El bongo, un mamífero peculiar

Al contrario de otras especies de antílopes, el bongo no tiene la capacidad de saltar. De hecho, prefiere sortear sus obstáculos por medio de rutas alternas.
El bongo, un mamífero peculiar
Cesar Paul Gonzalez Gonzalez

Escrito y verificado por el biólogo Cesar Paul Gonzalez Gonzalez.

Última actualización: 15 noviembre, 2022

El bongo es una especie de antílope que se caracteriza por presentar un hermoso pelaje con rayas y una ostentosa cornamenta. Sin embargo, su población se encuentra demasiado restringida, por lo que es normal que no sea muy conocido fuera de su área de distribución.

El nombre científico de esta especie es Tragelaphus eurycerus. Pertenece a la familia Bovidae, por lo que es un pariente cercano de las cabras, los toros y las ovejas. De hecho, a pesar de que exhiben las características de un antílope, su relación taxonómica es más cercana con los toros, los bisontes y los yaks. Sigue leyendo este espacio y descubre más sobre el bongo.

Hábitat y distribución

Los bongos son endémicos de África y viven en los bosques cercanos a Zaire y al sur de Sudán. Si bien es cierto que hace poco sus poblaciones se encontraban conectadas, en la actualidad se restringen a varios parches de bosques aislados entre sí.

Por lo común, esta especie evita los espacios abiertos como pastizales, ya que sus depredadores aprovechan dichas zonas para darles caza. Sin embargo, debido a la destrucción de su hábitat y a la deforestación, se ha ocasionado que los ejemplares se recluyan dentro de los pocos bosques que quedan. Es más, incluso algunas poblaciones han tenido que optar por vivir en las regiones montañosas para salvaguardarse.

Tragelaphus eurycerus.

Características físicas del bongo

El bongo es un cuadrúpedo con una fisiología bastante similar a la de los antílopes. Exhibe un cuerpo alargado que mide entre 1.7 y 2.5 metros de largo y una altura de hasta 1.2 metros. Tiene un pelaje color castaño rojizo en todo su cuerpo, con varias franjas (librea) blancas a lo largo de su fisionomía.

Además, tanto los machos como las hembras presentan la cornamenta negra en espiral típica de la especie. Eso sí, la de la hembra es un poco menos curvada, pero la de ambos puede llegar a medir más de 90 centímetros de largo.

Comportamiento

El bongo es uno de los pocos antílopes que viven en los bosques y forman grupos mixtos de entre 5 y 50 ejemplares. Esto significa que no tienden a ser territoriales, pues en cada rebaño existe más de un macho. Asimismo, son animales tímidos que prefieren ocultarse la mayor parte del tiempo. Aun así, en realidad no existe un patrón de actividad marcado que sirva para designarlos como nocturnos o diurnos.

Alimentación del bongo

Al igual que otros antílopes, los bongos son herbívoros que se alimentan de hojas, flores, raíces y otros tipos de materia vegetal. Aunque tienen cierta preferencia por las hojas tiernas. Adicional a su dieta, estos animales precisan ingerir minerales para completar su nutrición, lo cual logran al lamer piedras de sal en zonas con depósitos de minerales.

Bongo pastando
Tragelaphus eurycerus.

Reproducción

El bongo tiene un ciclo de celo que se repite cada 21 o 22 días. Durante este período, el macho persigue a la hembra con una postura baja y vocalizaciones suaves. De esta manera, intenta llamar su atención, además de que comprueba su receptividad. En el momento que la hembra acepta, adopta una postura inmóvil (congelada) que le permite al macho comenzar la copulación.

El período de gestación dura alrededor de 285 días y la madre suele dar a luz a una única cría. Pocos son los casos en los que la hembra produce crías múltiples, pues el peso de cada pequeño se reduce conforme aumenta su número.

Como se puede observar, el bongo es un animal interesante, pero poco común en la naturaleza. Debido a las múltiples amenazas potenciales que existen en contra de la especie, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza lo clasifica como un organismo casi amenazado. Sin embargo, algunos creen que se subestima su vulnerabilidad, por lo que es necesario establecer estrategias urgentes de conservación.


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