Ciclo de vida de los pulgones

Cada especie de áfido suele atacar a una planta o cultivo en específico, aunque existen algunos más generalistas que invaden varios tipos de vegetales a la vez.
Ciclo de vida de los pulgones
Cesar Paul Gonzalez Gonzalez

Escrito y verificado por el biólogo Cesar Paul Gonzalez Gonzalez.

Última actualización: 02 agosto, 2022

Los pulgones son insectos famosos por su actividad fitófaga, con la cual logran dañar una gran variedad de cultivos. Estos organismos son capaces de disminuir la eficiencia de diferentes plantaciones, por lo que suelen verse como una plaga peligrosa para la agricultura. De hecho, una de las razones detrás de la capacidad destructiva de los pulgones es el complejo ciclo de vida que tienen.

Contrario a lo que se piensa, se les denomina pulgones a varias especies de la familia Aphididae, un grupo de insectos del orden Homoptera. Sin embargo, debido a que la mayoría de ellos se parecen mucho en su aspecto y en la forma de infestación, se ha preferido llamarlos áfidos o pulgones en general. Sigue leyendo para conocer cómo es el ciclo de vida de estos pequeños invertebrados.

¿Cómo son los pulgones?

El tamaño de los pulgones es variado, pero no sobrepasan los 5 milímetros de longitud, así que son invasores casi imperceptibles. Los cuerpos de los pulgones son de forma oval y apariencia blanda y tienen 2 antenas, 3 pares de patas y un par de alas (no siempre).  Sin embargo, no presentan la división anatómica típica del grupo de los insectos (cabeza, tórax y abdomen muy definidos).

La boca de los pulgones es del tipo picador-chupador y les sirve para succionar la savia de las plantas. Se alimentan de los nutrientes que producen sus huéspedes (vegetales), por lo que desecan y propician el decaimiento de las hojas. Además, los áfidos también son considerados vectores de algunos virus, por lo que ocasionan más problemas al infectar cultivos con enfermedades peligrosas.

La savia de la que se alimentan estos insectos contiene muchos azúcares, por lo que necesitan procesar y transformar el exceso. Para ello, poseen estructuras al final de su abdomen denominadas sifones, los cuales les ayudan a producir una sustancia dulce denominada melaza. De esta forma, eliminan el exceso de azúcar y crean una moneda de cambio que les sirve para interactuar con otros insectos (como hormigas).

La gran capacidad que tienen los pulgones a la hora de invadir y dañar a los cultivos se debe a su habilidad reproductiva. Esta característica les permite pasar de una reproducción sexual a una asexual, así que pueden colonizar a un hospedero en apenas algunos días. Gracias a esto, el ciclo de vida de los pulgones es el secreto detrás de su eficiente vida fitófaga.

Una plaga de pulgón en las plantas.

El ciclo de vida de los pulgones.

En general, el ciclo biológico de los áfidos puede clasificarse en dos tipos: holocíclico y anholocíclico. La diferencia entre cada uno radica en la técnica de reproducción que utilizan, pero ambos están enfocados en mejorar la supervivencia de la especie sobre su hospedero.

Los roles de cada áfido en la población

Los áfidos intercalan entre la reproducción sexual y asexual para hacer frente a las diferentes estaciones a lo largo del año. Con este enfoque, las poblaciones pueden dividirse en algo parecido a castas:

