¿Cómo alimentar a un gato enfermo?

Para cada tipo de gato existe un tipo de alimentación, sobre todo si se trata de un minino enfermo con requerimientos especiales
¿Cómo alimentar a un gato enfermo?
Silvia Conde

Escrito y verificado por la bióloga Silvia Conde.

Última actualización: 29 enero, 2020

No todos los gatos deben comer el mismo tipo y cantidad de comida. Según la edad, el peso, el estado reproductivo o de salud la alimentación es diferente. Debemos tener en cuenta qué composición se adapta más a cada caso, sobre todo si tenemos que alimentar a un gato enfermo en cuyo caso un manejo dietético puede ser importante para tratar la enfermedad.

La importancia de alimentar a un gato enfermo debidamente

Ciertas enfermedades en gatos o perros requieren un control de la dieta para tener una evolución favorable. La presencia o ausencia de ciertos nutrientes, una composición determinada o el aporte mayor o menor de calorías diarias, a veces, son claves para mantener estable el estado de salud.

Alimentación de un gato con enfermedad renal

Los problemas renales son muy frecuentes en gatos y necesitan un manejo dietético especial para reducir el daño en los riñones. En este caso, se reducen la cantidad de proteínas, fósforo y sodio presentes en la composición del alimento.

Además, se añaden ácidos grasos omega 3 para mejorar el flujo sanguíneo renal y vitaminas del grupo B. Los carbohidratos se incrementan para mantener los niveles de energía y reducir el metabolismo de las proteínas y, así, no forzar los riñones.

Alimentación de un gato diabético

La dieta específica para la diabetes es rica en proteínas y fibra, y baja en grasas y carbohidratos. Este tipo de alimentación tiene como objetivo prevenir la obesidad y reducir los niveles de glucosa en sangre. A veces, cuentan con un suplemento de arginina que estimula la secreción de insulina.

Alimentación de un gato con problemas articulares

Los gatos de edad avanzada pueden ser propensos a problemas articulares. Para disminuir el dolor articular y retrasar la degeneración se adiciona a los piensos una mayor cantidad de ácidos grasos omega 3 y omega 6 debido a sus propiedades antiinflamatorias. Y se añade ácido eicosapentanóico u otros precursores del cartílago como conservadores.

Suelen ser bajos en grasas y energía, y se complementan con L-carnitina para ayudar a mantener el peso, ya que el sobrepeso sobrecarga las articulaciones afectadas y, así, empeora el cuadro. También se reduce la cantidad de proteína, calcio, fósforo y sodio, para que sea un alimento ideal para animales mayores.

Gato inapetente

Alimentación de un gato con cálculos renales

Controlando la alimentación en estos gatos se consigue reducir la formación de los cálculos renales. Para ello se restringen la cantidad de los minerales que forman los cristales de estruvita y oxalato cálcico. También se reduce la cantidad de proteínas, como en la enfermedad renal. Además, estos piensos modifican el pH de la orina para dificultar la precipitación de minerales:

  • La orina se acidifica en el caso de los animales propensos a formar cristales de estruvita.
  • Para los felinos que forman cristales de oxalato se recomienda un pienso que alcalinice la orina.

A estos piensos se les añaden más vitamina E y carotenos como antioxidantes que neutralizan los radicales libres y ayudan a combatir la urolitiasis.

Alimentación de un gato alérgico

Para un gato con alergia o intolerancia alimentaria hay piensos formulados a base de proteínas muy digestibles, como el salmón, huevo, pato… Los carbohidratos se reducen a los menos reactivos, como la patata, el arroz o el maíz… También existen piensos con proteína hidrolizada.

En este caso también aumenta la cantidad de ácidos grasos y antioxidantes, ya que colaboran en mantener un pelo y piel sanos.

Alergia en los gatos

Alimentación de un gato con problemas digestivos

Para los gatos que sufren diarreas o vómitos de forma puntual o periódicamente se aconseja una alimentación muy digestible con alta cantidad de fibra para recuperar la flora intestinal y baja en grasas. También se añaden electrolitos y vitaminas para compensar las pérdidas por vómitos y diarreas.


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  • McDonald, Edwards Grennhalgh y Morgan. Nutrición animal.Zaragoza, Editorial Acribia, 1995.
  • Hand, Tharcher, Remillard y Roudebush. Nutrición clínica en pequeños animales. Buenos Aires; Panamericana, 2000.

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