5 diferencias entre animales y plantas

Aunque parezcan obvias a simple vista, las diferencias entre plantas y animales son muy extensas y requieren conocimiento científico para entenderse del todo.
5 diferencias entre animales y plantas

Escrito por Samuel Sanchez

Última actualización: 30 julio, 2022

Los seres vivos hacen del planeta un lugar habitable y hermoso a partes iguales, pues sin ellos sería imposible la alimentación, la respiración, la observación de paisajes y todo proceso que se te ocurra en la Tierra. A pesar de que el término “vida” sea tan difícil de describir, existen ciertas diferencias entre animales y plantas que nos ayudan a catalogarlos en taxones (órdenes, familias, géneros y más).

La vida es todo aquello que sucede entre el nacimiento y el deceso. Los seres vivos se catalogan con base en la información genética que portan en sus células, pero también según las actividades y ecología que llevan a cabo durante su existencia. ¡Conoce con nosotros 5 diferencias entre animales y plantas!

1. El secreto está en las células

El término “célula” hace referencia a la unidad funcional mínima de todo ser vivo, tal y como indica el portal amBientech. Esta estructura se encuentra aislada del medio por una membrana, contiene orgánulos necesarios para mantenerse a sí misma (hasta cierto punto) y posee la información genética básica para replicarse en el tiempo.

Una de las diferencias más importantes entre animales y plantas radica en la composición de sus células. Vemos sus mayores disparidades en la siguiente lista:

  1. Las células de los animales tienen una membrana plasmática que recubre su estructura interna (citosol). Además de la membrana plasmática, las células de las plantas cuentan con una pared celular gruesa y de forma geométrica.
  2. Las células de las plantas tienen cloroplastos, orgánulos encargados de realizar la fotosíntesis. Los animales no cuentan con ellos.
  3. Tanto células animales como vegetales tienen vacuolas, unos orgánulos que ayudan a retener productos de desecho del metabolismo celular. De todas formas, las vacuolas de las plantas son mucho más grandes.
Una célula de origen animal.
Una célula de origen animal. El núcleo se representa de color rojizo, la membrana plasmática azul rodea al citosol y entre medias de ambos se encuentran los orgánulos.

2. Los animales no son capaces de “fabricar” su propia comida

Quizás estos términos te suenen: los animales se caracterizan por ser heterótrofos, mientras que las plantas, algas y ciertos microorganismos son autótrofos. Definimos ambos términos de forma somera:

  • Heterótrofo: es todo ser vivo incapaz de elaborar su propia materia orgánica a partir de compuestos inorgánicos presentes en el medio. Dicho de forma sencilla, necesita comer materia orgánica para mantenerse (y por tanto, que está o ha estado viva).
  • Autótrofo: el ser vivo elabora la materia orgánica que necesita para mantenerse a partir de compuestos inorgánicos en el medio. La fotosíntesis y la quimiosíntesis son ejemplos dentro de esta categoría.

Este extenso punto se puede resumir en la siguiente frase: los animales son heterótrofos y tienen que alimentarse de otros seres vivos para comer (otros animales o plantas), mientras que los vegetales hacen la fotosíntesis y son capaces de convertir la energía del sol y la materia inorgánica en compuestos nutritivos. Cada estrategia tiene sus pros y sus contras.

3. Todos los animales tienen al menos una fase móvil

Otra de las diferencias entre animales y plantas radica en su capacidad de transportarse por el medio. Las plantas presentan tropismos específicos (crecer hacia la fuente de luz, dirigir sus raíces al agua o contraer sus hojas con el roce), pero no son capaces de moverse de un sitio para otro. Carecen de aparato locomotor, así que permanecen siempre fijas. 

Por otro lado, todos los animales se mueven al menos en algún momento de su vida. Hasta las esponjas y los corales (presentes en los fondos marinos) tienen fases capaces de trasladarse de un lado a otro en la columna del agua. En los corales (cnidarios), la larva plánula nada libremente hasta que se asienta en el lugar adecuado.

4. Números y diversidad

A día de hoy, se han descrito casi 2 millones de especies animales, de las cuales más de la mitad son insectos. De todas formas, artículos profesionales de la BBC estiman que la cifra real es mucho mayor, pues más de 8,7 millones de tipos de animales podrían vivir en nuestro entorno. Al ritmo que vamos, tardaremos más de 1000 años en descubrirlos a todos.

El número de plantas al uso descubiertas en la Tierra es mucho menor, de unas 391 000. De todas formas, esta estimación solo engloba a los vegetales vasculares y se deja fuera muchos taxones. Sin duda, en ambos frentes queda una gran cantidad de conocimiento por descifrar.

5. ¿Cómo aporta cada uno a la Tierra?

Estudios científicos de gran interés nos marcan la última de las diferencias entre animales y plantas. La biomasa del planeta en forma de carbono se estima en 550 gigatoneladas (550 000 millones de toneladas) y el 80 % de ella proviene de las plantas. 450 gigatoneladas se encuentran en los bosques, las praderas, los ecosistemas algales y todo ambiente lleno de plantas que te venga a la mente.

Por otro lado, los animales solo aportan unas tristes 2 gigatoneladas al cómputo global de materia orgánica. El caso del ser humano es aún más interesante, pues a pesar de ser más de 7000 millones de personas, solo recogemos 0,06 gigatoneladas de carbono. Sin duda, el peso del funcionamiento de los ambientes recae en la materia vegetal. 

¿Cuáles son las diferencias entre plantas y animales?

¿Qué te han parecido las diferencias principales entre animales y plantas? Como ves, por mucho que difieran en aspecto físico, ambos grupos de seres vivos muestran disparidades mucho más allá de su fisiología. De todas formas, destacamos que todas y cada una de las especies de la Tierra son esenciales para el funcionamiento de los ecosistemas, sean del taxón que sean.


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