La expresión de cariño más clásica entre dos amigos es fundirse en un abrazo. Puede parecer una conducta exclusivamente humana (pues no todas las especies tienen brazos, para empezar), pero no es así. ¿Sabías que los animales se abrazan?
El abrazo, como tal, no es más que un comportamiento para transmitir una serie de sentimientos e intenciones: empatía, consuelo e incluso firmar la paz. Aunque para un homínido este acto tome la forma de rodear al otro con las extremidades superiores, en otras especies existe este mismo comportamiento empático, solo que se expresa de otra forma. Si quieres saber más, sigue leyendo.
¿Por qué los animales se abrazan?
La respuesta a si los animales se abrazan es afirmativa desde el principio, pero ahora queda preguntarse por qué lo hacen. ¿Son equiparables nuestros abrazos a los de los animales no humanos? ¿Tienen un cometido afectivo o son señales de confrontación? En las siguientes líneas, te mostramos algunos de los significados de este gesto en la naturaleza.
Por confortar y consolar
El objetivo de la tristeza es despertar empatía en los demás. Partiendo de este axioma, un abrazo es la manifestación de la respuesta de ayuda ante la tristeza del otro. Por tanto, no es nada raro encontrar conductas de consuelo en animales no humanos.
En los bonobos (Pan paniscus), por ejemplo, los abrazos son más que comunes y se desarrollan de la misma forma que en el humano. Se trata de una especie cuyas interacciones sociales están fuertemente basadas en el afecto, ya que prácticamente no existen las agresiones.
En un santuario del Congo, la primatóloga Zanna Clay afirma que los bonobos huérfanos dan largos paseos abrazados entre sí, pues les da tranquilidad. Aunque estos abrazos son más comunes en un santuario (donde los refugiados están traumatizados), también se manifiestan de forma usual como señal de consuelo en la naturaleza.
No solo se buscan abrazos para el consuelo: los orangutanes “saltan a los brazos” de sus compañeros cuando se sobresaltan ante una amenaza, como avistar una serpiente.
Los chimpancés, a pesar de tener un temperamento más belicoso, también son famosos por ser animales que se abrazan. Es común ver este comportamiento después de situaciones tensas, como un encontronazo durante una patrulla del territorio.
Para mantener la paz
Los abrazos tienen un gran poder para aplacar el mal humor. De hecho, los monos araña son el mejor ejemplo de esta intención, como puedes leer a continuación.
Filippo Aureli estudió durante varios años a esta especie (Ateles geoffroyi) y sus interacciones sociales. En los grupos de monos araña, caracterizados por sus dinámicas de fisión-fusión, el abrazo no se utiliza tanto para consolar al otro como para prevenir conflictos.
De hecho, era más común encontrar abrazos entre primates con relaciones problemáticas. Su función era evitar la escalada del conflicto antes de que se convirtiera en una agresión. Aureli afirma que estos animales se abrazan porque saben que deben cooperar y exponer su cuerpo al otro de esa manera es una clara indicación de buenas intenciones.
Otros animales que se abrazan
A pesar de que todos los ejemplos anteriores son primates, en este apartado podrás convencerte de que el abrazo es más una expresión emocional que simplemente rodear con los brazos a alguien. En otras especies, puedes encontrar otras maneras de consolar y mostrar afecto:
- Nutrias: la imagen de la madre nutria abrazando a su cría mientras ambas flotan en el agua se hizo viral hace unos años. Además del sentido pragmático de llevar a la cría acostada en su vientre para que duerma, el vínculo maternofilial se fortalece enormemente con este comportamiento.
- Leones: la muestra de afecto más parecida a un abrazo en estos grandes felinos es frotar su cabeza contra la barbilla de otro león. De esta forma, fortalecen sus vínculos sociales.
- Caballos: dotados de una enorme capacidad empática, los caballos crean vínculos y se consuelan a través de comportamientos como frotar la cabeza contra el cuello del otro o apoyar la cabeza sobre el lomo de un allegado.
- Koalas: en esta especie vuelve a aparecer el vínculo madre-cría, pues que la hembra la lleve recogida en su abdomen proporciona protección y seguridad al pequeño marsupial.
- Focas: en los fócidos, el abrazo se representa como apoyar una aleta pectoral en el lomo de otra. Es una conducta afiliativa propia de ejemplares que prefieren la compañía mutua.
- Elefantes: la emocionalidad de los paquidermos es profunda y sensible. El equivalente a sus abrazos es acariciarse y entrelazar las trompas.
- Agapornis y otras psitácidas: la familia de las aves exóticas está acostumbrada a vivir en grandes bandadas, además de que muchas de ellas forman vínculos duraderos con otras de su especie. Lo más parecido a un abrazo que verás en ellas es descansar juntas, estar en contacto o acicalarse unas a otras.
Muchas veces es difícil (además de cuestionable) encontrar un paralelismo entre el comportamiento humano y el animal. A pesar de que las bases cerebrales para las emociones son prácticamente las mismas para todos los animales, su manifestación y detalles deben analizarse individualmente para no caer en el antropocentrismo.
Bibliografía
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- Kret, M. E., Prochazkova, E., Sterck, E. H., & Clay, Z. (2020). Emotional expressions in human and non-human great apes. Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 115, 378-395.
- Aureli, F., & Schaffner, C. M. (2007). Aggression and conflict management at fusion in spider monkeys. Biology Letters, 3(2), 147-149.
- Clay, Z., & de Waal, F. B. (2013). Development of socio-emotional competence in bonobos. Proceedings of the National Academy of Sciences, 110(45), 18121-18126.