  • Hembras fundadoras (vivípara): su apariencia es igual a la de cualquier pulgón áptero, solo que con la capacidad de reproducirse sin necesidad de ser fecundadas. Este tipo de hembra representa la fase invasiva de la especie, ya que al ser partenogenética aborda con facilidad al hospedero. Las hijas de la fundadora son hembras vivíparas iguales a ella, solo que de menor tamaño y con fecundidad reducida.
  • Hembras sexúaparas (ovípara): después de algunas generaciones, las hijas de la fundadora comienzan a producir hembras aladas denominadas sexúaparas, las cuales son capaces de poner huevos. Los hijos de esta clase de pulgones pueden ser tanto machos como hembras, con lo cual se da el paso que posibilita la reproducción sexual de la especie. Las hembras sexúaparas aparecen solo en otoño.
  • Hembras (ovípara): estos individuos constituyen la fase sexual de los pulgones. Al ser fecundada, la hembra ovípara produce un solo huevo invernal que se mantendrá sin eclosionar hasta primavera. De este saldrá una hembra fundadora que comenzará de nuevo el ciclo de los áfidos. Según la especie que se trate, esta puede ser áptera (sin alas) o alada.
  • Machos: estos organismos nacen con la función principal de fecundar a la hembra. Su apariencia es similar al de las hembras, aunque la mayoría de los machos son alados.

Ciclo de vida holocíclico en el hospedero

Cuando una hembra fundadora llega a una planta, de inmediato comienza la colonización por medio de su reproducción asexual. Esta es la razón principal por la que la infestación de pulgones es tan rápida, puesto que no necesita a un macho para reproducirse. Sin embargo, estos invertebrados usan otra estrategia en invierno.

Durante otoño, las hembras sexúaparas comienzan la puesta de huevos que darán lugar a organismos femeninos y masculinos. Con esto se produce la fase sexual de los pulgones, la cual termina con la puesta de un huevo invernal capaz de soportar el frío. Aunque el invierno sea muy fuerte, los pulgones se aseguran que al menos sobrevivirán las hembras fundadoras que eclosionarán en primavera.

Como te podrás dar cuenta, las fases sexuales y las asexuales de los áfidos holocíclicos cumplen un rol muy importante, pues son indispensables para su supervivencia. La temporada asexual es un mecanismo que sirve para invadir de manera eficiente, mientras que la sexual permite persistir durante los climas complicados.

Ciclo de vida anholocíclico en el hospedero

Este tipo de ciclo de vida se presenta en regiones con climas más cálidos en las que los inviernos no suelen reducir tanto la temperatura como para poner en peligro al pulgón. Por esta razón, las especies de áfidos anholocíclicas desisten de pasar por su fase sexual, pues no necesitan hacer uso del huevo invernal para sobrevivir.

De esta forma, los pulgones mantienen su reproducción por medio de hembras partenogenéticas vivíparas.

Los beneficios de la reproducción sexual y asexual

Aunque no sean tangibles, cada tipo de reproducción tiene costos y beneficios para los organismos, por lo que suelen elegir aquel que más les convenga. Sin embargo, algunas especies como los áfidos rompen este esquema al presentar ambos en su ciclo de vida. Esta situación es lo que les permite ser tan exitosos al reproducirse, pues gozan de los beneficios de la reproducción sexual y asexual.

Por un lado, la reproducción asexual permite producir progenie de manera rápida sin necesidad de gastar energía en el cortejo o el apareamiento. De esta forma, los pulgones aprovechan los recursos durante los meses más calurosos del año para generar un ejército capaz de acabar con plantaciones enteras.

A pesar de que suene prometedor, la reproducción asexual es un proceso que disminuye también la variabilidad genética. Aunque al principio no sea tan notable, esto hace a los áfidos más susceptibles a los cambios en el ambiente, lo que reduce sus capacidades de adaptación. Además, también propicia la aparición de enfermedades genéticas que podrían erradicar a los pulgones de manera súbita.

El ciclo de vida de los pulgones es complejo.

La reproducción sexual permite subsidiar lo anterior, pues genera las variaciones genéticas suficientes para facilitar la supervivencia de los áfidos. Así, los pulgones están equipados con un ciclo de vida increíble que les provee lo mejor de ambos mundos. Sin embargo, lo que es bueno para ellos es malo para los humanos, ya que también los convierte en unos enemigos difíciles de combatir y erradicar.


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