Crioterapia en perros: ¿en qué consiste?

Gracias a la crioterapia, muchas patologías que antes requerían cirugía ahora podrán ser tratadas de manera ambulatoria. En la clínica veterinaria también se están empezando a aplicar estas técnicas.
Crioterapia en perros: ¿en qué consiste?
Ana Díaz Maqueda

Escrito y verificado por la bióloga Ana Díaz Maqueda.

Última actualización: 05 mayo, 2021

La crioterapia consiste en la aplicación de frío con fines terapéuticos, en este caso sobre perros. Estas terapias alternativas pueden aplicarse en casa según indicaciones veterinarias o en un clínica —cuando el frío es inferior a varias decenas de grados centígrados bajo cero—.

La crioterapia en perros tiene cada vez más aplicaciones, pero en el ámbito de la medicina humana también está en auge. Algunos estudios recientes han demostrado que esta técnica tan novedosa puede curar muchas dolencias y enfermedades, desde problemas musculares hasta pequeños tumores.

En la actualidad, además, se usa mucho en problemas dérmicos. Aunque siempre se aplica acompañada de tratamientos farmacológicos, este tipo de terapia pone solución a problemas que con tan solo medicamentos podrían tardar demasiado tiempo en cura o no sanar nunca. Si quieres saber más sobre esta técnica de abordaje novedosa y útil, sigue leyendo.

Procedimiento

La forma de proceder a la hora de aplicar un tratamiento crioterapéutico dependerá del problema que se quiere resolver. Frente a los dolores musculares en el perro, un veterinario podrá explicar cuál es la mejor forma para aplicar frío desde casa. Por ejemplo, qué tipo de material usar, por cuánto tiempo y cuántas repeticiones a lo largo del día.

Ante los problemas dérmicos, la aplicación de frío requiere temperaturas cercanas a los 200 grados centígrados bajo cero. Esto hace que sea imposible su aplicación en el hogar, así que toca acudir a un centro especializado. Este tipo de crioterapia buscar matar las células dañinas y que la lesión o tumor caiga de su lugar de crecimiento.

De manera habitual, para la crioterapia a tan baja temperatura se utiliza nitrógeno líquido aplicado con un sistema mecánico o criosonda que protege al veterinario de quemaduras. Asimismo, para evitar que el perro sienta dolor, suele aplicarse anestesia general, sobre todo si la lesión está en el interior del cuerpo o en zonas tan sensibles como los globos oculares.

Según la herida que quede tras la sesión de crioterapia, el animal puede necesitar curas adicionales. Además, si con una única sesión la patología no desaparece, es habitual repetir el tratamiento en varias ocasiones.

Un artilugio que lleva a cabo la crioterapia para perros.

Aplicaciones comunes de la crioterapia en perros

Como dijimos, uno de los usos más comunes de la crioterapia en perros es la aplicación de frío a través de compresas heladas para mitigar la inflamación muscular causada por traumatismos o lesiones debidas al entrenamiento.

Del mismo modo, el uso de compresas frías para bajar la temperatura corporal en perros con un golpe de calor es también un tipo de crioterapia, aunque no se lleve a cabo en el ámbito veterinario.

Sin embargo, donde esta técnica tiene una aplicación mucho más profunda y llamativa es en la eliminación de distintos tipos de tumores. Uno de los cánceres más comunes en perros son los melanomas caninos conjuntivales. Estos tumores aparecen en la conjuntiva del ojo, la esclerótica —parte blanca del ojo— y la córnea. 

Cuando estas neoplasias malignas alcanzan un tamaño muy grande, la única solución es la enucleación del globo, ya que no existe otra forma de extraer la masa celular. El uso de crioterapia en estos casos puede ser determinante a la hora de que el perro pierda o no el ojo afectado.

Otra aplicación común de la crioterapia en perros es eliminar las verrugas producidas por el virus del papiloma canino. Los perros suelen desarrollar las protuberancias en la boca, tanto en la zona exterior como interior, y los tutores buscan consejo ante esta condición en la clínica.

En muchos casos, estos tipos de verrugas son tan solo un problema estético, pero si salen en área como la lengua o las encías, pueden terminar causando otra enfermedad secundaria y problemas para comer. Así, la crioterapia es capaz de eliminar las verrugas de raíz y acabar a su vez con el virus.

Otra aplicación menos conocida y extendida es el uso de la crioterapia para solucionar la queratitis pigmentaria. Esta patología consiste en la acumulación de melanocitos en las córneas, lo cual dificulta la visión e incluso causa ceguera en los canes más afectados.

Con una sesión de crioterapia blanda —que hace uso de gases como el dimetiléter, isobutano o propano—, los perros recuperan la visión. Sin embargo, aún se desconocen los efectos a largo plazo de este tipo de tratamientos.

¿La crioterapia en perros es dolorosa?

Aunque un poco de frío en un área concreta del cuerpo puede causar entumecimiento, si este se prolonga durante demasiado tiempo o es muy intenso, provocará rotura celular y como consecuencia dolor.

En la crioterapia para humanos rara vez se utiliza analgesia, pero la persona sí comprende qué le están haciendo y puede soportarlo. Por el contrario, un perro no sabe que eso es un tipo de tratamiento y el dolor causado por la congelación podría ser casi insoportable para el animal. 

Por esta razón, en la mayoría de los casos la crioterapia se aplica bajo anestesia general, cuando la lesión que se va a tratar es muy grande o afecta a una zona muy sensible. Si el procedimiento requiere un abordaje muy localizado, lo mejor es acudir a la anestesia local. 

Tras la congelación del tejido, este muere y termina por desprenderse. Durante esta curación, la lesión puede presentar mal aspecto y mal olor. No obstante, es el procedimiento normal. En este punto, al haber matado las terminaciones nerviosas temporalmente, el animal no sufre dolor.

Un perro en una sesión de crioterapia.

La crioterapia en perros es un tipo de tratamiento novedoso que, si bien ya tiene muchas aplicaciones, aún requiere de mucho refinamiento e investigaciones para sacar a la luz todo su potencial. Sin duda, los veterinarios y la ciencia van por el buen camino. 


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