Animales hematófagos: en la sangre está la clave

La hematofagia es una práctica alimenticia relativamente común en diversos grupos de invertebrados. Aquí te mostramos más acerca de ella.
Animales hematófagos: en la sangre está la clave

Escrito por Samuel Sanchez

Última actualización: 09 junio, 2020

Todos conocemos a los mosquitos y sus hábitos de chupasangres. La hematofagia, es decir, la alimentación a base de sangre, está ampliamente distribuida en la naturaleza y en la cultura popular humana, desde molestos insectos hasta monstruos terroríficos como Drácula. Esta estrategia evolutiva genera mucho interés, pues es completamente opuesta al concepto de alimentación que tenemos las personas. A continuación nos sumergimos en estas líneas en el mundo de los animales que se alimentan de sangre.

Clasificación

Los animales hematófagos son, por definición, parásitos, ya que obtienen beneficios nutricionales a base de la disminución de la salud del hospedador del que se aprovechan. Según su localización pueden ser:

  • Ectoparásitos: la mayoría de los animales hematófagos, sean puntuales o de estancia extensa en el hospedador, se alimentan de sangre a través del contacto con la epidermis del animal. A todos nos vienen a la mente los mosquitos, murciélagos o garrapatas.
  • Endoparásitos: también existen seres vivos que se alimentan de sangre ‘desde dentro’. Un ejemplo de esto es la tenia, que se adhiere a los tejidos internos del intestino del animal y puede obtener el líquido sanguíneo a través de ellos. 

También, dependiendo de en qué porcentaje basen su dieta en sangre, los hematófagos se diferencian en:

  • Obligatorios: ejemplos de esto son las chinches Cimex lectularius, que se alimentan únicamente de sangre en todo su ciclo vital adulto, o las garrapatas.
  • Facultativos: puede parecer irónico, pero un ejemplo de hematófagos facultativos son muchos mosquitos. Por ejemplo, la especie Aedes aegypti se alimenta de adulto de polen y jugo de frutas, pero las hembras requieren de sangre para poder poner los huevos, pues es un proceso nutricionalmente costoso.

Solo con este sistema de clasificación ya rompemos muchas preconcepciones, pues animales que están culturalmente ligados a costumbres chupasangres como pueden ser ciertos mosquitos, teóricamente pueden pasar toda una vida sin consumir sangre.

Murciélago vampiro común

La evolución de la hematofagia

Como práctica alimentaria, esta estrategia ha evolucionado de forma independiente en diversos taxones de anélidos, nemátodos, artrópodos y mamíferos. Por ejemplo, el orden de los dípteros presenta 11 familias con hábitos hematófagos. 

Se estima que existen cerca de 14.000 especies de artrópodos hematófagas, incluyendo algunos insectos impensables, como la polilla Calyptra, que se alimenta de sangre de vertebrados.

Estos animales, independientemente de la distancia evolutiva, también suelen presentar una serie de adaptaciones biológicas que facilitan la identificación del hospedador del que alimentarse:

  • Como la mayoría de hematófagos se alimentan de sangre de mamíferos, estos se han adaptado a la vida nocturna: aprovechan a succionarla cuando estos duermen.
  • Son detectores andantes de las emisiones de CO2, componentes químicos del sudor, o del calor y el movimiento. Todos estos parámetros indican que un ser vivo de sangre caliente se encuentra cerca.
  • Generalmente son animales de pequeño tamaño, silenciosos y rápidos, pues no les interesa ser detectados antes de poder realizar la picadura.

También, los hematófagos han desarrollado diversas estructuras punzantes con el fin de atravesar de forma sencilla la epidermis y así acceder a los capilares sanguíneos. Probóscides puntiagudas, mandíbulas y colmillos afilados son ejemplos de ello.

Vamos más allá, pues algunos artrópodos como las garrapatas producen anticoagulantes salivales que evitan que la herida se cierre y así puedan seguir chupando la sangre de forma indefinida. Esto es la máxima expresión de una adaptación evolutiva, pues la mayoría de los sistemas del animal están subyugados a maximizar el tiempo de contacto con el hospedador del que se alimenta.

Rickettsia rickettsii: garrapata

¿Por qué alimentarse de sangre?

La evolución se basa, en parte, en una carrera entre los seres vivos para maximizar la obtención de beneficios de la naturaleza y así poder reproducirse. La hematofagia es una estrategia arriesgada: la sangre es muy pobre en hidratos de carbono y vitaminas, y acceder a ella es mucho más complejo que, por ejemplo, alimentarse de plantas.

Aún así, la clave podría basarse en la explotación de nuevos nichos ecológicos:

  • Cuanto más difícil de obtener sea un recurso, menos tenderán las especies animales generalistas a buscarlo.
  • Esto reduce enormemente la competencia por el mismo, y permite a ciertas especies especialistas adaptar toda su morfología y comportamiento en explotar ese recurso de difícil acceso.

Este podría ser el caso de la hematofagia. Mientras la mayoría de invertebrados se pelean por presas y plantas, los chupadores de sangre se especializan en un estilo de vida concreto muy poco extendido.

 

 

 


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