¿Ciempiés o milpiés? Te interesa diferenciarlos

Los milpiés y los ciempiés son artrópodos que a ojo de un inexperto pueden ser difíciles de diferenciar. Aquí te damos algunas claves esenciales para hacerlo.
¿Ciempiés o milpiés? Te interesa diferenciarlos

Escrito por Samuel Sanchez

Última actualización: 28 mayo, 2020

Muchas veces habremos visto artrópodos con más patas de las que podemos contar a simple vista. ¡Un ciempiés! Exclamamos automáticamente. Lo cierto es que erróneamente un abanico apasionante de artrópodos no insectos se catalogan como “ciempiés”, cuando en el fondo no lo son.

Aquí te enseñamos a diferenciarlos, pues uno de los dos puede resultar peligroso para el ser humano.

El orden de los miriápodos

Si bien los ciempiés y los milpiés tienen muchas características que los diferencian, ambos se encuentran catalogados dentro del subfilo  Myriapoda. Por sorprendente que parezca, este subfilo presenta otros artrópodos menos conocidos que los ya nombrados previamente. En total engloba cuatro clases:

  • Chilopoda: Engloba a los ciempiés propiamente dichos.
  • Diplopoda: Los milpiés.
  • Symphyla: Los sínfilos, artrópodos alargados de cuerpo semitransparente muy poco comunes.
  • Pauropoda: Los paurópodos, diminutos y de cuerpo muy blando.

Una vez distinguidos los distintos tipos de miriápodos existentes en nuestro planeta, aprendamos a diferenciar de forma clara y sencilla un ciempiés de un milpiés, los más representativos del subfilo.

¿En qué se parecen?

Estas dos clases de artrópodos pueden confundirse fácilmente a ojos de una persona no experta, pues ambas presentan un cuerpo alargado, muchas patas, y son de hábitos fosores (que viven en la tierra y cavan). Morfológicamente tienen otras similitudes más complejas:

  • Ambos presentan una cabeza con antenas, que tienen unas estructuras sensoriales características, los órganos de Tomosvary, cuya función es aún desconocida, aunque se cree que su función es la detección química de sustancias.
  • Tanto ciempiés como milpiés presentan una coraza, compuesta por una cutícula de mayor o menor grado de esclerotización.
  • Son animales segmentados, es decir, que presentan distintas repeticiones de una misma estructura en forma de anillo que conforman su cuerpo.
  • Son dióicos (existen machos y hembras) y ovíparos.

En lo que a comportamiento se refiere, tanto milpiés como ciempiés son de hábitos lucífugos e higrófilos, es decir, aman los lugares húmedos y oscuros.

Las similitudes son muchas, pero también las diferencias. Vamos más allá: es necesario saber distinguirlos pues los ciempiés pueden suponer un peligro para la salud humana.

Milpiés sobre fondo blanco.
Esto es un milpiés. Es fácilmente clasificable por su elevado número de patas y segmentos.

¿En qué se diferencian?

La clave diferenciadora más evidente ha estado bajo nuestros ojos todo este tiempo, pues su nombre la delata:

  • Los ciempiés tienen un par de patas en cada segmento, mientras que los milpiés, a partir del quinto segmento, presentan dos pares. Esto les brinda muchas más extremidades que a sus compañeros, lo que les otorga su nombre. Los ciempiés, en general, también presentan un menor número de segmentos corporales.

Pero esta no es la única diferencia. Los ciempiés son excelentes depredadores, mientras que los milpiés suelen alimentarse de hojarasca y frutas en descomposición. Esto les ha otorgado diferencias tanto morfológicas como comportamentales muy interesantes:

  • Los milpiés son de naturaleza lenta y pausada. Cuando se sienten amenazados, optan por enrollarse sobre sí mismos o expulsar sustancias de mal olor para ahuyentar a sus depredadores: son el concepto de pacifismo hecho animal.
  • Los ciempiés, en cambio, son depredadores equipados para la caza. Son extremadamente veloces, y presentan unas potentísimas mandíbulas con glándulas venenosas para paralizar a sus presas. A todos nos viene a la mente la escolopendra, que, vista de cerca, da cuanto menos respeto.

Es importante recalcar que la mordedura de los ciempiés en general no resulta mortal, pero si que se describe como muy dolorosa para los seres humanos. Por ello es esencial dejar a un ciempiés tranquilo si lo vemos en la naturaleza, y si se cuela en nuestros hogares, manejarlo con pinzas sin tocarlo nunca directamente.

Escolopendra en fondo blanco
Esto es un ciempiés. Su menor número de segmentos, sus largas antenas y sus mandíbulas lo delatan.

Así pues, hemos aprendido a diferenciar de manera inequívoca un milpiés de un ciempiés, pues estos últimos pueden suponer un peligro para el ser humano si este se acerca demasiado.

A pesar de ello, ambos son criaturas fascinantes que merecen respeto y admiración.

 

 

 


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