¿Cómo ayudar en la convivencia del perro y el gato?

La convivencia del perro y el gato no tiene por qué ser un problema, digan lo que digan los refranes. Si el tutor media de forma correcta entre ellos, ambos animales pueden convivir en paz y armonía.
¿Cómo ayudar en la convivencia del perro y el gato?
Sara González Juárez

Escrito y verificado por la psicóloga Sara González Juárez.

Última actualización: 01 enero, 2021

«Llevarse como el perro y el gato» es una frase que pierde sentido en el modelo moderno de convivencia interespecie. Sin embargo, es cierto que cada animal tiene ciertas tendencias innatas que, si no se manejan correctamente, pueden llevar a problemas de convivencia del perro y el gato.

Si estás pensando en aumentar tu familia, en este artículo tienes varios consejos para mejorar esa convivencia. Como podrás ver, la armonía entre perros y gatos es posible.

Las tendencias naturales de perros y gatos

Como siempre, es necesario empezar con una puntualización sobre el título: la palabra «tendencias» quiere decir que ambas especies tienen cierta inclinación a determinados comportamientos, pero cada individuo presenta su propia personalidad. Dicho esto, vamos a ver qué se puede esperar de cada especie:

  • Perros: por lo general, los perros son curiosos, activos y sociables. Ante la entrada de un nuevo miembro de la familia, lo normal sería que fueran a investigar e intenten socializar con él.
  • Gatos: los gatos tienden, por otro lado, a ser más  independientes, ya que en la naturaleza son animales solitarios. Ante un nuevo miembro de la familia, es más probable que se preocupen primero de marcar su territorio y luego de investigar.
Un perro y un gato tumbados.

Consejos para la convivencia del perro y el gato

Estas tendencias que acabas de leer se deben tener muy en cuenta a la hora de manejar una presentación o de considerar qué especie entra antes y cuál después. Esto puedes leerlo a continuación de forma más desarrollada.

1. Lo ideal es que se conozcan desde cachorros

Si tienes la posibilidad, lo mejor para la convivencia del perro y el gato es que ambos se críen juntos. Así fortalecerán el vínculo desde pequeños y sus primeros aprendizajes de convivencia serán con la otra especie. Si no es posible que ambos lleguen siendo cachorros a casa, sí es recomendable que al menos uno de ellos lo sea.

De todas formas, no te preocupes si no cumples este primer requisito. Como podrás ver a continuación, hay otras formas de conseguir que tu perro y tu gato se lleven bien siendo adultos los dos.

2. Hacer una buena presentación

Reducir el estrés en el momento de introducir al nuevo miembro de la familia es fundamental. Es como empezar con buen pie. Debe ser un proceso por pasos y siempre respetando la personalidad de cada animal. Aquí tienes algunos consejos para que vaya bien:

  • Al principio, deja a los animales en habitaciones separadas e introduce objetos con el olor del otro, para que vayan familiarizándose con él.
  • Luego, déjalos que se huelan por debajo de la puerta: de esa forma, podrán acercarse sin verse e identificarse por el olor.
  • Prepara la presentación oficial: puede ser buena idea cortarle las uñas al gato, hacer ejercicio con el perro o cualquier otra cosa que sepas que pueda prevenir accidentes. También es útil tener un refugio preparado para ambos en caso de que lo necesiten.
  • Mantén la calma y no los fuerces a hacer nada: los animales notarán tu nerviosismo y tratar de que hagan algo que no quieren —como coger en brazos al gato y acercárselo al perro— solo puede salir mal.
  • El objetivo mínimo es que se toleren: no es necesario que sean como hermanos. La finalidad de todo esto es que haya una convivencia del perro y el gato sin estrés y basada en el respeto.

3. Déjales que se organicen

Por lo general, los perros son animales jerárquicos y los gatos son solitarios, por lo que en este sentido pueden haber conflictos. Sin embargo, si los encontronazos no pasan del marcaje y algún bufido —es decir, sin llegar a las heridas y peleas graves—, lo ideal es dejar que ellos mismos fijen su forma de convivir.

Las intervenciones del tutor deben ser únicamente para proporcionarles formas de aliviar el estrés.

4. Proporciónales un espacio seguro

Al igual que un humano necesita su propio territorio y espacio propios, los perros y gatos también. De esta forma, siempre tendrán un lugar donde refugiarse si tienen miedo, que no huela a otros animales y, si es posible, donde el otro no pueda acceder.

Es recomendable tener comederos en espacios separados e inaccesibles para la otra especie —puedes poner el del gato en un sitio elevado, por ejemplo—. Esto, aparte de reducir el estrés y los conflictos a la hora de la comida, evitará los problemas de que los animales coman una dieta que no es la suya.

Mantener un espacio propio para cada uno no solo es útil para la convivencia: también otorga control al tutor a la hora de supervisar enfermedades, comportamientos anómalos, llevar una correcta higiene y muchas cosas más.

Un veterinario analiza a un perro y un gato.

Conclusiones acerca de la convivencia del perro y el gato

La conclusión más evidente es que conocer a los animales siempre es un requisito imprescindible a la hora de gestionar sus relaciones. Sin embargo, si te faltaran estrategias o recursos para hacerlo, acudir a un profesional siempre es la opción más recomendable.


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