Trastorno obsesivo-compulsivo en perros: síntomas y tratamiento

¿Sabes que los perros también pueden sufrir trastornos obsesivo-compulsivos? Aquí te lo contamos todo sobre esta enfermedad.
Trastorno obsesivo-compulsivo en perros: síntomas y tratamiento

Escrito por Samuel Sanchez

Última actualización: 18 junio, 2020

El trastorno obsesivo-compulsivo o TOC es una patología derivada de la ansiedad, caracterizada por pensamientos intrusivos, recurrentes y persistentes que producen temor y aprensión. En seres humanos, existen muchos tipos de TOC, generalmente enfocados a la repetición de actividades y patrones (trastornos repetidores, ordenadores, y acumuladores entre otros).

Aunque pueda parecer increíble, los perros también pueden sufrir este tipo de patología conductual, y aquí te mostramos cómo identificarla y los posibles remedios ante ella.

¿Cómo saber si el perro padece de TOC?

En la mayoría de los casos, ya que el animal no puede hablar ni realizar funciones excesivamente complejas, este trastorno se identifica con la repetición de comportamientos que en ciertas dosis son normales:

  • Ladrar a otros perros, a personas, a otros animales o a la nada.
  • Rascarse contra superficies de manera exagerada.
  • Excavar sin un motivo concreto.
  • Lamerse más de lo normal.
  • Perseguir su cola.
  • Morder muebles y elementos del hogar.
  • “Cazar moscas imaginarias”.

El trastorno obsesivo-compulsivo está muy ligado al concepto de estereotipia. Esta se define como un comportamiento animal repetido en el tiempo sin una finalidad clara. Las estereotipias no siempre son indicativas de TOC, pues pueden presentarse bajo situaciones de estrés o falta de atención, y desaparecer en el tiempo una vez se ha solucionado el problema.

No obstante, en el caso de este trastorno, las estereotipias suelen aparecer en etapas tempranas de la vida del perro, y lejos de desaparecer, se intensifican con el tiempo. Por lo general, estas conductas pueden tornarse autodestructivas, causando distintos perjuicios al propio animal:

  • Dermatitis acral por lamido, que termina por causar una lesión epidérmica.
  • Sangrado de las almohadillas de las patas, por excavación y rascado persistente de superficies.
  • Pérdida de pelo, debido al acicalamiento en exceso y a un estado de ansiedad prolongado.
  • Diversas heridas y lesiones corporales.

Hay que tener en cuenta que, por muy domesticado que esté el perro como animal, este no hará de forma natural nada que le genere un perjuicio propio, pues al fin y al cabo los canes siguen siendo seres vivos con instinto de supervivencia. Es necesario acudir a un veterinario de forma inmediata si se observan cualquiera de estos signos, pues está claro que algo no funciona en el animal.

El trastorno obsesivo-compulsivo puede generar conductas destructivas en el can.

Causas del trastorno obsesivo-compulsivo en perros

Los perros que sufren de alguna patología médica que genera dolor de forma recurrente, los que están predispuestos a la ansiedad, o tienen alguna enfermedad que modifica o empeora alguno de sus sentidos, son más propensos a sufrir trastornos obsesivo-compulsivos. Así pues, existe un claro componente fisiológico en esta afección.

Aún así, está claro que experiencias previas y factores externos al propio cuerpo del animal también son decisivos. Un historial de violencia repetida en el tiempo, abandono, reclusión en espacios reducidos, y otros muchos factores ligados al maltrato también están estrechamente relacionados con este tipo de trastornos en perros. Por ello, este tipo de patologías, así como las estereotipias, son comunes en mascotas rescatadas de entornos abusivos.

Es por ello que es necesario ser consciente de las complicaciones que esta afección puede brindar a la vida normal, tanto de la mascota como del tutor, antes de adoptar un perro con un historial vital compleja. Ni mucho menos desaconsejamos dar una segunda oportunidad a estos pobres canes maltratados, pues son quienes más la merecen, pero es mejor que los tutores tengan cierta experiencia en educación canina y tiempo y paciencia para afrontar la enfermedad.

Tratamiento

Es imprescindible la ayuda de profesionales en el campo de la etología y la psicología canina para abordar un trastorno tan amplio como es el TOC. Para ello, se necesitan sesiones de modificación de conducta prolongadas en el tiempo. Hay que tener en cuenta que ‘reeducar‘ al animal es un proceso lento que requiere de paciencia.

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Dependiendo de la severidad de las conductas o el trauma, también puede ser necesaria una medicación prescrita por el veterinario, que en algunos casos ha de administrarse de por vida. Existen ansiolíticos y antidepresivos específicos para perros.

Está claro que un trastorno obsesivo-compulsivo es una patología de difícil identificación y abordaje, pero con paciencia, comprensión, y ayuda profesional, debería de poder atajarse, permitiendo que el perro viva la vida llena de felicidad que merece.


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