa el estado del aparato general del reptil.

Puede requerirse la realización de muchas de estas pruebas para diagnosticar de forma certera al reptil. 

Tratamiento de las enfermedades respiratorias en reptiles

Como podrás imaginar en este punto, el tratamiento y el pronóstico dependerán completamente de la enfermedad subyacente diagnosticada. Un cáncer pulmonar y una infección bacteriana comparten muy poco en el terreno farmacológico y deben tratarse de forma diferente.

Por ejemplo, en los cuadros bacterianos se debe aplicar un régimen antibiótico (oral o inyectable) en el animal durante un tiempo concreto. En contraposición, las infecciones víricas no suelen tener tratamiento (aunque el aciclovir al 5 % parece combatir el Herpesvirus) y el abordaje es solo sintomático. En las infecciones por hongos se utilizan antifúngicos de amplio espectro.

Como en muchos casos no se reconoce un agente concreto, el profesional médico optará por brindar antifúngicos, antibióticos y terapia de soporte de forma simultánea. Así se “limpia” el organismo del reptil de todo posible patógeno y se evita que muera de desnutrición o deshidratación durante el tratamiento. 

Uromastyx soleándose en un terrario.

La mayoría de reptiles viven mucho tiempo (15-20 años o más), por lo que siempre merece la pena invertir en un tratamiento para salvar a tu mascota, aunque sea a largo plazo. El pronóstico del animal depende completamente del cuadro subyacente y de la posibilidad de establecer un diagnóstico, pero los ensayos de prueba y error son necesarios en especies tan longevas.

Bibliografía

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.

  • Reptile Respiratory Medicine, Veterinary clinics: exotic animal practice. Recogido a 21 de octubre en https://www.vetexotic.theclinics.com/article/S1094-9194(02)00020-8/fulltext
  • Paré, J. A. (2008). An overview of pentastomiasis in reptiles and other vertebrates. Journal of Exotic Pet Medicine, 17(4), 285-294.
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