Alergia a los gatos: mitos y verdades explicados por un experto

¿Crees que el responsable de tus estornudos es el pelo del minino? En realidad, las dos proteínas que causan la alergia en humanos se encuentran en la piel, la orina y la saliva de los gatos. ¡Acompáñanos a desmontar algunas creencias!
Alergia a los gatos: mitos y verdades explicados por un experto
Sara González Juárez

Escrito y verificado por la psicóloga Sara González Juárez.

Última actualización: 27 octubre, 2023

Los mitos sobre la alergia a los gatos son numerosos y se alimentan —en gran medida— por la transmisión de experiencias personales. Hay personas que han perdido la alergia con la convivencia, mientras que otras la sufren, en mayor o menor intensidad, de acuerdo al ejemplar.

Sin embargo, la alergia no es una enfermedad estática y que dependa de factores invariables. A lo largo de la vida puede aparecer o desaparecer, además de que el individuo se encontrará con diferentes niveles de alérgenos, según el ambiente en el que se encuentre.

Por eso, aquí vamos a desmontar unos cuantas creencias para facilitar las decisiones y el día a día de las personas que sufren esta enfermedad y a ofrecer algunas recomendaciones, para llevar mejor esta reacción de tu sistema inmunitario. ¡Vamos con ello!

1. Es el pelo de los gatos lo que da alergia

Este mito es, quizá, el más extendido de todos. Es entendible, pues los síntomas de la alergia suelen empeorar al contacto con el pelo del animal o en ambientes donde este se acumula en exceso.

No obstante, los alérgenos son 2 proteínas, Fel d1 y Fel d4, que se producen en las glándulas sebáceas del cuerpo del gato, no en el pelo. Dichas sustancias se adhieren al manto y a las escamas de piel muerta del animal, propagándose así por el ambiente.

A su vez, se encuentran en la saliva debido al acicalamiento, de forma que también se manifiestan reacciones cutáneas cuando un gato lame a una persona alérgica.


2. Existen gatos que no producen alergia

Gato gris sphynx sentado cerca de una ventana. Este felino, aunque no tenga pelo, puede producir alergias a los humanos.
Los gatos sphynx no son hipoalergénicos. Las proteínas Fel d1 y Fel d4, que producen la alergia en los humanos, se encuentran en la piel, saliva y orina de los felinos. Crédito: Stefanamer/iStockphoto.

Algunas personas son alérgicas solo a una de las 2 proteínas mencionadas. Casi todos los alérgicos suelen ser sensibles a la Fel d1 —un 94 %, según una publicación de The Journal of Allergy and Clinical Immunology— o a ambas proteínas. Un porcentaje menor muestra solo sensibilidad a la Fel d4, que suele estar presente en niveles más bajos.

Por tanto, una persona que no sea alérgica a la Fel d1, pero sí a la Fel d4, tendrá síntomas menos graves y, en consecuencia, la capacidad para gestionar mejor la presencia del alérgeno en su ambiente. De esto se puede derivar la percepción de que algunos gatos son más hipoalergénicos que otros, pero se trata de una afirmación sesgada.

Esta creencia engloba que las razas de gato sin pelo, como el sphynx, son hipoalergénicas. Sin embargo, estos gatos también producen las proteínas Fel d1 y Fel d4, solo que estas no viajan junto con el pelo por el aire. 

Algunas mutaciones genéticas inhiben la producción de estas proteínas, por lo que muchos empresarios han hecho uso de la crianza selectiva para vender «gatos que no dan alergia». No obstante, esta producción nunca es inexistente.

3. Otro de los mitos sobre la alergia a los gatos: los gatos castrados no la producen

Si bien es cierto que existen cambios hormonales producidos por la castración, esto no implica que se interrumpa la producción de alérgenos. Sí es verdad que las personas con una sensibilidad baja podrían ver reducidos sus síntomas casi a cero, pues se disminuyen los niveles de Fel d1 y Fel d4, pero no en una cantidad significativa. 

Si padeces una alergia grave a los gatos, castrarlos no la hará desaparecer, tan solo se reducirán tus síntomas de forma leve.

4. Sexo, color de manto y tamaño: tampoco influyen

En el conocimiento popular también circulan creencias sobre que el sexo, el color del pelaje o, incluso, el tamaño del animal influyen en la cantidad de alérgenos que liberan al ambiente. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, si bien algunos han sugerido que los niveles de Fel d1 son más altos en machos que en hembras, esta diferencia nunca ha sido reconocida como significativa.

Un trabajo publicado en Journal of Feline Medicine and Surgery demuestra que esta creencia es otro de los mitos sobre la alergia a los gatos. En este sentido, al hacer un promedio de la producción de Fel d1 en un grupo de felinos, encontraron que el sexo, el color de pelo y el tamaño no son factores relacionados.

Tengo alergia, ¿cómo puedo aliviarla si trato con gatos?

Si convives con un gato en casa, la limpieza y la alimentación del felino son esenciales para aliviar la alergia. Crédito: Wanwarumpha/iStockphoto.

La alergia a los gatos nunca ha detenido a aquellas personas decididas a rescatarlos o, tomándose otro ejemplo, a trabajar con ellos en una clínica. Aunque no siempre se puedan evitar los síntomas, hay acciones que puedes poner en práctica para disminuirlos:

  • Limpiar con regularidad: el aspirador será tu mejor aliado, pues absorbe los epitelios y pelos que portan los alérgenos, en lugar de repartir parte de ellos por el aire.
  • Cuidar la higiene y la alimentación del gato: un animal sano pierde menos pelo y tiene niveles óptimos de grasa cutánea, lo que también da lugar a una menor cantidad de caspa en el ambiente.
  • Acudir al médico: una alergia es una enfermedad crónica y sin cura, pero que cuenta con tratamientos que favorecen mucho la realización de una vida normal. Si no tienes más remedio que tratar con gatos, los medicamentos actuales son una buena barrera para los síntomas.
  • Hablar con tu entorno social: las personas que no tienen alergia no siempre alcanzan a comprender cómo esta afecta al desempeño diario. Por eso, una buena comunicación te ayudará a que las personas con gatos sepan qué hacer antes de que las visites.


Autocuidados para fortalecer el sistema inmunitario

Después de este recorrido por los mitos sobre la alergia a los gatos, no olvides cuidar tu salud en general: hacer deporte, comer bien y dormir suficiente. Estos autocuidados son la base para tener un sistema inmunitario sano y evitar que una alergia leve empeore, desemboque en asma u otros problemas.

Sabemos que los felinos son animales irresistibles, así que trabajemos para que una alergia no te impida, al menos, estar un rato con ellos en la misma habitación.


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