A pesar de que su formación pueda parecer espontánea, lo cierto es que las rastas en los perros son fruto de una higiene inadecuada. Así, proporcionar los cuidados específicos según la raza es crucial para el bienestar de estos animales.
La tendencia del pelo canino a enredarse es una realidad, sobre todo el que es largo, rizado y fino. Sin embargo, la formación de rastas en los perros es una combinación de falta de cepillado y polvo. La problemática de estos característicos nudos en el pelaje del animal va más allá de lo estético, y es que pueden causar infecciones cutáneas a largo plazo.
Causas de las rastas en los perros
La definición en sí de una rasta es la de un conjunto de pelos enredados y envueltos sobre sí mismos. Aunque pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, lo más habitual es encontrarlas en áreas de cierta fricción. Entre las zonas más propensas están el cuello, debido a la presencia del collar, detrás de las orejas, debajo de la barbilla, las axilas o en la parte inferior de las patas traseras.
Además, se ha observado que los perros a los que les gusta nadar, o los que se bañan sin ser posteriormente cepillados, suelen tener más rastas. El motivo es que la humedad hace que el pelo se enrolle, lo que junto con el roce corporal y el polvo terminará en un conjunto de nudos.
Aunque cualquier perro puede tenerlas, son más frecuentes en el caniche, el bichón frisé, el collie barbudo o el colli de pelo largo. Al mismo tiempo, cabe comentar que hay algunas razas concretas cuyo pelaje tiene un característico aspecto acordonado de forma natural. Algunas de ellas son puli, komondor y bergamasco.
Cómo prevenir los enredos
La medida principal para evitar la formación de rastas en los perros es garantizar un correcto cepillado. Para ello, no solo hay que establecer una frecuencia adecuada, que dependerá del tipo de pelo y de si se trata de una estación de muda del mismo, sino que también hay que cerciorarse de que se está peinando más allá de la parte superior del pelaje.
Para evitar los errores de cepillado, lo más recomendable es preguntar al veterinario qué tipo de peine es más conveniente, pues los hay desde tipo rastrillo para los perros con doble capa a otros de tipo alfiler.
El uso de la herramienta adecuada puede combinarse con suavizantes o acondicionadores que faciliten la eliminación de los nudos en estado húmedo. Todo ello debe ir acompañado de una higiene adecuada y habitual, para lo cual hay que cortar el pelo, con la frecuencia que sea necesaria, por parte de un esteticista canino.
Si pese a los cuidados indicados apareciera una rasta, existe la forma adecuada de quitarla sin tener que recurrir a tijeras normales que puedan lastimar al animal. Asimismo, hay que evitar cepillar la rasta para que no aumente de tamaño y para que no provoque dolorosos tirones.
Los expertos coinciden en que el instrumento propicio para eliminarlas son los cortauñas, en el caso de rastas pequeñas, maquinillas o tijeras especializadas. Sin embargo, antes de usarlos, debe haberse aislado completamente la rasta del resto del pelaje del perro. También conviene tener a mano algún desinfectante cutáneo por si se produce algún pequeño corte inesperado.
Para evitar que las rastas en los perros se conviertan en un problema cutáneo mayor, conviene erradicarlas cuanto antes. Un acúmulo de nudos muy apretado puede impedir el flujo de aire, lo que atrapará piojos u otros parásitos en su interior, además de causar irritación y dolor.
Bibliografía
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